Maldita bicicleta
Si la llegada de las bicicletas a las ciudades parec¨ªa alterarlo todo, ahora se est¨¢ produciendo una revisi¨®n de modelo de movilidad que genera un intenso debate
La bicicleta era la punta del iceberg. El icono visible del cambio del modelo de movilidad de las ciudades. El veh¨ªculo que cuestionaba el cochecentrismo que hab¨ªa dominado las pol¨ªticas municipales (y nacionales). A pesar de que ese cambio arranc¨® hace a?os ¡ªen Madrid la llegada del sistema p¨²blico de bicicletas en 2014 fue un hito¡ª?y de que las bicis han ganado protagonismo en las calles, cada vez que se aplica una medida de movilidad se desata la pol¨¦mica. Bien sea por las limitaciones de acceso a las cuatro ruedas al centro de la capital durante picos de contaminaci¨®n, bien porque se corte en Navidad la Gran V¨ªa. Tanto si se modifica el ciclocarril de los bulevares como si se reordena la calle Vallehermoso.
Las cr¨ªticas no solo vienen de la oposici¨®n pol¨ªtica ¡ªdesde el PP describieron a la alcaldesa Carmena (Ahora Madrid) ¡°como coch¨®foba¡±¡ª sino que tambi¨¦n se generan dentro del colectivo que defiende ese modelo alternativo (ciclistas, peatones, usuarios transporte p¨²blico¡). Parte de los pedaleantes reclaman carriles segregados mientras que otro grupo defiende compartir la calzada. Los peatones apelan a la universalidad de su rango (todos somos peatones porque todos caminamos por la urbe en alg¨²n momento). Mientras que el transporte p¨²blico se reivindica como una de las claves en el cambio de modelo.
El debate no cesa. Mientras, los ciudadanos se vuelcan con los sistemas de bici p¨²blica, carsharing, motosharing (esta semana se present¨® el segundo que opera en Madrid). Una pasi¨®n potenciada por los tel¨¦fonos inteligentes y el?big data (claves en la actual gesti¨®n urbana). Hasta las marcas de coche han comprado el discurso alternativo e incluyen ciclistas en sus anuncios y describen, en sus spots aspiracionales, un modo de uso del veh¨ªculo diferente (¡°Cuando conduzco, conduzco¡±).
Aunque el cambio de modelo urbano parece consolidado, algunos sectores a¨²n muestran reticencias y se dedican a polemizar cada vez que se toca la movilidad. Si en un primer momento la maldita bicicleta ven¨ªa a alterarlo todo, ahora es una revisi¨®n mucho mayor. Ese ruido visibiliza los diferentes modelos de ciudad. De ah¨ª ese debate intenso. Porque la movilidad interesa. La manera en la que se dise?an las ciudades en las que vivimos marca nuestros tiempos; nuestras rutinas. Marca nuestras vidas. De todo esto vamos a hablar en I Love Bicis.
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