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Comando antidroga, limpieza y civismo: cosas que nos sorprendieron de Tomorrowland Cada a?o el tranquilo pueblo de Boom, en B¨¦lgica, muta en una especie de Disneyland del EDM, techno, house¡ Con 360.000 asistentes que agotan sus entradas en segundos Durante el pasado y este pr¨®ximo fin de semana el tranquilo pueblo de Boom, en B¨¦lgica, muta en un aut¨¦ntico parque tem¨¢tico de EDM, techno, house y todo tipo de sonoridades electr¨®nicas. Se necesitan seis semanas para poder montar los 16 escenarios que lo conforman, al igual que toda la cuidada infraestructura que convierte Tomorrowland en algo as¨ª como un Disneyland para adultos en el que no se deja al azar ni el m¨¢s m¨ªnimo detalle. Este a?o ha batido el r¨¦cord de asistencia: 360.000 personas en total de todas las nacionalidades imaginables se dan cita en este macroevento cuyas entradas se agotaron en apenas segundos hace unos meses. Daniel Arb¨®s El Mainstage, sin duda, deja sin habla a todo aquel que lo pisa. Pirotecnia, confeti, fuego, luces cegadoras y todo lo que puedas imaginarte puedes encontrarlo en el fara¨®nico escenario donde se dan cita los dj¡¯s y productores m¨¢s populares de los ¨²ltimos a?os: desde Ti?sto o Armin van Buuren, pasando por Steve Aoki, Martin Garrix o Steve Angello. Los amantes de las cantaditas saben que aqu¨ª es donde se cuece lo gordo y donde van a gastar la memoria del m¨®vil haci¨¦ndose centenares de selfies desenfocados. Daniel Arb¨®s Aunque no todo acontece en el Mainstage, para nada. Sin ir m¨¢s lejos, en el escenario The Rose Garden, con esa dragona que escupe humo con aroma a rosas, la masa descamisada lo daba absolutamente todo desde primeras horas de la ma?ana. Por mucho que reniegues de la electr¨®nica comercial te puedes quedar medio d¨ªa hipnotizado viendo tal despliegue de medios desde la barrera sin necesidad de mezclarte con la plebe. La m¨²sica, por momentos, no deja de ser algo anecd¨®tico. Daniel Arb¨®s A pesar de que el festival termina a la 1 de la madrugada olv¨ªdate de encontrar un after para quemar los ¨²ltimos cartuchos de energ¨ªa. En B¨¦lgica no son muy de trasnochar a diferencia de nosotros. La ¨²nica opci¨®n que tienes es aprovechar el momento como si la vida te fuera en ello y disfrutar mientras el recinto est¨¦ abierto, por ejemplo, de ese despliegue de led¡¯s no apto para epil¨¦pticos del Freedom Stage, uno de los m¨¢s espectaculares con su programaci¨®n trancera. Daniel Arb¨®s A primeras Tomorrowland puede parecer un para¨ªso para desfasarse e ingerir todos los qu¨ªmicos que puede resistir un ser humano. Pero una vez entras ah¨ª te das cuenta de que las drogas brillan por su ausencia y que nadie se arriesga a pillarse el coloc¨®n porque, si te pilla in fraganti alg¨²n miembro de la organizaci¨®n, literalmente te echan a patadas. Este perro se peg¨® un buen tute paseando por todo el recinto en busca de bolsitas de pl¨¢stico comprometedoras. Consejo: d¨¦jate de tonter¨ªas y no te arriesgues a que te inviten a salir. Y m¨¢s teniendo en cuenta lo que cuesta conseguir la codiciada entrada. Daniel Arb¨®s Como lo lees. A falta de estupefacientes, el alcohol (b¨¢sicamente, cerveza) es tu aliado. A pesar de la cantidad de gente que ah¨ª se concentra las barras funcionan a pleno rendimiento y no vas a tardar m¨¢s de cinco minutos en conseguir tu copa. Los camareros no se andan con tonter¨ªas y son aut¨¦nticas m¨¢quinas sirviendo. No te vas a encontrar a nadie con un globo de esos que producen verg¨¹enza ajena, aunque s¨ª a alg¨²n que otro brit¨¢nico tirado por el suelo que no ha sabido gestionar su resistencia bebedora. Daniel Arb¨®s Por incre¨ªble que parezca