Vista de la favela de Mangueira en la zona norte de R¨ªo de Janeiro, Brasil.
Las comunidades que viven en las favelas de R¨ªo de Janeiro no pierden la esperanza de que las cosas cambien, si bien la posibilidad de que sus condiciones de vida mejoren sigue siendo dudosa. (Seg¨²n The New York Times, en febrero de 2017, tanto la ciudad como el estado de R¨ªo se encuentran en una situaci¨®n dif¨ªcil. El nuevo alcalde tiene previsto un recorte del presupuesto de casi 1.000 millones de d¨®lares para este a?o, y est¨¢ previsto que el presupuesto del estado se reduzca en m¨¢s de 6.000 millones. Asimismo, el estado debe 10.000 millones de d¨®lares en cr¨¦ditos avalados por el Gobierno federal). A pesar de las dificultades, y aunque lo m¨¢s probable es que su suerte vaya a peor, las comunidades se mantienen unidas por un sentido de la resiliencia, la dignidad y el orgullo que seguramente har¨ªan sonrojarse a las comunidades m¨¢s ricas del pr¨®spero Occidente.