Monstruos

Que la ara?a de Jacinto Ant¨®n se haya colado y permanecido entre lo m¨¢s le¨ªdo de esta web superando a informaciones sobre el aquelarre de Ferraz tiene tela y ha dejado en telara?as a asuntos, a priori, m¨¢s graves y enjundiosos. Enti¨¦ndase: la gigantesca ara?a cangrejo aparecida en una casa de Australia, de la que escribi¨® el domingo aqu¨ª nuestro inefable columnista.

No es nuevo esto del monstruo australiano. Unos amigos fueron all¨ª. Viajaban a un sitio y les avisaban: cuidado, hay serpientes venenosas que te pueden dejar maripili. Se iban. Llegaban a unas playas paradisiacas. Hab¨ªa cocodrilos de mar (yo ni sab¨ªa que esto era posible). Hac¨ªan las maletas. Otra playa de ag¨¢rrate Julia que volcamos: ¡°?Stop! ?White shark! (o sea, tibur¨®n blanco, el entra?able carcharodon carcharias de seis metros). ¡°V¨¢monos al desierto¡±. Pues no. Escorpiones con el letrero ¡°R.I.P.¡± en la cola. Volvieron: ¡°Muy bonito. No vayas a Australia¡±, recomendaron.

Tampoco es nuevo eso de las noticias curiosas y atemporales col¨¢ndose entre lo serio y lo actual. Y no hay una explicaci¨®n s¨®lida, por mucho que los expertos en algoritmos se devanen los sesos. Cada poco, la muerte de Paul Newman resucita entre lo m¨¢s visto de la web. O la de Miliki. O las culebras persiguiendo a la iguana. O aquel gato que se enredaba y se ca¨ªa y el ni?o se re¨ªa. Igual es que el personal prefiere las emociones fuertes o el placer de la nostalgia a la verg¨¹enza ajena ante seg¨²n qu¨¦ cosas: mejor la ¡ªen adelante¡ª ara?a Jacinto o los desmayantes ojos de Newman que la perdedora de unas votaciones diciendo ¡°alguien ha ganado a alguien¡±, un poco en plan Gila. O gente cantando La Internacional con el pu?o medio cerrado, un poco sin querer.