una especie de canicas pero por bandos en el que se arrojaban unos contra otros con el objetivo de derribarlos.Los pequechos se agolpaban por conseguir bolsas enteras de estas criaturas. Despu¨¦s los tiraban al vac¨ªo para ver como desafiaban al viento.Si llegaste a entretenerte con esto sabr¨¢s que el dedo que se utilizaba para deslizar la carta era dedo perdido. El juego consist¨ªa en desplazar el naipe con un contrincante y quien la lanzara m¨¢s lejos consegu¨ªa la del adversario.Se estiraba y pegaba en ventanas, paredes y lo que surja. Exist¨ªa el mito de que cuando perd¨ªa su poder adhesivo, lav¨¢ndolas con agua y jab¨®n, resucitaban.Pura concentraci¨®n, Una petanca en miniatura con aspiracioens de coleccionista. Hay bolas con motivos muy locos.Parece un jueguito de 'perroflautas' y de hecho lo es, pero hubo una ¨¦poca que hasta el empoll¨®n de clase sab¨ªa hacerse unos toques con estas bolas amorfas.Jugar a la bola loca de Comansi en la orilla de la playa es un goce para todo el mundo. No mientas.El cubo de Rubik no solo es el cachivache le sirvi¨® a Edward Snowden, periodista y consultor tecnol¨®gico, para esconder la tarjeta SD con toda la informaci¨®n de la CIA. es tambi¨¦n uno de los objetos para entretenernos que m¨¢s perdura en el tiempo. Si puedes resolverlo haznos un RT.Padres y abuelos cuentan que hubo un tiempo en el que nadie jugaba a otra cosa.La misi¨®n, b¨¢sicamente, era hacerte con todos.
