11 fotosLa perfecci¨®n n¨®rdica es mentira: soledad, alcohol y antidepresivosCada vez que alguien le diga que el hygge es la respuesta a todos sus males, suelte una fuerte carcajadaBuenaVida27 may 2017 - 09:51CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEs muy habitual leer que Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca e Islandia ocupan los primeros puestos en las listas de educaci¨®n, igualdad, conciliaci¨®n laboral, derechos sociales y calidad de vida. A menudo, adem¨¢s, se publican im¨¢genes de sus envidiables paisajes, y por si fuera poco, durante los ¨²ltimos dos a?os se han puesto de moda conceptos n¨®rdicos que desconoc¨ªamos, y que no se pueden traducir en una simple palabra: el hygge dan¨¦s es una situaci¨®n de bienestar y felicidad en la que uno se siente c¨®modo, relajado y libre; el fika es una tradici¨®n sueca para socializar y disfrutar del momento del caf¨¦ en el trabajo; y el lagom, tambi¨¦n sueco, significa "en la medida justa", y se aplica desde a h¨¢bitos de compra hasta a horas de trabajo. ?Realmente se vive tan bien en Helsinki, Oslo, Estocolmo, Copenhague o Reikiavik? M¨¢s all¨¢ de los estudios favorables, estos pa¨ªses n¨®rdicos todav¨ªa presentan realidades mucho menos agradables, que no han logrado arreglar ni con su filosof¨ªa de vida ni con sus conceptos tan optimistas. Repasamos algunos de los puntos m¨¢s delicados.Seg¨²n TV4, uno de sus principales canales de televisi¨®n, cuatro de cada diez hogares en Suecia son unipersonales, es decir, en 1,7 millones de casas solo vive una persona. Y el n¨²mero crece cada a?o, porque solo en 2015 aumentaron en 32.000. Seg¨²n un estudio de Cruz Roja, el 40% de los suecos afirma sentirse abandonado, y lo m¨¢s triste: uno de cada cuatro muere sin que nadie reclame su cad¨¢ver. Esto ¨²ltimo se cuenta en un documental titulado La teor¨ªa sueca del amor, dirigido por Terik Gandini, que indaga en los or¨ªgenes de la soledad que invade a la sociedad sueca. La ra¨ªz de este problema est¨¢ en pensar que solo la independencia da la felicidad, y creer que uno es libre cuando ha roto todos los lazos de dependencia que le unen a los otros, cuando ya no necesita ni pareja, ni hijos, ni amigos para sobrevivir. Este fue, m¨¢s o menos, el proyecto de familia que desarroll¨® el primer ministro Olof Palme en 1972. Y claro, de aquellos polvos vienen estos lodos¡El concepto de felicidad escandinava con el que nos han estado bombardeando choca con la cantidad de antidepresivos que se consumen en estos pa¨ªses. Seg¨²n un estudio de la OCDE, Islandia lidera el r¨¢nking con el 11,8% de los habitantes tom¨¢ndoselos a diario. En Suecia y en Dinamarca lo hacen el 8,4% y el 8% respectivamente, frente al 6,5% de espa?oles (que no es poco). ?Tendr¨¢ algo que ver esta necesidad de echar mano de los f¨¢rmacos con el aislamiento geogr¨¢fico, el fr¨ªo (en oto?o e invierno la media de temperatura es de 10 grados bajo cero), la locura de tener 24 horas de luz en verano y apenas cuatro o cinco en invierno? El psic¨®logo del centro ISEP Cl¨ªnic Barcelona, Pau Obiol, detalla: ¡°Aunque existen divergencias y conclusiones contradictorias entre diferentes estudios, hay investigaciones que confirman que la cantidad de luz solar, el clima, la poluci¨®n, la nubosidad, la latitud geogr¨¢fica y los cambios estacionales pueden influir en el estado de ¨¢nimo. De hecho, el Manual de Diagn¨®sticos y Estad¨ªsticos de los Trastornos Mentales (DSM-V) asocia la depresi¨®n mayor recurrente con un patr¨®n estacional. Se da en determinados momentos del a?o, normalmente en