?Cu¨¢les son las mejores ciudades para ahorrar al compartir coche?
El MIT desarrolla un modelo que analiza c¨®mo se comportan las principales metr¨®polis del mundo de cara al ridesharing , una de las claves de la movilidad del futuro
Los atascos urbanos propician pasiones viscerales como la ira o la desesperaci¨®n, aunque tambi¨¦n dan lugar a momentos de profunda reflexi¨®n humana. Qu¨¦ conductor no ha divagado, parado en un sem¨¢foro, sobre la verdadera raz¨®n que le ha tra¨ªdo a una jungla de asfalto y a tirarse una hora cada d¨ªa entrando o saliendo de la ciudad. O qui¨¦n no ha mirado al coche de al lado intentando adivinar ad¨®nde se dirige. El MIT (Massachusetts Institute of Technology) se ha hecho la misma pregunta. Y resulta que vamos a sitios muy cercanos.
JEWEL SAMAD (AFP)
El MIT Senseable City Lab es un grupo de investigaci¨®n cient¨ªfica que estudia los cambios que provocan las innovaciones tecnol¨®gicas en las ciudades y sus habitantes. Su ¨²ltimo trabajo analiza los desplazamientos urbanos en coche y la posibilidad de que estos pudiesen compartirse, de cara a evaluar la capacidad de las ciudades para adaptarse al fen¨®meno del ridesharing. El resultado final es un r¨¢nking de m¨¢s de 30 ciudades en el que Sidney ocupa el ¨²ltimo lugar. ¡°Basamos el estudio en el n¨²mero de taxis de cada ciudad, entendiendo que es ese tipo de servicio, donde tambi¨¦n entran nuevos conceptos como Uber, el que propicia los trayectos compartidos¡±, cuenta Oleguer Sagarra, coautor del informe del MIT (publicado en Scientific Reports), doctor en F¨ªsica aplicada y especialista en movilidad.
Getty/City of Sydney
El estado de Nueva Gales del Sur, donde se ubica Sidney, tiene la mitad de taxis que Madrid, y ocupa una superficie holgadamente superior a la de toda Espa?a, de ah¨ª que en condiciones normales el MIT establezca que solo son compartibles un 8% de las rutas. El caso de Tokio es muy distinto. La capital japonesa tiene m¨¢s de 30.000 taxis, pero una superficie superior a 2.000 kil¨®metros cuadrados que la sit¨²a entre las ciudades m¨¢s extensas del mundo. Si a eso le sumamos que la velocidad media de los conductores nipones es de solo 16 km/h (otro factor considerado por el MIT a la hora de desarrollar la f¨®rmula de la compartibilidad de trayectos, porque es preciso que esos trayectos cumplan con el horario que sus tripulantes demandan), resulta que solo son compartibles un 12% de los viajes tokiotas.
Xavier Arnau (Getty)
¡°La idea era dar con un algoritmo que permitiese a la gente saber si es f¨¢cil o no compartir coche en su ciudad¡±, recuerda Sagarra desde Barcelona. ¡°Analizamos 150 millones de viajes en taxi de Nueva York y dimos con los factores que m¨¢s pod¨ªan afectar¡±. Esos factores son el n¨²mero de taxis, el tama?o de la ciudad, la velocidad media y el tiempo que un pasajero est¨¢ dispuesto a esperar hasta que le recojan. Los famosos taxis de Londres, una ciudad grande y no excesivamente r¨¢pida, pueden compartirse en un 22,2% de las ocasiones.
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La conclusi¨®n principal del trabajo del MIT Senseable Lab es que el uso compartido de coches para rutas urbanas es viable en una gran variedad de ciudades alrededor del mundo, ciudades muy distintas. De hecho, las curvas de compartibilidad son muy similares de un lugar a otro. ¡°Cogimos datos de otras urbes como Viena, San Francisco o Singapur y vimos un resultado parecido al de Nueva York¡±, rememora Sagarra. Pek¨ªn ya significa un salto importante: el 33,3% de sus trayectos se pueden compartir en un escenario habitual.
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Al comparar los resultados los cient¨ªficos del MIT trataron de dar con un modelo matem¨¢tico que los explicase. As¨ª dieron con la f¨®rmula de la compartibilidad. ¡°Lo que nos dice esa especie de ley es que un peque?o cambio en la tolerancia, en el tiempo que se est¨¢ dispuesto a esperar, implica un cambio enorme en la compartibilidad¡±, revela Oleguer Sagarra. Es decir, que si estamos dispuestos a esperar un poco m¨¢s a nuestro coche es muy posible que podamos compartir trayecto. En Mosc¨², con un tiempo de espera normal, se lograr¨ªan compartir un 33,8% de los viajes.
