Paranormal
En otras palabras, no hay sucesos extraordinarios, solo hay pasillos
Abstra¨ªdo en mis fantas¨ªas criminales, me introduje en el pasillo mec¨¢nico que ven¨ªa, en vez de en el que iba, y result¨® que, sin que me diera cuenta, la cinta me robaba uno de cada dos pasos. Me hallaba en la T-4 del aeropuerto de Barajas, caminando a buen ritmo para rebajar el colesterol. Mi destino era la puerta K-90, una de las ¨²ltimas de la terminal. Llevaba zapatos con c¨¢mara de aire y arrastraba una maleta con ruedas, muy ligera. El pasillo mec¨¢nico estaba vac¨ªo, por lo que no ven¨ªan hacia m¨ª individuos que me habr¨ªan alertado sobre la situaci¨®n. En cambio, el de al lado ¡ªel que ten¨ªa que haber tomado yo¡ª iba lleno. Con mi visi¨®n perif¨¦rica distingu¨ªa bultos que me adelantaban vertiginosamente al sumarse la velocidad del pasillo a la de sus piernas.
Not¨¦ que algo extra?o ocurr¨ªa, pero no sab¨ªa qu¨¦. Recuerdo haber pensado en la Teor¨ªa de la Relatividad al preguntarme si mi percepci¨®n del tiempo ser¨ªa distinta a la de los que me observaban. Y es que desde el otro pasillo los bultos volv¨ªan la cabeza para mirarme. Como soy paranoico, resolv¨ª que se trataba de un delirio de persecuci¨®n y segu¨ª quemando calor¨ªas. Como es l¨®gico, a medida que progresaba, y debido a que la cinta m¨®vil me llevaba la contraria, iba, por a poco, perdiendo energ¨ªas y ralentizando mi paso. De s¨²bito, para mi sorpresa, me hall¨¦ en el punto de partida.
Lo entend¨ª como un aviso del destino y regres¨¦ a casa. Se ha suspendido el vuelo, le dije a mi mujer para no dar explicaciones. M¨¢s tarde, ya sobre mi mesa de trabajo, ca¨ª en la cuenta de lo que hab¨ªa ocurrido. Lo paranormal, pens¨¦, sucede cuando te equivocas de pasillo. En otras palabras, no hay sucesos extraordinarios, solo hay pasillos. Ahora bien, no hay pasillo inocente.
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