Los motivos de Trump

El viernes Trump anunci¨® que revocar¨ªa parcialmente la pol¨ªtica de apertura a Cuba. Sus medidas no tocan una buena parte de las reformas de Obama: no incluyen un cierre de la embajada ni restringen la habilidad de los cubano americanos de viajar libremente y enviar remesas a la isla. Tampoco proh¨ªben los cruceros ni los vuelos comerciales. Pero s¨ª incluyen restricciones a los viajes y el comercio, incluyendo una prohibici¨®n que impide a empresas hacer negocios con compa?¨ªas afiliadas al ej¨¦rcito cubano y bloquea el acceso a una parte importante del sector turismo.

Para justificar las medidas, Trump habl¨® de la importancia de promover la democracia en la isla y de vincular cualquier acercamiento al respeto de los derechos humanos y las libertades pol¨ªticas. Pero su verdadera motivaci¨®n pareciera ser pol¨ªtica. Trump busca apoyos clave para otras batallas importantes en Washington, incluyendo una que amenaza con descarrilar su presidencia.

Hasta hace poco Trump no hab¨ªa hecho cr¨ªticas a la apertura. En una entrevista en 2015 dijo que, aunque Obama hubiese podido forjar un mejor acuerdo, su pol¨ªtica hacia Cuba ¡°estaba bien¡± y que ¡°50 a?os [de la pol¨ªtica anterior] eran suficiente¡±. Que Trump viera con buenos ojos el deshielo era natural. Hacia finales de los noventa su compa?¨ªa explor¨® seriamente la posibilidad de comprar un hotel e inaugurar un campo de golf en La Habana.

Trump no se equivocaba viendo una oportunidad de negocios en Cuba. Muchas empresas estadounidenses de diversos sectores han aprovechado la apertura para hacer importantes inversiones en la isla. Los tent¨¢culos de American Airlines, Google, Airbnb y otras compa?¨ªas ya han penetrado la isla. De hecho, muchas ejercieron presi¨®n en contra de la restituci¨®n de restricciones.

No solo empresas del sector privado manifestaron su rechazo a las medidas. En varias agencias federales tambi¨¦n hubo oposici¨®n a dar marcha atr¨¢s al proceso de apertura. En su propio partido Trump confront¨® la resistencia de legisladores que abogan por la exportaci¨®n agr¨ªcola a la isla y por la eliminaci¨®n de todas las restricciones de viajes.

El deshielo adem¨¢s cuenta con el apoyo de la mayor¨ªa de los estadounidenses. Una encuesta de Pew Research Center revela que tres cuartos est¨¢n de acuerdo con la decisi¨®n de restablecer relaciones con Cuba y el 73% est¨¢ a favor de levantar el embargo, incluyendo el 62% de los republicanos.

Hace a?os el presidente americano proyect¨® abrir negocios en la isla

?Qu¨¦ explica entonces las medidas de Trump? Es poco probable que se trate de una preocupaci¨®n genuina por la falta de democracia en la isla. Trump ha tenido una relaci¨®n amistosa con los l¨ªderes autoritarios de Rusia, Turqu¨ªa, Egipto, Filipinas y Arabia Saud¨ª, y ha dicho que no reprochar¨¢ a esos reg¨ªmenes sus pr¨¢cticas represivas. No ha mostrado inter¨¦s alguno por defender los derechos humanos en esos pa¨ªses.

Lo m¨¢s probable es que su motivaci¨®n sea pol¨ªtica. Por un lado, Trump quiz¨¢ sobrestima la importancia del voto de los cubano americanos de l¨ªnea dura en su victoria. Por otro lado, dos legisladores republicanos tuvieron probablemente una desproporcionada influencia en su decisi¨®n. Marco Rubio y Mario D¨ªaz-Balart, ambos fervientes opositores del deshielo, estuvieron involucrados en la formulaci¨®n de las medidas. Rubio es miembro del Comit¨¦ de Inteligencia del Senado que investiga al equipo de campa?a de Trump por sus presuntas conexiones con el Kremlin. Para Trump su apoyo es importante. Y D¨ªaz-Balart pidi¨® en marzo garant¨ªas a la Casa Blanca sobre Cuba antes de ofrecer un voto clave para la derogaci¨®n de Obamacare.

Rubio y D¨ªaz-Balart no obtuvieron todo lo que esperaban. Pero lograron demasiado considerando que la mayor¨ªa de los cubanos y los estadounidenses apoyan el acercamiento entre ambos pa¨ªses.

Alejandro Tarre es escritor y periodista.

Twitter: @alejandrotarre