Vladimir Smirnov (TASS)
¡°Nos sorprendi¨® bastante encontrar una f¨®rmula de escalabilidad aplicable a cualquier ciudad¡±, reconoce Sagarra, ¡°porque son escenarios muy diferentes, con disposiciones muy distintas entre s¨ª¡±. El director de la investigaci¨®n, Paolo Santi, cree que ¡°existe un modelo com¨²n porque lo que m¨¢s condiciona la compartibilidad es el modo en el que organizamos nuestras vidas, bastante m¨¢s que la estructura de las ciudades en s¨ª¡±. Por eso una ciudad como Nueva Delhi tiene una tasa de compartibilidad superior a un 38% en un tiempo de espera no demasiado elevado, cuando podr¨ªa esperarse un resultado muy inferior.
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A pesar de todo, las diferencias urbanas s¨ª implican resultados ligeramente distintos. Sao Paulo y Nueva Delhi tienen superficies parecidas, pero en la ciudad india viven casi 10 millones de personas m¨¢s que en la brasile?a. Y sus infraestructuras, y su tr¨¢fico, son bastante m¨¢s precarios. Eso hace que la velocidad media de los veh¨ªculos paulistas sea notablemente m¨¢s alta. Por ello en Sao Paulo, con el mismo tiempo de espera que en Nueva Delhi, se podr¨ªan compartir un 47,5% de los viajes en coche, casi 10 puntos m¨¢s.
Getty/NurPhoto![<p dir="ltr">El MIT realiz¨® estas investigaciones al comprobar el auge de servicios potencialmente ¨²tiles para fomentar el <em>ridesharing</em>, como Car2Go, ZipCar o UberPOOL. ¡°El surgimiento de nuevas herramientas promete mejorar la eficiencia de los transportes bajo demanda. Superar la brecha entre transportes p¨²blicos compartidos pero no flexibles [como las l¨ªneas de autob¨²s] y de transportes flexibles pero privados puede contribuir significativamente a reducir el tr¨¢fico y las emisiones¡±, sentencian los autores del informe. Por los puentes del B¨®sforo en Estambul (en la foto, el de G¨¢lata) circulan alrededor de 370.000 veh¨ªculos diarios. El 49% de esos trayectos podr¨ªan compartirse.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/N2H5IZDJWZLWBDBE57MWKNVGWA.jpg?auth=4c81ac9c9bcf95190c38590697cef1f1d17df168bba49c97e8f0790d289b83a8&width=414)
El MIT realiz¨® estas investigaciones al comprobar el auge de servicios potencialmente ¨²tiles para fomentar el ridesharing, como Car2Go, ZipCar o UberPOOL. ¡°El surgimiento de nuevas herramientas promete mejorar la eficiencia de los transportes bajo demanda. Superar la brecha entre transportes p¨²blicos compartidos pero no flexibles [como las l¨ªneas de autob¨²s] y de transportes flexibles pero privados puede contribuir significativamente a reducir el tr¨¢fico y las emisiones¡±, sentencian los autores del informe. Por los puentes del B¨®sforo en Estambul (en la foto, el de G¨¢lata) circulan alrededor de 370.000 veh¨ªculos diarios. El 49% de esos trayectos podr¨ªan compartirse.
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¡°Lo que obtuvimos fue un modelo sencillo con el que se pueden sacar conclusiones y actuar sobre cada ciudad¡±, opina Oleguer Sagarra, que en la actualidad es socio de Dribia, una empresa en la que sigue investigando y proponiendo acciones para mejorar la movilidad urbana. En el caso de Berl¨ªn, con una compartibilidad del 49,9 en las mismas condiciones que el resto de urbes, esas acciones tendr¨ªan que ir encaminadas a mejorar el tr¨¢fico, ya que sus coches ruedan a una velocidad media de solo 24 km/h, muy inferior a la de otras ciudades europeas como Praga o Dubl¨ªn.
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¡°Lo importante de que los modelos se parezcan y se pueda aplicar una f¨®rmula es que puedes saber m¨¢s o menos d¨®nde est¨¢ el problema de cada ciudad¡±, sostiene Sagarra. El tr¨¢fico en M¨¦xico es menos denso que en Berl¨ªn, los coches circulan a m¨¢s de 30 km/h, hay un buen n¨²mero de taxis pero es una ciudad enorme. El DF es la primera urbe que supera el 50% de trayectos compartibles con un tiempo de espera medio.
