Admiradores

El otro d¨ªa pas¨® algo ins¨®lito: un famoso de Hollywood abord¨® a un desconocido de Huesca para hacerse una foto con ¨¦l, y no al rev¨¦s. Era el actor Jake Gyllenhaal, que pasaba con su coche por un pueblo oscense, adelant¨® a un tractor y le par¨®. Hab¨ªa visto la camiseta de baloncesto del conductor, de los Golden State Warriors, y quiso hacerse un selfie. Probablemente en plan ¡°hasta los nativos de este ex¨®tico lugar lo conocen¡±, como si ves a un mas¨¢i con la camiseta del Real Madrid. Pero ese es otro tema, a lo que iba es a lo alarmante de esta conducta, puede ser terrible que cunda el ejemplo. Si es este actor, ni tan mal, pero imaginen que les asalta Bel¨¦n Esteban. Creo que hay un error de percepci¨®n de las celebridades, por estar basado en su impresi¨®n personal m¨¢s que en datos objetivos. Muchos se ver¨¢n acosados por fans, curiosos y tocapelotas en general, y no saben cu¨¢nto lo siento y qu¨¦ poco lo comprendo. Debe de ser un latazo, no puedes ni salir a por el pan. Pero eso no tiene que hacer pensar que la humanidad est¨¢ pendiente de ellos. Si hacemos al rev¨¦s, y repito que ser¨ªa temible para la gente com¨²n, se llevar¨ªan muchas sorpresas. A lo mejor estar¨ªa bien, no solo para regular adecuadamente su ego, sino sobre todo para que queden en paz con el g¨¦nero humano: no todos somos unos mentecatos. Podr¨ªan probar a hacer como?Jake Gyllenhaal, y parar de repente a alguien por la calle para hacerse una foto. A ver qu¨¦ pasa. No hay narices. Quiz¨¢ Terelu se ver¨ªa decir: ¡°Pero d¨¦jeme en paz, se?ora¡±. O Matamoros: ¡°No le voy a dar nada, no me interesa¡±. Otros saldr¨ªan corriendo o llamar¨ªan a la polic¨ªa. No magnifiquemos esto de los admiradores.