Malgobierno y cultura

En la exposici¨®n que Mapfre dedic¨® al arte italiano de los a?os 20, se infiltr¨® el seguidismo al cineasta Sorrentino. Su t¨ªtulo, El retorno de la belleza, ocultaba el prop¨®sito de amansar las aguas tras consolidarse el fascismo en el poder. Una vez en la sombra Mussolini, tambi¨¦n qued¨® difuminada la figura de su mentora Margherita Sarfatti, art¨ªfice con el grupo Novecento de ese reajuste est¨¦tico y autora de una biograf¨ªa oficial del Duce. Poder y calidad literaria no encajaron, y el cr¨ªtico Medardo Rosso se atrevi¨® a decirle: ¡°Margherita, ?por qu¨¦ no escribes gu¨ªas de ferrocarriles?¡±.

El episodio viene a recordar una situaci¨®n comparable en nuestro mundo acad¨¦mico y cultural, agudizada en estos tiempos. Visto el panorama desde la universidad, dudosos m¨¦todos de selecci¨®n y carencia dram¨¢tica de recursos por la crisis han hecho posible que excelentes profesores e investigadores sigan anclados en posiciones precarias, sin perspectivas de promoci¨®n, mientras se ha colado en el v¨¦rtice m¨¢s de un merecedor de la iron¨ªa de Rosso. Y agravando el caso de la Sarfatti, la falta de calidad suele compensarse con un estilo cuartelero, menospreciando toda consideraci¨®n intelectual.

Curiosamente en el arsenal depurador de Podemos no figura la cr¨ªtica de la universidad, especialmente de aquellas formas de asignaci¨®n de recursos, no solamente ilegales, como pudo ser el encargo de una investigaci¨®n en Boston para ser realizada en California, sino ¡°alegales¡±. Las reglas se cumpl¨ªan, pero cab¨ªa manipularlas mediante una informaci¨®n selectiva y el manejo desde arriba de los criterios para lograr la finalidad predeterminada. El centro acad¨¦mico se convierte en espacio para una manipulaci¨®n permanente.

El patrimonialismo caracter¨ªstico del PP ha llevado las malformaciones al extremo en el plano cultural. No sin antecedentes socialistas, se han sucedido nombramientos de leales, afines ideol¨®gicos (nacionalcat¨®licos) y protegidos desde arriba. Hubo beneficiarios del nepotismo que eligieron destino desde su ineptitud. Y empe?ados ya en encontrarles algo rentable, fueron nombrados, para puestos de privilegio, pol¨ªticos titulados en las ant¨ªpodas de las tareas asignadas. Los nombramientos debieran ser publicados con el nombre del gancho que les elev¨®. Todo vale si es de casa. Resultado: incompetencia genera ineficacia. Dotes de mando, les sobran.

?Y qu¨¦ mejor patr¨®n para este Narrenschiff, compartido hasta ayer por Exteriores, que un afable ministro de Educaci¨®n y Cultura, quien, seg¨²n recuerda Arcadi Espada, no supo responder a c¨®mo se llamaba Don Quijote y celebr¨® que por el centenario de su autor ¡°en las escuelas se ha vuelto a hablar de Cervantes¡± (sic)? Tambi¨¦n prefiri¨® la promoci¨®n del ajedrez palentino a atender como era debido la muerte de Goytisolo. Mientras, las salas de cine cierran una tras otra. La recomendaci¨®n a la Sarfatti sigue vigente.