AFP/Getty
Sagarra cree que mejorar las posibilidades de que se compartan viajes es una clave para mejorar la vida en las ciudades. Es un bucle positivo: ¡°Si se pueden compartir m¨¢s trayectos, hay menos coches en circulaci¨®n, por lo tanto hay menos densidad de tr¨¢fico, lo cual hace que sea m¨¢s f¨¢cil y beneficioso el hecho de compartir una ruta¡±. El de Roma es un caso similar al de M¨¦xico DF, aunque sean ciudades con configuraciones muy distintas. Una urbe extensa que necesita reducir el tr¨¢fico o aumentar el n¨²mero de veh¨ªculos compartidos para mejorar su tasa del 52,6%.
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¡°En 20 a?os el 60% de la poblaci¨®n mundial va a concentrarse en ciudades. Este trabajo sirve como aproximaci¨®n. Es un modelo sencillo¡±, comenta Sagarra, que tiene claro que ¡°la realidad es m¨¢s complicada¡±. Considera el estudio del MIT como un buen punto de partida para que las instituciones vean qu¨¦ pol¨ªticas e inversiones llevar a cabo. El r¨¢nking elaborado por el MIT da un salto sensible con Los ?ngeles, metr¨®polis famosa por los atascos que se producen en ella a diario. All¨ª el ridesharing ser¨ªa ya una soluci¨®n de mucha utilidad: en las mismas condiciones de tiempo de espera que el resto se podr¨ªan cubrir casi el 70% de los viajes con trayectos compartidos.
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Aunque dos ciudades tengan un potencial similar de ¨¦xito en la aplicaci¨®n del ridesharing, el estudio aclara que esto no significa que vaya a expandirse de la misma manera en los dos lugares. ¡°Que la compartibilidad se haga real depende tambi¨¦n de la cultura. Incluso en n¨²cleos urbanos de caracter¨ªsticas similares puede ser que una ciudad sea mucho m¨¢s dada en realidad a compartir trayectos que otra¡±, asegura Carlo Ratti, director del MIT Senseable Lab. Madrid tiene una tasa del 80,8% en el r¨¢nking, pero eso no significa necesariamente que el ridesharing vaya a tener ¨¦xito en la capital espa?ola.
Luis Sevillano Arribas![<p dir="ltr">De hecho, Oleguer Sagarra ve en el fomento de la cultura de compartir trayectos una pieza importante de las pol¨ªticas que se pueden desarrollar desde los ayuntamientos para mejorar la movilidad. ¡°Un ejemplo son los carriles r¨¢pidos para veh¨ªculos de alta ocupaci¨®n [VAO]¡±, cuenta el doctor en F¨ªsica. Singapur es una de las <em>smart</em> <em>cities</em> m¨¢s avanzadas del mundo, y un importante banco de pruebas de la movilidad del futuro con veh¨ªculos aut¨®nomos y varias empresas de transporte urbano. All¨ª el <em>carsharing</em> ya es una realidad y se ha utilizado, por ejemplo, para acudir a las mezquitas durante el mes de ramad¨¢n. Seg¨²n el MIT en esta ciudad-estado pueden compartirse m¨¢s de un 84% de los trayectos.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QP6B47Y3YVLFRGBKIEVAW56RV4.jpg?auth=0a9efab1af73046e1bdd6603b58e75813f53e4049b52dc4da94493a838866382&width=414)
De hecho, Oleguer Sagarra ve en el fomento de la cultura de compartir trayectos una pieza importante de las pol¨ªticas que se pueden desarrollar desde los ayuntamientos para mejorar la movilidad. ¡°Un ejemplo son los carriles r¨¢pidos para veh¨ªculos de alta ocupaci¨®n [VAO]¡±, cuenta el doctor en F¨ªsica. Singapur es una de las smart cities m¨¢s avanzadas del mundo, y un importante banco de pruebas de la movilidad del futuro con veh¨ªculos aut¨®nomos y varias empresas de transporte urbano. All¨ª el carsharing ya es una realidad y se ha utilizado, por ejemplo, para acudir a las mezquitas durante el mes de ramad¨¢n. Seg¨²n el MIT en esta ciudad-estado pueden compartirse m¨¢s de un 84% de los trayectos.
