Luz sobre el Popular
La soluci¨®n europea fue acertada pero suscita dudas que hay que aclarar
La soluci¨®n, r¨¢pida y contundente, a la crisis del Banco Popular, decidida por la Junta ?nica de Resoluci¨®n (JUR), con sede en Bruselas, mediante la venta a cambio de un euro al Santander, ha sido considerada, con raz¨®n, como un precedente valioso y modelo para futuras actuaciones en el sistema financiero europeo. Se valoraron, acertadamente, tres condiciones b¨¢sicas en toda intervenci¨®n bancaria: no hubo contagio al resto del sistema, se oper¨® con rapidez y, en fin, la venta evit¨® la aportaci¨®n de dinero p¨²blico. Sin embargo, en el devenir posterior han surgido algunas dudas razonables sobre algunos detalles de la actuaci¨®n de las instituciones bancarias. Esas dudas deben despejarse en beneficio de la transparencia institucional, de la credibilidad de futuras resoluciones y, tambi¨¦n, de la integridad y futuro de la, muy necesaria, uni¨®n bancaria europea.
En primer lugar, aunque no sea lo m¨¢s importante, la presidenta del JUR, Elke K?nig, tendr¨ªa que reflexionar sobre su seguramente desafortunada menci¨®n al Popular en una comparecencia p¨²blica. Si se apela a la discreci¨®n para no publicar el informe de Deloitte sobre el banco, con mayor raz¨®n debe reclamarse para silenciar la situaci¨®n de una entidad en apuros. Vista la pol¨¦mica, el informe de Deloitte tiene que publicarse; a posteriori ya no cabe secreto. En segundo lugar, es obligado despejar una inc¨®gnita elemental: el Popular no era un banco insolvente en el momento de la resoluci¨®n; su balance lo demuestra. Ten¨ªa m¨¢s activos que pasivos. Y si la crisis se precipit¨® por asfixia (fuga desordenada de dep¨®sitos, incluyendo quiz¨¢ dinero p¨²blico, algo que tambi¨¦n merece la pena precisar), igualmente hay que explicar qu¨¦ pudieron hacer las autoridades bancarias nacionales y europeas para frenar la desconfianza generalizada. Existen instrumentos de sobra, desde declaraciones p¨²blicas de confianza en el Popular por parte de las instituciones hasta el recurso a inyectar liquidez.
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Y aqu¨ª llegamos a un punto clave que requiere una aclaraci¨®n. Se trata de saber cu¨¢ntos activos como garant¨ªa de liquidez present¨® el banco, porque se han difundido informaciones contradictorias. Si el banco present¨® avales suficientes para recibir la liquidez necesaria, es preciso saber por qu¨¦ no se garantiz¨® su supervivencia; y si no los present¨®, es algo de lo que deben responder los responsables de la entidad en el momento de la intervenci¨®n. No cabe contradicci¨®n en un asunto elemental y de f¨¢cil comprobaci¨®n.
No se trata, en absoluto, de orquestar una causa general contra la resoluci¨®n. La responsabilidad fundamental de la crisis del banco debe recaer, como es l¨®gico, en los gestores y m¨¢s en la direcci¨®n anterior a la de Emilio Saracho (aunque esta fuera muy mejorable). Pero para el buen funcionamiento de los mecanismos de resoluci¨®n bancaria es imperativo conocer bien los detalles, desde el papel del Banco de Espa?a y el del FROB, hasta las decisiones de la JUR, la calidad de la supervisi¨®n y los informes de auditor¨ªa. Dejar cabos sueltos da?a la credibilidad del mecanismo europeo de supervisi¨®n, porque en el sistema financiero lo que cuenta sobre todo son los detalles.
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