Mitos sobre los ni?os superdotados
Es imprescindible desmontar las falsas creencias a fin de transmitir un acercamiento m¨¢s real sobre c¨®mo son estos menores
Es muy frecuente comprobar en nuestro d¨ªa a d¨ªa c¨®mo hay una serie de creencias falsas en torno a los ni?os superdotados o con Alta Capacidad y me parece imprescindible desmontarlos a fin de transmitir un acercamiento m¨¢s real sobre c¨®mo son estos ni?os.
Uno de los m¨¢s generalizados es que Alta Capacidad es igual a Alto Rendimiento: ante la casi siempre acertada sospecha de algunos padres sobre la posible sobredotaci¨®n de su hijo o hija, los profesores suelen contestar que ellos no han notado nada especial, que no sobresale en casi nada y que sus notas son mediocres cuando no directamente malas. Lo cual deja a los padres a¨²n m¨¢s confusos puesto que pareciera que ello es un indicador directo de que sus hijos no tienen altas capacidades. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Solo un porcentaje de ni?os superdotados tienen un alto rendimiento acad¨¦mico. La mayor¨ªa en cambio no destaca en las calificaciones, bien por aburrimiento, desmotivaci¨®n o porque el sistema escolar suele estar orientado al aprendizaje secuencial y repetitivo lo que requiere un predominio del hemisferio cerebral izquierdo mientras que los ni?os superdotados funcionan con una alta dominancia del derecho, por lo que necesitan una forma diferente de aprendizaje.
Otro t¨®pico generalizado es que tener Altas Capacidades es una garant¨ªa de ¨¦xito especialmente acad¨¦mico y que por tanto estos ni?os no necesitan ayuda. Esta es una creencia que deja sin recursos de apoyo tanto a padres como a ni?os. Es habitual comprobar como se ve con muy buenos ojos que si hay una cantidad de recursos limitados se destinen a aquellos que tienen problemas para alcanzar el aprobado o tienen trastornos de aprendizaje y se queden fuera los que en teor¨ªa ¡°van sobrados¡±. Nada m¨¢s lejos de la realidad y de la ley. Nuestro sistema educativo garantiza la atenci¨®n a la diversidad y la propia ley espa?ola los define como Alumnos con Necesidades Educativas Espec¨ªficas y su atenci¨®n est¨¢ recogida y contemplada por dicha ley. Estos alumnos, de no ser apoyados en su necesidad, es muy probable que acaben fracasando, abandonando un sistema educativo que no les tiene en cuenta, que no les brinda la oportunidad de desplegar su potencial, que les castra como personas y les hace sentir inferiores y fracasados. Y no hay que esperar a la Educaci¨®n Secundaria para que eso ocurra: en nuestra pr¨¢ctica cl¨ªnica cotidiana vemos casos de ni?os peque?os que ya han desarrollado una sintomatol¨®gica depresiva, rechazo escolar y trastornos psicosom¨¢ticos tales como asma, problemas de piel, trastornos digestivos, del sue?o y de la alimentaci¨®n, todo ello producto de la ansiedad que les produce encajar en un molde que les queda peque?o.
Tambi¨¦n es com¨²n la creencia de que los ni?os con Altas Capacidades lo son porque fueron extremadamente estimulados y que de no haber sido as¨ª, ser¨ªan ni?os normot¨ªpicos. Esto tampoco es cierto: la sobredotaci¨®n tiene un componente de herencia gen¨¦tica indiscutible. Obviamente, un ambiente estimular favorecer¨¢ la expresi¨®n de la altas capacidades pero encontramos ni?os superdotados en los ambientes menos favorecidos socioecon¨®mica y culturalmente. Si, podemos aumentar la inteligencia de nuestros hijos con la estimulaci¨®n adecuada (sin sobreestimular), pero categ¨®ricamente No podemos crear ni?os superdotados.
Un ni?o con Alta Capacidad no solo es un ni?o muy inteligente. Es un ni?o cuya inteligencia difiere en la cantidad, pero tambi¨¦n en la cualidad: es una forma diferente de ser inteligente, de procesar y percibir el mundo, es un cerebro estructural y funcionalmente diferente.
Tambi¨¦n nos hemos encontrado con padres y lo que es m¨¢s preocupante, con profesionales de la pedagog¨ªa y la psicolog¨ªa que abogan por ¡°no hacer nada¡±, porque ¡°as¨ª se normaliza y se le quita importancia¡±. Este planteamiento es tan contraproducente que nos cuesta trabajo entenderlo salvo que sea producto del miedo a no saber qu¨¦ hacer o la necesidad de no enfrentar dicha realidad. Las sobredotaci¨®n no puede normalizarse porque su esencia es precisamente su anormalidad, en tanto quienes lo son representan a tan solo un 2% de la poblaci¨®n y es urgente, imprescindible, entender a un hijo sea como quiera que ¨¦ste sea: conocer su realidad nos acerca y nos permite apoyarle.
Otro t¨®pico es que los ¡°ni?os con altas capacidades lo son siempre y en todo momento¡±: rotundamente no. Los ni?os son sobre todo ni?os con independencia de su especificidad y necesitan ser y comportarse como tales y sobre todo ser tratados como tales: permitir el error, la intolerancia a la frustraci¨®n, las rabietas, el aburrimiento, el entusiasmo, el enfado, el juego¡ todo lo que implica la vivencia de una infancia sin prisa y manejando nuestras expectativas.
Realidades poco conocidas
Y de la misma manera que hay un mont¨®n de creencias distorsionadas muy generalizadas acerca de los ni?os con Altas Capacidades, hay otras realidades de estos ni?os muy poco conocidas:
Los ni?os con Altas Capacidades son extremadamente sensibles y por ello muy vulnerables. La mayor¨ªa de ellos tienen hiperexcitabilidades sensoriales o motrices: reacci¨®n excesiva ante ruidos, olores, luz intensa, muy movidos, les incomodan las etiquetas de la ropa, las telas r¨ªgidas como los vaqueros, determinadas texturas en los alimentos¡ Tienen un exacerbado sentido la justicia as¨ª como una empat¨ªa hiper desarrollada, lo que les lleva a percibir la realidad de forma muy ansiosa, acumulando grandes dosis de ansiedad al cabo del d¨ªa que deriva muchas veces en comportamientos r¨ªgidos y obsesivos en un desatinado af¨¢n de canalizar toda su ansiedad.
Atender las necesidades emocionales de los ni?os con altas capacidades es la base para que puedan desplegar su potencial cognitivo: hoy sabemos que en el ¨¦xito hay un 30% de factores cognitivos y un 70% de factores emocionales.
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