Ataques de felicidad a destiempo
Lo que voy a contar a continuaci¨®n es absolutamente cierto
Tengan cuidado, queridos lectores, con los ataques de felicidad porque, a veces, llegan cuando no toca (s¨¦ de lo que hablo).
Hemos sido educados en la b¨²squeda de la felicidad; ser feliz ¡ªnos han repetido hasta la saciedad¡ª es lo que importa. Nos han instado a agarrarla, a no dejarla escapar porque seg¨²n parec¨ªa: la felicidad era ¡°esa brisa¡± que te acariciaba en la cara y desaparec¨ªa...
(Lo que voy a contar a continuaci¨®n es absolutamente cierto).
El otro d¨ªa me levant¨¦ contento y con la tensi¨®n baja, como es mi costumbre. Cuando estaba en el cuarto de ba?o recib¨ª una llamada, descolgu¨¦ y aguant¨¦ el tel¨¦fono con el hombro ¡ªtal y como hab¨ªa visto en innumerables pel¨ªculas¡ª. Era una teleoperadora que, con una voz preciosa y un acento ex¨®tico, me ofrec¨ªa unas mejoras en mi contrato de telefon¨ªa. Cuando le estaba diciendo que me llamara en otro momento porque me pillaba en una reuni¨®n, mi celular cay¨® al v¨¢ter. Lo met¨ª en arroz, pero no hubo remedio, se qued¨® kaputt.
Acud¨ª despu¨¦s a un rodaje con una sonrisa en la cara para hacer de un personaje bastante exigente: un chico manchego, ingenuo y torpe pero lleno de voluntad. Cuando ya estaba maquillado y cambiado de ropa, me puse en mi marca y solt¨¦ en voz alta mis r¨¦plicas combinando distintos semblantes. Al terminar, y preocup¨¢ndome por dejar el personaje en el plat¨®, me met¨ª en un coche y me transport¨¦ a mi casa. Cuando estaba en mi portal ca¨ª en la cuenta: no solo era el personaje lo que hab¨ªa abandonado, tambi¨¦n mis llaves.
Sin llaves, sin m¨®vil, sin dinero en el bolsillo ¡ªy qu¨¦ decir tiene, por mi condici¨®n de actor¡ª, me¨¢ndome una cosa b¨¢rbara y sin embargo FELIZ. ?Por qu¨¦? ?A qu¨¦ se deb¨ªa ese contraste entre lo que pasaba en mi interior y en el exterior?
Lo dicho, est¨¦n alerta ante los ataques de felicidad a destiempo, mant¨¦nganlos a raya. Si es preciso sintonicen a diario 13 tv.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.