El retorno de Pedro S¨¢nchez
Lo que a¨²n est¨¢ por ver es en qu¨¦ medida esta elecci¨®n termina de generar paz interna
Los militantes del PSOE ten¨ªan ante s¨ª una de las disyuntivas m¨¢s importantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Con un partido en el suelo electoral hist¨®rico desde 1977, la elecci¨®n de un nuevo Secretario General era el paso imprescindible para saber qu¨¦ lugar quiere ocupar este partido centenario en el nuevo sistema de partidos espa?ol. La indudable divisi¨®n de este partido desde 2014, que culmin¨® en el dram¨¢tico comit¨¦ federal del 1 de octubre, ha tenido mucho que ver en esta ruptura. Sin embargo, al margen de la vida interna, la pregunta estrat¨¦gica sobre la mesa no es menor: ?C¨®mo lograr¨¢ el PSOE ser capaz de encabezar de nuevo coaliciones de gobierno que permitan recuperar la Moncloa?
La movilizaci¨®n interna ha satisfecho con mucho las expectativas, algo explicable dado que la escasa diferencia de avales entre las dos candidaturas principales y que permit¨ªa anticipar una pugna re?ida. Tres elementos iban a ser clave. Primero, en qu¨¦ medida los avales, esa especie de ¡°primera vuelta¡± informal con nombre y apellidos, era representativa o no del total de votantes. Segundo, qu¨¦ candidatura iban a preferir los militantes que a¨²n no se hab¨ªa pronunciado los cuales, dada la polarizaci¨®n interna, sin duda saldr¨ªan a votar. Y finalmente, en qu¨¦ medida hubiera voto estrat¨¦gico de avalistas de Patxi Lopez detr¨¢s de algunas de las dos candidaturas con m¨¢s peso.
La victoria de Pedro S¨¢nchez ha sido muy amplia y entroniza al secretario general m¨¢s viable electoralmente a tenor de todos los sondeos. Esto es as¨ª especialmente entre los votantes menores de 35 a?os y los territorios plurinacionales. Su campa?a, animada sobre el eje de la lucha contra ¡°el aparato¡± y situarse a ¡°la izquierda¡± ha sido con mucho la m¨¢s eficaz. Sin embargo, queda la duda de si esta elecci¨®n supone el retroceso en el reloj al minuto anterior al comit¨¦ del 1 de octubre. Con escasos apoyos territoriales, sin alianzas medi¨¢ticas y pol¨ªticas, corre el riesgo de volver a convertir Ferraz, ese trono sin feudo, en un bunker.
Lo que a¨²n est¨¢ por ver es en qu¨¦ medida esta elecci¨®n termina de generar paz interna. Pendientes del congreso federal, los regionales y unas primarias abiertas para elegir el candidato a la Moncloa, hay nuevos asaltos a la vista. La amplia victoria de S¨¢nchez pueda ayudarle, pero en sus manos tiene coser esta vez, y hay desgarros profundos. Al fin y al cabo, el gran riesgo del PSOE es que su escaso ¨¢nimo de integraci¨®n termine convirtiendo a este partido en una formaci¨®n m¨¢s preocupada por los asaltos org¨¢nicos que por buscar un proyecto y un espacio en una Espa?a que, le guste o no, ya no es la del bipartidismo.
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