oto?o e invierno, que son ¨¦pocas donde hay una menor irradiaci¨®n solar. No obstante, la variaci¨®n individual y gen¨¦tica es igualmente determinante".Aunque el ¨²ltimo informe PISA sit¨²a a Finlandia en el quinto puesto del r¨¢nking de pa¨ªses con mejor sistema educativo, normalmente siempre se encuentra entre los tres primeros y es un referente para el resto: educaci¨®n 100% gratuita y de calidad, sin deberes, sin acoso escolar, con aulas peque?as y grandes resultados acad¨¦micos. Pero hay una realidad escondida menos id¨ªlica: un gran problema con el alcohol que destroza a sus ciudadanos. Es tan grave, que hace 10 a?os era la causa principal de muerte en Finlandia, tanto en hombres como en mujeres. Mor¨ªan m¨¢s ciudadanos por alcoholismo que por ataques al coraz¨®n o c¨¢ncer. Hoy en d¨ªa, a pesar de que la estad¨ªstica ha bajado, a¨²n un 14% de las muertes son debidas a problemas surgidos con el licor. Es cierto que su abuso alcanza a casi todos los pa¨ªses desarrollados, pero para hacerse una idea de la magnitud del problema, mientras en Espa?a mueren 0,62 personas por cada 100.000 a causa del alcohol, en Finlandia lo hacen 7,55. En este sentido, el trabajo del fot¨®grafo Javier Corso, que vivi¨® durante un tiempo en ese pa¨ªs n¨®rdico, ilustra de una manera muy realista el drama finland¨¦s y vincula la apolog¨ªa de la autosuficiencia, la represi¨®n de los sentimientos y la soledad como tres de las culpables del consumo abusivo del alcohol.Un estudio publicado en Journal of Economic Behavior & Organization asegura que las personas con baja autoestima construyen su nivel de felicidad a partir de la comparaci¨®n con otras personas, y eso aumenta el riesgo de las conductas suicidas. El texto, de 2011, destaca los casos de los pa¨ªses escandinavos. Seg¨²n datos de la OMS, (2015), Finlandia y Suecia mantienen todav¨ªa tasas destacables (16,3 y 15,4 casos por cada 100.000 habitantes, respectivamente), por encima de la media europea (14,1). As¨ª, el psic¨®logo Pau Obiol matiza: ¡°El sentido de aislamiento, falta de apoyo social y la soledad son factores de riesgo para la conducta suicida¡±. Pa¨ªses con muchos menos recursos econ¨®micos, como Albania o Grecia, presentan cifras mucho m¨¢s bajas (4,3 casos por cada 100.000 ciudadanos). En Espa?a, la cifra es de 8,5.Seg¨²n el Foro Econ¨®mico Mundial, los pa¨ªses m¨¢s igualitarios (seg¨²n factores de distribuci¨®n de la riqueza, educaci¨®n, salud y poder pol¨ªtico) son Islandia, Finlandia, Noruega y Suecia. Pero al mismo tiempo, las cifras del estudio realizado por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Uni¨®n Europea aseguran que Dinamarca, Finlandia y Suecia son los pa¨ªses europeos con m¨¢s violencia f¨ªsica y/o sexual hacia las mujeres, ya que entre el 46% y el 52% de las f¨¦minas declar¨® haber sufrido alg¨²n tipo de abuso f¨ªsico o sexual desde los 15 a?os por parte de un compa?ero sentimental o cualquier otro ciudadano (que en el 97% de los casos era un hombre). ?C¨®mo es posible que esto ocurra con gobiernos que se autodefinen como feministas y con la mayor¨ªa de parlamentarios mujeres? Aunque haya muchos factores en juego, los autores del texto sugieren que "en funci¨®n de los pa¨ªses, puede ser m¨¢s o menos aceptable culturalmente hablar con otras personas de las experiencias de violencia contra las mujeres. Al examinar los resultados de la encuesta es necesario tener en cuenta la posibilidad de que en sociedades en las que la violencia por parte de la pareja se considera en general un asunto privado, es poco probable que estos incidentes