La moda masculina busca su sitio
Los desfiles de las l¨ªneas masculinas de Mil¨¢n dejan un saldo de colecciones f¨¢ciles de entender y, sobre todo, de comprar
La Semana de Moda de hombre de Mil¨¢n, que termin¨® el pasado lunes, como m¨ªnimo est¨¢ en crisis de identidad. Dos de sus nombres m¨¢s importantes, Gucci y Bottega Veneta, se han fugado al calendario de mujer, donde celebran desfiles mixtos; otros, menos conocidos (Boglioli, Federico Curradi), se han pasado a la feria Pitti Uomo, que tuvo lugar la semana pasada en Florencia; algunos han cambiado el costoso desfile por una presentaci¨®n (Etro, Canali), e incluso los hay que se han mudado a Nueva York, como Calvin Klein. Lejos quedan los d¨ªas en que las firmas compet¨ªan por hormonar su colecci¨®n masculina para conseguir masa cr¨ªtica y montar un desfile que encajara en un atestado calendario de cuatro d¨ªas. El programa milan¨¦s para primavera/verano de 2018 ha cabido esta vez holgadamente en tres.
Para entender la crisis de identidad de Mil¨¢n hay que preguntarse qu¨¦ debe mostrar un desfile de hombre. ?Una colecci¨®n de prendas imposibles, pero fotog¨¦nicas, que ayuden a vender la versi¨®n domesticada que se enviar¨¢ a las tiendas, adem¨¢s de accesorios, perfumes y dem¨¢s? ?O limitarse a mostrar lo que ya saben que se vender¨¢? Una respuesta es mezclar h¨¢bilmente todo lo anterior, o lo que Prada mostr¨® en su desfile del domingo: monos de piloto de carreras con camisa de rayas debajo o pantal¨®n t¨¦cnico combinado con impecable abrigo beis. Un look nuevaolero entre A-Ha y Gary Numan. Arriesgado, pero inteligible, recordable y trufado de prendas cl¨¢sicas y accesorios con gancho: ri?oneras de nailon, bandoleras de aerol¨ªnea de los a?os sesenta, bolsos con un nuevo estampado de c¨®mic, zapatillas ciclistas y cangrejeras.
La segunda colecci¨®n de Ermenegildo Zegna Couture por Alessandro Sartori fue incluso m¨¢s realista. Sigui¨® la senda de ropa elegantemente deportiva, o relajadamente elegante, que inici¨® la pasada temporada, solo que ahora en una rica paleta de tonos tierra. Esta propuesta responde a una estrategia. La firma italiana pretende acercarse a su cliente con una colecci¨®n continuista y hacerle la vida f¨¢cil e inmediata: un modelo de las zapatillas del desfile, con el logo de las tres cruces de la marca, se pod¨ªa comprar desde el d¨ªa siguiente, y 12 de los looks estaban disponibles para encargar a medida y recibir en el plazo de ocho semanas.
Zegna y Miuccia Prada han dejado las complicaciones conceptuales al m¨ªnimo, pero su propuesta parece casi intelectual frente a la de otros de sus compa?eros en la ¨¦lite de la moda transalpina. Sobre todo Dolce&Gabbana, hedonistas vocacionales y, desde la temporada pasada, abogados de la causa millennial. Por segunda vez consecutiva, su desfile fue una heterog¨¦nea reuni¨®n de postadolescentes millonarios en followers vestidos con los grandes ¨¦xitos de la firma. Esta vez, un mix de sastrer¨ªa, aires callejeros y deportivos, enriquecido con im¨¢genes aristocr¨¢ticas de la baraja francesa. Hab¨ªa hashtag (#DGmillennials), influencers de todo pelaje (modelos, instagrammers, hijos de y nuestros Pelayo D¨ªaz y Sergio Carvajal) y, al fondo de la pasarela, una corona, las iniciales DG y un coraz¨®n. Una imagen solo superada la noche del s¨¢bado, en la fiesta que los dise?adores celebraron en su Martini Bar, donde las coronas, los selfies y una selecci¨®n musical ad hoc (es decir, el ¨¦xito Despacito) brillaron como una bomba de purpurina.
Incluso Emporio Armani se ha puesto estos d¨ªas la corona del influencer. Cuando desapareci¨® el ¨²ltimo modelo vestido con su colecci¨®n de inspiraci¨®n japonesa, Shawn Mendes, la estrella pop de 18 a?os y 22,7 millones de seguidores en Instagram, dio la vuelta al ruedo mostrando su nuevo reloj: un modelo conectado, la ¨²ltima novedad de Emporio Armani Watches, que horas despu¨¦s presentaba en el complejo que Armani posee en Via Manzoni ante unos cuantos cientos de adolescentes nerviosas.
Y, sin embargo, a pesar de lo anterior, la menguante especie del desfile grandioso en Mil¨¢n ha permitido que juzguemos con m¨¢s detenimiento colecciones que, de otro modo, quedar¨ªan eclipsadas. Es el caso de Marni, cuyo nuevo dise?ador, Francesco Risso, reinterpret¨® en clave conceptual para todos los p¨²blicos con trajes anchos hechos de telas distintas y trajes de ba?ista antiguo. O Ferragamo, donde Guillaume Milland introdujo una interpretaci¨®n de la Riviera que, por una vez, resultaba contempor¨¢nea. Sunnei, la ¨²nica firma que canaliza la ola de juventud cool que triunfa en el resto del mundo. Y Dirk Bikkembergs: Lee Wood debuto hace seis meses como director creativo de esta casa de ra¨ªz belga y su plan es reflotarla a base de prendas que modernicen su herencia: punto pegado al cuerpo, chaquetas generosas y una paleta de negro y crudo con acentos en verde. En el backstage, Wood no perd¨ªa el tiempo simulando tranquilidad. ¡°Introducir ese tono de verde ha sido instintivo. Pero menos mal, porque todo el mundo ha hecho algo verde esta temporada. ?Por suerte hemos dado con la tendencia!¡±.
?El enemigo en casa?
La feria Pitti Uomo de Florencia tiene fama de comercial: es donde cientos de fabricantes se re¨²nen para mostrar sus colecciones a prensa y compradores en stands que, generalmente, son mucho menos glamurosos que los desfiles de Mil¨¢n. Pitti sigue siendo comercial, pero el ramillete de dise?adores que invita para que desfilen cada temporada tambi¨¦n est¨¢ subiendo su cach¨¦ creativo. Esta temporada, Jonathan Anderson present¨® una colecci¨®n de b¨¢sicos en el jard¨ªn de una espectacular villa en las afueras de la ciudad, y una de las ¨²ltimas promesas del streetwear, Off White, hizo lo propio en el Palazo Pitti. Sobre el papel, el auge de esta feria favorece el lugar de Italia en el mapa de la moda. Pero, mirando con lupa, tambi¨¦n contrasta con el ambiente en Mil¨¢n, enrarecido por las grandes ausencias y la consiguiente reducci¨®n de su calendario. Y m¨¢s enrarecido todav¨ªa, es de suponer, ahora que su vecina se ha puesto guapa.
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