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El libro de animales que har¨¢ que dejes de comer carne La fot¨®grafa Jo-Anne McArthur aborda en We Animals la relaci¨®n entre los humanos y los animales. Un libro en el que mezcla fotograf¨ªa y activismo, y que presenta ma?ana, jueves 8, en la librer¨ªa La Central (Madrid) "We animals constituye mi intento de rendir homenaje a los extraordinarios individuos, tanto humanos como no humanos, que he conocido a lo largo del camino. Este libro es una muestra de las cientos de miles de fotografi?as que he tomado para el proyecto; es mi aportacio?n para la coleccio?n de trabajos que sirven para educar a la gente sobre el alcance y la intensidad de la guerra continua que esta?n librando los seres humanos contra nuestros parientes, los animales", explica la fot¨®grafa que cuenta con m¨¢s de diez a?os de experiencia siendo reportera gr¨¢fica. Su pasi¨®n por los animales le viene de ni?a: "Siempre me han encantado los animales. Cuando era pequen?a, mis padres me dejaron tener periquitos. No podi?a dejar que estuvieran en una jaula, asi? que cuando estaba en casa me permiti?an que los dejara volar por el cuarto de ban?o y yo me sentaba encima del lavabo y los observaba." Fue en un zoo de Ontario donde ocurri¨® la revelaci¨®n. A trav¨¦s de su objetivo, McArthur vi¨® a un burro junto a un cartel donde la ¨²nica informaci¨®n que aportaba era esa, que era un burro. "En cuanto hice el disparo me sobrevino el sentido de lo absurdo. ?Cua?l era el beneficio de esta exhibicio?n, tanto para el burro como para nosotros? No se aprendi?a nada. No existi?a una relacio?n que fuera ma?s alla? o en la que se pudiera profundizar. Toda la escena era un insulto, tanto para e?l como para nosotros", explica. Una escena que se repetir¨ªa m¨¢s veces y que impulsar¨ªa a McArthur a unir sus dos pasiones. Y es que mientras los turistas pueden entretenerse e incluso divertirse observando un animal enjaulado, a ella la idea le hac¨ªa replantearse nuestro trato con la otra especie. "Pense? que seguramente podri?a haber maneras de relacionarse con los animales como el burro y el mono que fueran ma?s serias, menos explotadoras y ma?s educativas que las que nos encontramos aqui?", apunta en su libro. En 'We Animals' la fot¨®grafa incluso nos hace cuestionarnos nuestra utilizaci¨®n de la palabra. "Nunca me ha gustado el uso peyorativo de la palabra animal para describir a alguien que es cruel, sucio, inferior, poco digno o que de alguna forma no encaja en la sociedad humana. ??Tu? animal??, me pregunte? a mi? misma. ??Nosotros animales??. Al decir ?nosotros, animales?, en ese momento, dirigi?a, de cierta forma, la acusacio?n hacia todos nosotros, a la vez que afirmaba el hecho tan obvio, pero tan normal, de que todos nosotros somos animales: seres que sentimos y que tenemos ganas y deseos de vivir ¡ªy de desarrollarnos¡ª alejados de todo mal." Su norma es que la fotograf¨ªa muestre exactamente la verdad. "No quiero tomar solamente fotos de animales enormes que tengan carisma y de cachorros preciosos para que los espectadores se sientan felices y contentos y no les preocupe su bienestar. Las ima?genes deben proporcionar al espectador la oportunidad de recabar informacio?n", explica. Y con fotos como esta nos ha quedado claro. Entre los mentores de McArthur se encuentra el fot¨®grafo Larry Towell, de la agencia Magnum. Algo que sumado a una larga trayectoria, la distingue de un activista al uso. "Normalmente, las ima?genes que utilizan los defensores de los derechos animales las toman los activistas, y no foto?grafos, que utilizan ca?maras comunes y corrientes o inadecuadas; se realizan desde la misma distancia y altura ¡ªnormalmente al nivel de los ojos y apuntando hacia abajo al sujeto o situacio?n¡ª. Los activistas y las organizaciones ahora han aprendido que las ima?genes potentes constituyen un elemento crucial para cualquier campan?a", explica en su libro. 