se compartan con familiares y amigos, y tampoco se suelen poner en conocimiento de la polic¨ªa".No es extra?o caminar por las calles de Finlandia, Suecia, Islandia o Dinamarca a temperaturas bajo cero y encontrarse carritos aparcados en la calle, con el ni?o dentro, mientras sus padres se toman un cafetito caliente en un coqueto local. Forma parte de una pr¨¢ctica habitual que ha pasado de generaci¨®n en generaci¨®n, y que naci¨® con el objetivo de reducir la mortalidad infantil en la d¨¦cada de los a?os 20 del siglo pasado. Los beb¨¦s pasaban mucho tiempo en el interior de sus casas, en las que la mala calidad del aire y la falta de luz no beneficiaban al reci¨¦n nacido. De ah¨ª que los sacaran a dormir en los porches de los hogares. Pero hoy en d¨ªa, con un mejor dise?o de los edificios y unas mejores condiciones higi¨¦nicas, no tiene mucho sentido dejar al ni?o en la congelada intemperie. ¡°En pa¨ªses de la cuenca mediterr¨¢nea como Espa?a, nuestro clima nos permite en cualquier momento dar al ni?o ese paseo tan necesario para que le d¨¦ el aire fresco y la luz del sol, importante para adquirir la vitamina D. Nosotros, a diferencia de las personas que viven en estos pa¨ªses del norte, no tenemos d¨¦ficit y no necesitamos tomar suplementos de esta vitamina¡±, explica el responsable de Neonatolog¨ªa del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, F¨¦lix Castillo. Por otro lado, dejar a un ni?o solo desatendido en la calle, aunque sea por unos minutos, en Espa?a es delito y, por mucho que se abrigue al beb¨¦, su nariz queda al descubierto y exponerlo a temperaturas tan extremas tampoco garantiza que "le haga m¨¢s fuerte¡±.Otra tradici¨®n finlandesa con m¨¢s de 80 a?os de historia que se ha extendido por el mundo, como si se tratara de una pr¨¢ctica innovadora y revolucionaria, es sustituir la cuna por una caja de cart¨®n. Para evitar la alta tasa de reci¨¦n nacidos que por aquel entonces fallec¨ªa por muerte s¨²bita, en la Finlandia pobre y deprimida de 1930 comenzaron a repartirse unas cajas con el fin de que las madres no compartieran cama con los neonatos (ya que pod¨ªan asfixiarlos) o que, ante la falta de recursos, los peque?os no durmieran en contacto con el suelo. Pero hoy en d¨ªa, ?tiene alg¨²n sentido meter a su beb¨¦ en una caja de cart¨®n? El doctor F¨¦lix Castillo lo tiene claro: ¡°Es una tradici¨®n, y puede que ayude a sociedades que viven en la extrema pobreza, aquellas en las que las madres dan a luz y carecen de cunas, pero sinceramente, en el siglo XXI y en nuestra sociedad, con todos los avances que se han producido en el ¨¢rea de Neonatolog¨ªa, no le veo mucho sentido a esta pr¨¢ctica. Si el ni?o ha nacido de forma prematura, su lugar es la unidad de cuidados intensivos neonatales, donde se establecen los protocolos de aislamiento correspondientes y se controlan las posibles infecciones. Cuando no est¨¢n encima de su madre (que es la mejor cuna, por cierto), descansan en incubadoras adaptadas que regulan su temperatura, y se hace en salas que cuentan con mecanismos para controlar el ruido. La piel del reci¨¦n nacido es muy delicada, y hay que tener ciertas precauciones, como contar con un colch¨®n firme, hipoalerg¨¦nico, transpirable y f¨¢cil de limpiar¡±.Este pa¨ªs es uno de los principales productores y exportadores de petr¨®leo del mundo, un negocio que le hace ser muy rico (el 64% del total de sus exportaciones dependen del oro negro). Produce dos millones de barriles de crudo al d¨ªa, lo que le coloca en la lista de los mayores exportadores de petr¨®leo (seg¨²n