Soy gay y soy muy viril: ?alguna duda?
En la sociedad actual a¨²n existen prejuicios que asumen que la tr¨ªada hombre, masculino y heterosexual no puede romperse
En febrero de 1984, hace 33 a?os, una carta al director enviada a EL PA?S reivindicaba que los homosexuales son ¡°viriles, varoniles y masculinos¡± y explicaba que ¡°una cosa es el car¨¢cter propio del sexo y otra la relaci¨®n sexual¡±. En 2001, hace 16 a?os, el dirigente catal¨¢n socialista Miquel Iceta aseguraba en una entrevista tambi¨¦n en EL PA?S que ¡°el que un hombre diga que le gustan otros hombres, en algunos entornos, desmerece su virilidad¡±. Y en septiembre de 2016, hace menos de un a?o, el actor Ian McKellen saltaba a las portadas porque aseguraba que los homosexuales eran m¨¢s viriles que los heterosexuales. La pregunta es: ?a¨²n seguimos relacionando virilidad con heterosexualidad?
Virilidad, seg¨²n la RAE, es la cualidad de viril, es decir, ¡°perteneciente o relativo al var¨®n¡± o ¡°que posee caracter¨ªsticas atribuidas a ¨¦l¡±. As¨ª pues, un hombre, sea cual sea su orientaci¨®n sexual, por el simple hecho de ser var¨®n, deber¨ªa ser viril. Y, sin embargo, no se entiende as¨ª. La tradici¨®n sociol¨®gica asume que la virilidad se entiende de manera diferente, seg¨²n la ¨¦poca y seg¨²n la cultura, y que en muchos casos se asume como un plus a la masculinidad.
As¨ª lo entendieron muchas de las 35 mujeres que ICON consult¨® para saber qu¨¦ ve¨ªan ellas, sexualmente hablando, en los hombres para sentir que ten¨ªan ese punto m¨¢s que llamaban virilidad. Conceptos como protecci¨®n, una voz grave, un whisky solo o un antebrazo musculado se repet¨ªan. Parece que, de una forma un tanto primitiva y b¨¢sica, ellas lo ven claro para el hombre heterosexual. Pero, ?funciona igual para los homosexuales?
¡°Hist¨®ricamente existe un pensamiento que hace que el hombre sea masculino y heterosexual y el hombre que no es heterosexual se interpreta como afeminado¡±
Begonya Enguix Grau, antrop¨®loga, directora en la UOC del grado de Antropolog¨ªa y Evoluci¨®n Humana
¡°Hist¨®ricamente existe un pensamiento en bloque que hace que el hombre sea masculino y heterosexual y el hombre que no es heterosexual se interpreta como una transgresi¨®n de g¨¦nero y se le asume como afeminado¡±, explica Begonya Enguix Grau, antrop¨®loga, directora en la UOC (Uviversitat Oberta de Catalunya) del grado de Antropolog¨ªa y Evoluci¨®n Humana y experta en cuerpos, g¨¦neros y sexualidades. Enguix se refiere a que en el imaginario social ¡°las piezas parece que se tienen que corresponder como en un rompecabezas exacto, hombre-masculino-heterosexual y los comportamientos, apariencias y pr¨¢cticas que se salen de los esquemas no son inteligibles¡±.
Si una de las piezas de ese rompecabezas no es como la esperamos, creemos que ninguna lo es. ¡°Es por eso que una transgresi¨®n en uno de esos aspectos inmediatamente lleva a la transgresi¨®n en los otros. Por eso una mujer masculina se piensa que es lesbiana y un hombre afeminado que es gay¡±, sentencia.
As¨ª fue predominante e incontestablemente hasta la d¨¦cada de los 70. Despu¨¦s de los disturbios de Stonewall en 1969 -considerados el inicio del movimiento LGTB y que se conmemoran con las marchas anuales del Orgullo Gay- los hombres homosexuales comenzaron a reivindicar la imagen social de virilidad que hasta el momento se les hab¨ªa negado. Hist¨®ricamente se les hab¨ªa despojado de la masculinidad e incluso se les hab¨ªa considerado como menos hombres.
A partir de ese momento, el estereotipo cambia y comienzan a asimilar la est¨¦tica masculina m¨¢s normativa, el macho gay, como lo denominar¨ªa Martin P. Levine en su libro Macho Gay: The life and death of the homosexual clone. Levine se refiere a ellos como clones porque, como afirma Enguix ¡°si los gays han conseguido un estatus de m¨¢s o menos igualdad en las sociedades democr¨¢ticas occidentales ha sido asimil¨¢ndose a los heterosexuales¡±.
"Ser viril en el mundo gay siempre ha sido considerado un plus¡±
Agust¨ªn G¨®mez, redactor jefe 'Shangay'
Algo que asumen desde el mundo gay. ¡°El estereotipo que sobre todo impone el propio colectivo es el del hombre gay con un poder econ¨®mico medio-alto, musculado, con barba, guapete, que no viene a ser m¨¢s que una herencia de la normatividad que ya existe en la propia sociedad. Y todo lo que se salga de ah¨ª est¨¢ como infravalorado dentro del propio colectivo¡±, afirma Santiago Rivero, responsable de comunicaci¨®n de COGAM, la organizaci¨®n LGTB de Madrid. Rivero insiste: ¡°Lo bueno es la diversidad. Hay que reivindicar el papel de los gays con pluma y los travestis, que fueron los que abrieron camino para que hoy tengamos los derechos y las libertades de los que podemos disfrutar¡±.
Esa reivindicaci¨®n de lo viril dentro del mundo gay puede comprobarse f¨¢cilmente en las publicaciones especializadas. ¡°Ser viril en el mundo gay siempre ha sido considerado un plus¡±, afirma Agust¨ªn G¨®mez, redactor jefe de la revista Shangay, que asegura que en este momento se est¨¢ produciendo ¡°un movimiento que reivindica la feminidad de un hombre¡±.
Y pone como ejemplo dise?adores como Palomo Spain, que juegan con las nociones tradicionales de masculinidad y feminidad, o el auge de la utilizaci¨®n de modelos hombres para mostrar ropa de mujer. ¡°Se est¨¢ reivindicando ese tipo de feminidad que el hombre puede mostrar sin ning¨²n tipo de verg¨¹enza, pero queda un camino muy largo por hacer¡±, se?ala G¨®mez.
Un camino que pasa por romper la cadenas que parecen atar, sin permitir modificaci¨®n alguna, las nociones de hombre, masculinidad y heterosexualidad.
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