'We animals' es una recopilaci¨®n de 15 a?os de viajes y fotograf¨ªas: "Ya sea en Farm Sanctuary en Watkins, Nueva Work; en Snooters Sanctuary de Canada?; o en Edgar ?s Mission, Australia; del sufrimiento de las aves despue?s del vertido de BP en Luisiana; en Save the Chimps de Florida y Nuevo Me?xico o documentando a los toros sin hogar en la India; viajando con Sea Shepherd por el Anta?rtico, o traba- jando con Igualdad Animal en Espan?a y con la Swedish Animal Alliance". En 2006, McArthur acudi¨® a la Estampida, el rodeo m¨¢s importante de Canad¨¢ en el que se reparten m¨¢s de dos millones de d¨®lares en premios. "La gente lo festeja como si fueran vaqueros y vaqueras. Los hombres se muestran viriles, chulea?ndose en sus pantalones vaqueros, sus sombreros y cinturones de hebillas gigantes; y las mujeres llevan botas y minifaldas. Es evidente que hay cierta comodidad y sensualidad entre los participantes en este juego de roles de ge?nero", apunta al lado de esta imagen en la que muestra el derribo de un novillo. Su trabajo tambi¨¦n hace mucho hincapi¨¦ en las granjas industriales y los laboratorios en los que se experimentan con animales. La tortura animal no es algo ajeno a nosotros, y eso es lo que quiere mostrarnos con su trabajo. "A muchos nos resulta ma?s fa?cil suponer que el maltrato es algo que llevan a cabo otras personas ?en otros lugares?, que no somos responsables ni estamos implicados y que nuestra propia sociedad es ma?s compasiva y esta? ma?s avanzada", explica. "Las fotografi?as que he tomado ilustran que una granja industrial es una granja industrial, ya este? situada en Suecia, Australia, Canada? o Camboya", apunta en la introducci¨®n de su libro. "La matanza en un matadero es igual, tenga lugar en Espan?a o Tanzania", explica. Aunque no todo est¨¢ perdido. En el mundo tambi¨¦n hay otras personas como McArthur. "Tambie?n he encontrado refugio en personas y organizaciones que con devocio?n, ternura y otros recursos alimentan y curan a los ma?s fra?giles y desechados por la industria", explica. "La otra cara de la moneda es que las ima?genes tambie?n demuestran el increi?ble y valiente trabajo que se esta? haciendo por el bienestar de los animales, desde los refugios para primates de Cameru?n y los santuarios de elefantes de Tailandia, hasta las organizaciones que ayudan a los osos negros asia?ticos de Vietnam y los animales de granja por toda Norteame?rica", apunta en su introducci¨®n. 'We Animals' ha sido una fuente de informaci¨®n para muchos organismos, que como la fot¨®grafa, luchan cada d¨ªa por los derechos de los animales. "La ca?mara ha resultado ser mi pasaporte perfecto para poder acceder a las vidas de otros (humanos o no), dar el salto y conseguir estar entre bastidores y aprender. Aunque mis fotografi?as cada vez tratan menos sobre personas o sobre mi?; o incluso, sobre la este?tica de la composicio?n", apunta la fot¨®grafa. El libro de McArthur se divide en cinco secciones. En las tres primeras tratan la explotaci¨®n animal en las distintas industrias: alimenticia, moda, entretenimiento, etc. Tambi¨¦n le dedica su espacio a los rescates de animales y todos esas personas que mejoran sus condiciones e incluye tambi¨¦n partes de los diarios que escribi¨® de 2009 a 2013. Al contrario de aquel zoo que no daba m¨¢s informaci¨®n que el nombre com¨²n del animal, el libro de McArthur es casi una experiencia extrasensorial: "A lo largo del libro ofrezco el contexto de las fotografi?as e informacio?n especi?fica sobre el animal y la industria presentada, para que os haga?is una idea de cua?l es el sonido y el olor que se esconde tras las ima?genes, como si se estuviera ahi?, y (a veces) sobre la decisio?n que como foto?grafa me llevo? a capturar la imagen ma?s evocadora y potente". El libro de McArthur tambi¨¦n es educativo: "termina con una lista de recursos que os invito a utilizar para saber lo que pode?is hacer para ayudar a terminar con el sufrimiento de los animales". "Mi gran esperanza es que el espectador tome la decisio?n de no apoyar la industria que provoca ese sufrimiento a los animales. Asimismo, quiero que los espectadores compartan las fotografi?as con otros. De esta forma, la experiencia de un individuo se convierte en catalizador para el dia?logo acerca de los derechos de los animales y nuestra responsabilidad hacia ellos", apunta McArthur.