Helados g¨®ticos para trolear en las redes sociales, cuquimonadas de origen japo que adem¨¢s est¨¢n buenas, versiones sanas y mediterr¨¢neas de sabores de-toda-la-vida o parrillas ?a -32 grados! de las que sale magia. El futuro heladero ya est¨¢ aqu¨ª.Por si no te has enterado ya, el aceite de palma es Hitler, Pol-Pot y Gargamel: todos a la vez. Es el mal personificado. Por eso, que surjan helados con base de aceite de oliva es algo digno de aplauso. Los ha sacado La Ibense Bornay y, adem¨¢s, son veganos y libres de gluten y de lactosa.El showcooking heladero llega con los itim pad tailandeses. En una plancha a -32 grados se ponen los ingredientes junto a una mezcla de leche y crema y, en directo, se le va dando forma a una bola de helado que m¨¢s bien parece una obra de orfebrer¨ªa. Lo hacen, por ejemplo, en Thai Scoops, en Madrid.Como salido de una peli de Miyazaki, el taiyaki es un gofre japon¨¦s que se puede utilizar como cucurucho para ponerle helado dentro. En La Pecera, un local de Malasa?a, le ponen helado de t¨¦ matcha entre otros sabores y lo rematan con algod¨®n de az¨²car. Unicornio lo llaman, y est¨¢ bueno.Una buena idea: acabar con los helados rainbow con mil colorantes pasando al lado oscuro y creando un helado negro. Una mala realizaci¨®n: el helado de charcoal ¡ªcarb¨®n activado¡ª no sabe a nada. Ya disponible en Nueva York y pr¨®ximamente en sus barrios gentrificados favoritos.
