Instrucci¨®n 9

Debe pasar muchos d¨ªas silenciosa, vuelta hacia dentro como un abrigo puesto del rev¨¦s, sin entender qu¨¦ le sucede. Cuando en su trabajo la feliciten por el proyecto que dirige diga ¡°gracias¡±, si¨¦ntase entusiasmada, conserve por un minuto la esperanza de estarlo. Despu¨¦s, perciba c¨®mo el des¨¢nimo cae otra vez sobre usted como una manta h¨²meda. Un d¨ªa d¨ªgase: ¡°Antes era distinto¡±. Sienta, inmediatamente, que nunca hubo antes. Que el presente es lo que siempre ha habido y lo que siempre habr¨¢: una manada de d¨ªas iguales, usted y ¨¦l en un departamento hermoso, entre muebles hermosos, paseando los fines de semana en un auto hermoso. Cuando la asalten recuerdos dispersos ¡ªusted y ¨¦l riendo en un bar, bailando¡ª, al¨¦jese de ellos como de cuchillos infectados. Piense: ¡°En alg¨²n momento se va a dar cuenta, me va a preguntar qu¨¦ me pasa¡±. D¨ªa tras d¨ªa, contin¨²e muda. Su voz, un alambre torcido, apenas servir¨¢ para decirle: ¡°?C¨®mo te fue?¡±. Una noche, durante la cena, intente una conversaci¨®n. Apenas comience a hablar, comprenda que ni siquiera sabe qu¨¦ decir. Sienta que usted misma se ha tra¨ªdo hasta aqu¨ª y se ha transformado en esto que es: alguien con una vida feliz perfectamente infeliz. Sienta que sus frases suenan como un berrido, la queja pat¨¦tica de una mujer rid¨ªcula. ?l no dir¨¢ nada. S¨®lo alternar¨¢ la vista entre el televisor y el plato. D¨ªgale, temerosa: ¡°?Qu¨¦ pens¨¢s?¡±. ?l va a mirarla como si lo estuviera importunando, y usted ver¨¢ en sus ojos un desprecio agusanado y antiguo. Sienta ganas de correr. M¨¢s tarde, tome una pastilla para dormir. No duerma. En mitad de la noche, si¨¦ntese en la cama y escuche c¨®mo ¨¦l respira sereno. Cuando piense: ¡°Lo aborrezco¡±, no sienta culpa sino p¨¢nico. Como si hubiera pensado lo ¨²nico que no pod¨ªa pensar. Como si hubiera decapitado el ¨²ltimo soplo de vida de un p¨¢jaro enfermo.

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