El ¡®Brexit¡¯ del PSOE
La victoria de S¨¢nchez profundiza la crisis del Partido Socialista
La victoria de Pedro S¨¢nchez en las primarias del partido socialista sit¨²a al PSOE en una de las coyunturas m¨¢s dif¨ªciles de su larga historia. El retorno a la secretar¨ªa general de un l¨ªder con un legado tan marcado por las derrotas electorales, las divisiones internas y los vaivenes ideol¨®gicos no puede sino provocar una profunda preocupaci¨®n.
La propuesta program¨¢tica y organizativa de S¨¢nchez ha recogido con suma eficacia otras experiencias de nuestro entorno, desde el Brexit hasta el refer¨¦ndum colombiano o la victoria de Trump, donde la emoci¨®n y la indignaci¨®n ciega se han contrapuesto exitosamente a la raz¨®n, los argumentos y el contraste de los hechos. En este sentido, la victoria de S¨¢nchez no es ajena al contexto pol¨ªtico de crisis de la democracia representativa, en el que se imponen con suma facilidad la demagogia, las medias o falsas verdades y las promesas de imposible cumplimiento.
Finalmente Espa?a ha sufrido tambi¨¦n su momento populista. Y lo ha sufrido en el coraz¨®n de un partido esencial para la gobernabilidad de nuestro pa¨ªs, un partido que desde la moderaci¨®n ha protagonizado algunos de los a?os m¨¢s pr¨®speros y renovadores de nuestra historia reciente. Lo mismo le ocurri¨® en los meses pasados al socialismo franc¨¦s, que se encuentra al borde de la desaparici¨®n de la mano del radical Beno?t Hamon. Y un desastre parecido se avecina en el laborismo brit¨¢nico, dirigido por el populista Jeremy Corbyn. Ser¨ªa ilusorio pensar que el PSOE no est¨¢ en este momento ante un riesgo de la misma naturaleza. En todos los casos, la demagogia ¡ªconocida en Podemos o Trump¡ª de los de abajo contra los de arriba se ha impuesto a la evidencia de la verdad, los m¨¦ritos y la raz¨®n. Debemos asumir que esto nos sit¨²a ante una situaci¨®n muy dif¨ªcil para nuestro sistema pol¨ªtico.
S¨¢nchez ha construido su campa?a sobre dos promesas de imposible cumplimiento. Una, conformar, con la actual configuraci¨®n del Parlamento, una mayor¨ªa de gobierno alternativa al Partido Popular. Pero aunque se haya pretendido convencer a la militancia de que entonces se pudo pero no se quiso, esa mayor¨ªa fue imposible en octubre pasado y lo es tambi¨¦n ahora, pues el PSOE no tiene la fuerza ni la capacidad de construir una mayor¨ªa de gobierno estable.
La segunda promesa ha sido la de redibujar el Partido Socialista como una organizaci¨®n sin instancias intermedias en la que solo existe un l¨ªder, el secretario general, y los militantes. Sin embargo, la realidad es mucho m¨¢s compleja: el PSOE es un partido profundamente descentralizado, tanto desde el punto de vista org¨¢nico como territorial, donde existen m¨²ltiples instancias de poder con las que es inevitable contar. No entender ni respetar esa pluralidad y complejidad es lo que le llev¨® a perder la secretar¨ªa general en octubre pasado.
Fue la combinaci¨®n de esos dos hechos, la imposibilidad de gobernar y la negativa a aceptar las consecuencias, lo que llev¨® a Pedro S¨¢nchez a perder el apoyo del comit¨¦ federal y, eventualmente, a dimitir. Las circunstancias no han cambiado, as¨ª que S¨¢nchez vuelve al punto de partida de octubre. Con una diferencia crucial: que lo hace despu¨¦s de una serie de giros ideol¨®gicos en cuestiones clave (las alianzas con Podemos y el concepto de naci¨®n) que le alejan a¨²n m¨¢s de la posibilidad de gobernar.
En un momento en el que Espa?a enfrenta un grave problema territorial en Catalu?a, era m¨¢s necesario que nunca que el PSOE se configurase como un partido estable y capaz de suscitar amplios apoyos. Lamentablemente, el proyecto de S¨¢nchez, en el que no cuenta con nadie que represente el legado de 22 a?os de Gobierno del PSOE ni ning¨²n poder territorial significativo, aboca al partido a la profundizaci¨®n de una ya grav¨ªsima crisis interna. Como demuestran las debacles electorales que sufren los socialistas en toda Europa, y como ya han experimentado los socialistas en Espa?a, los m¨¢rgenes para la supervivencia y relevancia del proyecto que aspiran a encarnar son de por s¨ª ya muy estrechos. En esas circunstancias, la confusi¨®n ideol¨®gica y el modelo de partido asambleario en el que se ha apoyado S¨¢nchez f¨¢cilmente podr¨¢ desmovilizar a¨²n m¨¢s a sus votantes y alejar a los socialistas del poder.
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