Emergencia, emergencia, necesitamos otro aeropuerto
Lisboa superar¨¢ este a?o el tr¨¢fico de viajeros que en principio estaba previsto para 2050
Portugal va a cerrar el a?o con el mayor crecimiento del siglo, pero el pa¨ªs se enfrenta a dos grandes problemas: el demogr¨¢fico, con una poblaci¨®n envejecida y en decrecimiento, y el aeropuerto de Lisboa. Ninguno de los dos se soluciona ma?ana.
El boom del turismo ha pillado a los pol¨ªticos igual que hace 50 a?os, discutiendo si construir un segundo aeropuerto en Lisboa o seguir con chapucillas en el actual, incrustado en el medio de la ciudad. La tendencia en este medio siglo ha sido el remiendo, el ir tirando, sin distinci¨®n de colores pol¨ªticos. Esa estrategia ya est¨¢ m¨¢s que agotada. Seg¨²n el presidente de ANA-Aeropuertos de Portugal, Carlos Lacerda, en el primer trimestre del a?o 400.000 viajeros no pudieron aterrizar en Lisboa por falta de vuelos; es decir, que a final de a?o ser¨¢n unos dos millones de personas.
El pasado a?o llegaron al aeropuerto 22,4 millones de viajeros, una cifra que, seg¨²n el ministro de Planificaci¨®n, deb¨ªa alcanzarse en 2022. Este a?o llegar¨¢n unos 27 millones de personas, cifra que, seg¨²n estudios realizados hace a?os por prestigiosas consultoras y universidades, solo se alcanzar¨ªa a partir de 2050 (inciso: ?estas consultoras cobran si no dan ni una, o solo por decir lo que quieren que diga la parte contratante?).
A falta de vuelos, el libre mercado funciona de maravilla. Los precios para volar a Lisboa se disparan. De media, un billete a la capital portuguesa para el 1 de agosto desde cualquier destino europeo cuesta cien euros m¨¢s que, por ejemplo, a Madrid o a Barcelona. Volar de Nueva York a Lisboa casi cuesta el triple que desde la misma ciudad americana a la capital espa?ola.
La concesionaria de los aeropuertos, la francesa Vinci, est¨¢ haciendo su agosto con el alquiler de espacios para tiendas y la subida continua de tarifas, pero otros servicios, como el de facturaci¨®n, llegadas de coches particulares o el de taxis son un caos.
La situaci¨®n es cr¨ªtica y as¨ª lo reconoce el ministro de Planificaci¨®n, Pedro Marques: ¡°El nuevo aeropuerto dej¨® de ser una urgencia; ahora es una emergencia¡±.
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