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La mayor ciudad de Sud¨¢frica es tambi¨¦n la urbe africana mejor situada en la clasificaci¨®n del MIT. No es precisamente un lugar amable para los peatones, pero s¨ª dispone de avenidas descongestionadas que permiten circular con bastante comodidad. Por eso el estudio determina que son compartibles un 97,7% de sus viajes, muy cerca del top 10 de urbes compartibles seg¨²n la f¨®rmula desarrollada por el Senseable City Lab.
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¡°Estos resultados confirman que compartir trayectos es posible en ciudades totalmente diferentes en forma y tama?o, y que la Ciencia de Datos puede ayudarnos a entender y acelerar la transici¨®n hacia la movilidad del futuro¡±, declar¨® Andrew Salzberg, jefe de transportes de Uber, en la presentaci¨®n de la investigaci¨®n del MIT el pasado marzo. ¡°Las apps para compartir viajes podr¨ªan mejorarse gracias a nuestro trabajo¡±, coincide Oleguer Sagarra. Por ejemplo, el usuario podr¨ªa establecer cu¨¢nto tiempo est¨¢ dispuesto a esperar. Y a m¨¢s tiempo, m¨¢s oportunidad de conseguir veh¨ªculo. Tambi¨¦n podr¨ªa estudiarse el n¨²mero de veh¨ªculos ¨®ptimo para cada ciudad. Vancouver, capital de la Columbia Brit¨¢nica en el oeste de Canad¨¢, est¨¢ muy cerca del suyo: un 99,6% de trayectos son compartibles.
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No solo las empresas de tecnolog¨ªa y econom¨ªa colaborativa han visto los posibles beneficios de la expansi¨®n del ridesharing. La industria del autom¨®vil tambi¨¦n. El Grupo Volkswagen ha creado una nueva marca, Moia, similar a Uber y que tambi¨¦n trabaja en el concepto de los viajes compartidos. General Motors posee un 10% de Lyft, mientras que BMW invirti¨® en la app Scoop. M¨²nich, hogar de esta ¨²ltima marca, tiene como Vancouver un 99,6% de trayectos compartibles.
Reuters
El caso de Par¨ªs sirve para revelar una de las posibles mejoras a realizar en futuros estudios. ¡°Los l¨ªmites de la ciudad a efectos de nuestro trabajo estaban marcados por el t¨¦rmino municipal¡±, explica Oleguer Sagarra. El t¨¦rmino municipal de la capital francesa tiene poco m¨¢s de 100 kil¨®metros cuadrados, y menos habitantes que el de Madrid. Pero su ¨¢rea metropolitana es 10 veces m¨¢s grande y con 12 millones de habitantes. La movilidad de Par¨ªs, como la de muchas otras ciudades, no puede entenderse sin su entorno. Dentro del municipio, el MIT establece que podr¨ªan compartirse un 99,7% de trayectos.
afp/Getty
Barcelona plantea una situaci¨®n similar a Par¨ªs ya que el an¨¢lisis no engloba, por ejemplo, el Baix Llobregat, si bien su incidencia no es tan alta como la de los suburbios parisinos. La capital catalana es la segunda ciudad m¨¢s compartible del mundo seg¨²n los c¨¢lculos del Senseable City Lab, que establecen que un 99,9% de los trayectos podr¨ªan hacerse recogiendo al menos a otro pasajero. La estructura de Barcelona tiene paralelismos con la de Madrid, con un ensanche, un centro antiguo, barrios perif¨¦ricos y ciudades dormitorio alrededor. Pero su extensi¨®n es seis veces inferior, dando como resultado una urbe m¨¢s apta para estos desplazamientos.
Massimiliano Minocri
La Gran Manzana lidera el r¨¢nking del MIT con pr¨¢cticamente un 100% de trayectos compartibles. Cualquier viaje urbano de un neoyorquino podr¨ªa valerle a otro. Pero el dato tiene algo de trampa. Nueva York fue la base del estudio primigenio realizado por el Senseable Lab, analizando 150 millones de viajes en taxi. Pero los cient¨ªficos del MIT se ci?eron a lo que ocurr¨ªa en la isla de Manhattan, que si bien es la m¨¢s bulliciosa de la metr¨®polis solo supone 60 kil¨®metros cuadrados de los 780 que tiene Nueva York. Aplicarlo a toda la ciudad supondr¨ªa menos densidad de taxis y mucha m¨¢s superficie que abarcar. En cualquier caso, el ridesharing aqu¨ª podr¨ªa suponer una reducci¨®n de m¨¢s de un 40% en emisiones y tr¨¢fico, seg¨²n el propio MIT. Como para tom¨¢rselo en serio.
reuters