ni se ven peleas ni escenitas innecesarias. La gente va a bailar, a pas¨¢rselo bien sanamente y a hablar con todo bicho viviente que se cruza en su camino. Aquellos que viajan a pueblos brit¨¢nicos de mala muerte para aprender ingl¨¦s deber¨ªan replantearse seriamente acudir a Tomorrowland: en pocos lugares vas a tener ocasi¨®n de practicar idiomas como aqu¨ª. Daniel Arb¨®s En cualquier festival siempre hay personajes que hacen m¨¢s agradable la experiencia. El premio a mejor samaritano se lo lleva ese chico que, al salir del lavabo, te disparaba desodorante para que te reconciliaras con tu sobaco. Dios le bendiga all¨¢ donde se encuentre en estos momentos. Daniel Arb¨®s Ellos son los h¨¦roes an¨®nimos, aquellos que velan para que el recinto no se convierta en un estercolero con el paso de las horas. Sorprend¨ªa comprobar como por el suelo no hab¨ªa ni un triste vaso y ni apenas una colilla. As¨ª da gusto hacer la croqueta si te lo pide el subid¨®n. Daniel Arb¨®s La oferta gastron¨®mica es tan vasta que todo depende de los Pearls (la moneda oficial del festival) que quieras gastarte. Desde la t¨ªpica hamburguesa hasta restaurantes en los que puedes darte un atrac¨®n de carne o probar las delicias que para la ocasi¨®n preparan los chefs belgas m¨¢s reputados. Por poder puedes hasta cenar en una mesa exclusiva del escenario principal por 10.000 euros, aunque nos quedamos con ese puesto de patatas fritas que hizo su agosto en pleno mes de julio. Sus propietarios, Swa y Marieke, llevan ya a?os jubilados, pero no quisieron perderse por nada del mundo la ocasi¨®n de repartir felicidad fritanga. Daniel Arb¨®s Aquella pantomima que en 2004 nos encasquetaron en Barcelona con el nombre de F¨°rum de les Cultures fue del todo cuestionable. No obstante, en Tomorrowland s¨ª que se respira ese halo de internacionalidad. Hay m¨¢s nacionalidades ah¨ª representadas que pa¨ªses que compiten en los Juegos Ol¨ªmpicos. Y lo bueno del asunto es que, aunque no puedas comunicarte con la gente porque andas escaso de idiomas, el choque de manos se convierte en el saludo oficial all¨¢ por donde vayas. Daniel Arb¨®s Indios, unicornios, ¨¢ngeles y demonios, hippies de nuevo cu?o¡ El despliegue de disfraces y looks imposibles que pueden verse en el festival hacen de Tomorrowland un carnaval veraniego. La gente se toma muy en serio sus outfits y no se andan con tonter¨ªas. Del mismo modo, hay tal cantidad de ciclados que no dudan en mostrar sus abdominales que aquello por momentos parece una concentraci¨®n de culturistas. Ya s¨®lo viendo pasear a la gente tienes el show garantizado. Daniel Arb¨®s Millones de personas intentan hacerse con una de las entradas del festival, aunque pocos son los que lo consiguen. El sistema de venta por internet no deja de ser una loter¨ªa (el 60% est¨¢ destinado s¨®lo para los belgas, y el 40% restante se reparte entre for¨¢neos). El precio del abono normal para los tres d¨ªas es de algo m¨¢s de 200 euros, por lo que teniendo en cuenta que aparte hay que pagarse el viaje y el alojamiento (en el caso de que no se quiera estar en la zona de camping Dream Ville) son muchos los que ven Tomorrowland como su escapada de verano so?ada. He aqu¨ª la raz¨®n por la que el p¨²blico es inusualmente civilizado. Daniel Arb¨®s M¨²sica, todo tipo de est¨ªmulos audiovisuales, escenarios imponentes, dj¡¯s de todo pelaje, buen rollo por doquier¡ Existen much¨ªsimos prejuicios sobre Tomorrowland, pero s¨®lo estando ah¨ª uno se da cuenta de la envergadura del asunto y c¨®mo sus organizadores han sabido consolidar una marca que, desde que arrancara en 2005, maneja cifras mareantes. Por algo ser¨¢ que los que van acaban repitiendo. Daniel Arb¨®s