Su relato

El rapero Jay-Z, m¨¢s conocido como el marido de... Beyonc¨¦, ha publicado un nuevo disco en el que vuelve a confirmar que le fue infiel a su mujer hace alg¨²n tiempo. Nada nuevo, ella ya lo cont¨® en el ¨¢lbum Lemonade. Un matrimonio que revienta exclusivas a la prensa y aun as¨ª es portada.

Despu¨¦s de ver a Solange, la hermana de Beyonc¨¦, abofeteando a Jay-Z, impasible, en un ascensor, comenz¨® la sospecha. Pero ni periodistas ni blogueros ni tuiteros ni mortales con m¨®viles pudieron confirmar nada. El disco de la cantante abri¨® la veda. Ella de amarillo, empoderada con un bate y destrozando todo a su paso. Que cada cual interprete el sutil mensaje, debi¨® pensar mientras sumaba d¨®lares. Ahora ¨¦l se justifica diciendo que era m¨¢s dif¨ªcil este matrimonio que vivir en un piso de protecci¨®n en la peor zona de Nueva York. Yo soy yo, pero sobre todo mi circunstancia.

R¨ªos de tinta o de html corren por el planeta desde hace semanas tratando de descifrar qu¨¦, c¨®mo, cu¨¢ndo, d¨®nde, por qu¨¦. Pero sin la exclusiva. Lo que tienen delante es un mastod¨®ntico imperio que parec¨ªa ¨²nicamente musical, pero ha tornado en multiservicios. Ellos construyen su relato con las armas de difusi¨®n masiva m¨¢s rentables. Comienzan lanzando el cebo en Instagram a coste cero, tiran del hilo y la pesca termina en una lonja llamada Tidal, la plataforma de m¨²sica en streaming desde la que Jay-Z recoge beneficios. Una maniobra de trilero. Lo siento, ya tienes la cartera vac¨ªa. Y solo estabas escuchando una canci¨®n.