datos de la OPEP de 2014, Noruega est¨¢ en el puesto n¨²mero 12). En su libro Gente casi perfecta (Capit¨¢n Swing), el periodista ingl¨¦s Michael Booth recuerda que el pa¨ªs tiene poco m¨¢s de cinco millones de habitantes, por lo que a la semana tocan cada uno a m¨¢s de dos barriles de petr¨®leo. Y esto choca con el gran compromiso de los noruegos con el medioambiente, cuyo gobierno, para m¨¢s confusi¨®n, est¨¢ estudiando prohibir los coches de gasolina en 2025. Mientras, el pa¨ªs hace o¨ªdos sordos a las protestas de los ecologistas e incrementa la cuota que permite la caza anual de 999 ballenas, m¨¢s que Islandia y Jap¨®n juntos. Hace poco un documental emitido en la televisi¨®n p¨²blica NRK, La batalla de la agon¨ªa, mostraba el sufrimiento de estos animales, y c¨®mo la gran mayor¨ªa de ellas (el 90%) estaban embarazadas.Los pa¨ªses escandinavos se caracterizan por ser muy homog¨¦neos. Poca poblaci¨®n, toda hablando el mismo idioma, toda del mismo color y pensamiento parecido. Algunos lo denominan ¡°¨¦xito de la cohesi¨®n social¡±, pero entre los inmigrantes existe una broma, mitad exageraci¨®n mitad realidad, que describe muy bien c¨®mo se sienten. Despu¨¦s de a?os viviendo en el pa¨ªs y sin haber entablado relaci¨®n alguna con ning¨²n nativo, a¨²n se preguntan: ?D¨®nde estar¨¢n los suecos? Llegan a estos pa¨ªses por su gran nivel de vida, pero la integraci¨®n, concretamente en Suecia, no es f¨¢cil, y as¨ª lo explica el economista sueco de origen kurdo Nima Sanandaji en su obra Scandinavian Unexceptionalism (El poco excepcional modelo escandinavo): ¡°No hay dudas de que el generoso sistema de bienestar, inicialmente, ayuda a muchas familias inmigrantes. Sin embargo, a medida que crece la dependencia a largo plazo, el sistema puede llevar f¨¢cilmente a la marginaci¨®n. El resultado es una pobreza social duradera, en barrios donde muchos adultos no trabajan¡±. Lo confirman datos de la OCDE que aparecen en el libro, en los que se puede ver c¨®mo incluso inmigrantes con altas calificaciones encuentran muy dif¨ªcil encontrar un empleo adecuado, sobre todo en Finlandia y Suecia, con una tasa de desempleo 8 puntos porcentuales m¨¢s elevada que los nacidos en esos pa¨ªses con niveles de educaci¨®n similares.Seg¨²n el informe Euro Health Consumer Index, Dinamarca tiene la novena mejor sanidad de Europa (Espa?a est¨¢ en la posici¨®n 19), pero en 2011 la Fundaci¨®n Mundial de Investigaci¨®n contra el C¨¢ncer nombr¨® este pa¨ªs como la capital mundial del c¨¢ncer. Las autoridades argumentaron que las altas tasas se deb¨ªan a que su sanidad era tan buena en prevenci¨®n, que eran capaces de detectar muchos m¨¢s casos (que seguramente hubieran pasado desapercibidos en la sanidad p¨²blica de otros pa¨ªses). Pero lo cierto es que, seg¨²n el European Health Report de 2015, Dinamarca registra el r¨¦cord de muertes por c¨¢ncer de pulm¨®n de toda la Uni¨®n Europea, con 72 casos por cada 100.000 habitantes y se sit¨²a la tercera, solo por detr¨¢s de Reino Unido e Irlanda, en muertes por enfermedades respiratorias, con 128 fallecimientos por cada 100.000 ciudadanos. Y hay m¨¢s datos. Seg¨²n la OMS, la tasa de obesidad en Dinamarca es del 19%, pero el 55% de la poblaci¨®n tiene sobrepeso, algo que adem¨¢s va en aumento. Puede que haya llegado el momento de cortarse con la mantequilla o con los rullepolse (la t¨ªpica salchicha enrollada, hecha a base de panceta de cerdo y rellena de especias), y acercarse un poquito m¨¢s a la dieta mediterr¨¢nea. Algo bueno tendremos los del sur. A lo mejor, incluso m¨¢s de lo que pensamos.