Cristiano en el Olimpo
?Por qu¨¦ se empe?a en comportarse como un trasnochado y vanidoso Adonis cuando pod¨ªa optar a ser Apolo, bello, inteligente y equilibrado?
Me supera la gente falsa que quiere parecer verdadera y la verdadera que aparenta ser falsa. No s¨¦ cu¨¢l es el caso de Cristiano Ronaldo, a quien no le pongo una pega en los campos de f¨²tbol, pero alguien deber¨ªa decirle que pavonearse hasta la extenuaci¨®n genera antipat¨ªas innecesarias. Y convertirse en un mago en el manejo de los tiempos de lo que publica, insin¨²a o quiere hacer suponer en sus redes sociales, directamente le transforma en un pesado irritante a quien ¨²nicamente no encuentran pega los hinchas m¨¢s ciegos. Es lo que tiene el amor.
Su vida re¨²ne suficientes componentes como para convertirle en ejemplo de superaci¨®n y esfuerzo. Sus lances sobre el c¨¦sped le aseguran un lugar en la historia del balompi¨¦ y en los aleluyas de los hinchas de los equipos por los que ha paseado su destreza. Las habladur¨ªas, en este caso bondadosas, aseguran que ayuda an¨®nimamente a diversas causas y algunos de sus comentarios escritos ¡ª?c¨®mo no, en redes sociales!¡ª dejan atisbar a un hombre familiar, orgulloso de los suyos y hasta tierno.
?Por qu¨¦, entonces, se empe?a en comportarse como un trasnochado y vanidoso Adonis cuando pod¨ªa optar a ser Apolo, bello, inteligente y equilibrado?
Supongo que ser inmensamente rico cuando eres demasiado joven para digerirlo, influye. Tampoco debe ayudar saberse observado y admirado ¡ªo denostado¡ª por un n¨²mero tan enorme de personas que irremediablemente asusta o envanece. No soy nadie para dar consejos a un astro con cuatro Balones de Oro pero... Cristiano, para que no tenga que discutir con mi hijo que te admira, por favor, repasa la lista de dioses del Olimpo y decide si quieres ser de esos a los que se admira o de los que se aborrecen.
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