14 fotosRelato de un parto en Sud¨¢n del SurEn el pa¨ªs africano, el ¨ªndice de muertes maternas por cada 100.000 nacimientos se estima en 789. En Espa?a es de cinco Sud¨¢n del Sur - 07 ago 2017 - 07:32CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLydia Aron, embarazada de cinco meses y madre de seis hijos, se refresca la cara despu¨¦s de caminar varios kil¨®metros cargando le?a hacia su aldea de Dangaji. El pueblo se encuentra muy cerca de la frontera con Sud¨¢n, por lo que debe convivir con m¨¢s de 100.000 refugiados sudaneses. Se trata de un polvor¨ªn de numerosas etnias, culturas y religiones distintas que se disputan el agua, el ganado, el petr¨®leo y, sobre todo, la ayuda humanitaria. Y esto provoca a menudo enfrentamientos que se llevan vidas por delante. Albert Gonz¨¢lez FarranYane Sare, embarazada de nueve meses y madre de un hijo, va a buscar agua a una fuente de Dangaji. La cultura tradicional sursudanesa, sobre todo en las zonas rurales, impone que las mujeres dispuestas a ser casadas, muchas todav¨ªa menores de edad, sean vendidas de una familia a otra a cambio de un pu?ado de vacas. Una vez en matrimonio, ellas son las que asumen las tareas f¨ªsicas m¨¢s duras, incluso durante su embarazo.Albert Gonz¨¢lez FarranYane Sare, embarazada de nueve meses y madre de un hijo, bombea agua de una fuente de Dangaji. Debido a la guerra civil que arrastra el pa¨ªs desde diciembre de 2013 y a una larga crisis humanitaria y econ¨®mica, casi cuatro millones de personas han abandonado sus hogares y la mitad de ellas lo han hecho como refugiadas en pa¨ªses vecinos, principalmente Uganda y Sud¨¢n.Albert Gonz¨¢lez FarranTerke Eda, embarazada de cuatro meses y madre de un ni?o, lleva una bandeja con comida durante una tormenta de arena en Dangaji. Sud¨¢n del Sur, que ya ha pasado por una ola de hambruna, tiene seis millones de habitantes (la mitad de la poblaci¨®n) sufre inseguridad alimentaria, seg¨²n la ONU. Albert Gonz¨¢lez FarranWelge Konya, una anciana y partera tradicional del pueblo, llega alertada por uno de los hijos de Bai Wange (tumbada al suelo) que ya ha roto aguas en su caba?a de Dangaji. Como casi todas las parteras, Welge es analfabeta y no tiene formaci¨®n m¨¦dica, pero es la ¨²nica opci¨®n de Bai para disponer de un poco de ayuda durante el parto. El 80% de ellos en Sud¨¢n del Sur est¨¢n asistidos por estas parteras iletradas.Albert Gonz¨¢lez FarranWelge Konya se enfunda unos guantes de l¨¢tex ya usados para atender el parto de Bai en su casa de Dangaji. Est¨¢ de mal humor. Sabe que no va cobrar ni un c¨¦ntimo por asistir a este parto. ¡°Lo hago s¨®lo para ayudar a mi comunidad¡±, dice. En Sud¨¢n del Sur, apenas hay 500 comadronas formadas para toda la poblaci¨®n, cuando se necesitar¨ªan m¨¢s de 25.000 para alcanzar el est¨¢ndar de la OMS.Albert Gonz¨¢lez FarranDos parteras del pueblo ayudan a Bai a dar los ¨²ltimos empujones durante el parto en su caba?a de Dangaji. Seg¨²n la OMS, una de cada 20 madres que sufren complicaciones muere por haber tenido que dar a luz en casa. La mayor¨ªa de estas complicaciones son por desangramientos que las parteras no saben c¨®mo detener o por infecciones que ellas mismas han provocado.Albert Gonz¨¢lez FarranLa anciana partera Welge Konya sostiene a un var¨®n fuerte y sano que Bai acaba de dar a luz en su caba?a de Dangaji. Esta ha sido la s¨¦ptima vez que Bai ha dado luz en su propia casa en manos de una partera local. ¡°Y lo voy a seguir haciendo mientras pueda,¡± dice convencida. No tiene ning¨²n miedo a tener los hijos en su propio hogar. ¡°?D¨®nde mejor si no?¡±, se pregunta, a la vez que niega que en la cl¨ªnica del pueblo pueda tener mejor atenci¨®n.Albert Gonz¨¢lez FarranComo parte de la tradici¨®n rural para obtener suerte y salud en el futuro, la partera Welge Konya entierra la placenta justo al lado de la caba?a de Bai en Dangaji. A la OMS, as¨ª como a los organismos oficiales del Sud¨¢n del Sur, les cuesta reconocer p¨²blicamente su apoyo a estas parteras, pues consideran que no tienen la formaci¨®n m¨¦dica suficiente para asistir partos. De hecho, la mayor¨ªa son analfabetas. Pero para las madres rurales del pa¨ªs, ellas son la ¨²nica opci¨®n disponible. La inmensa mayor¨ªa de las muertes maternas del mundo ocurren en ?frica. Un ranking de la OMS indica que los 20 pa¨ªses con mayor ¨ªndice de mortalidad materna son todos africanos. Sierra Leona, Rep¨²blica Centroafricana, Chad, Nigeria y Sud¨¢n del Sur ocupan los cinco primeros puestos de esta desprestigiada lista.Albert Gonz¨¢lez FarranLos pies de la anciana partera Welge Konya entierran la placenta de Bai justo al lado de su caba?a en Dangaji. El ¨ªndice de mortalidad materna en varios pa¨ªses de ?frica supera los 1.000 por cada 100.000 nacimientos, aunque los objetivos de la ONU para el 2030 prev¨¦n fijar el l¨ªmite mundial en 70. Actualmente, en la Uni¨®n Europea es de apenas ocho. En Espa?a, cincoAlbert Gonz¨¢lez FarranBai Wange amamanta por primera vez a su beb¨¦ reci¨¦n nacido en su caba?a de Dangaji. Es un var¨®n sano y fuerte que se va a llamar Albert. Ha tenido suerte porque el ¨ªndice de mortalidad materna en el pa¨ªs es de los m¨¢s altos del mundo. El gobierno sursudan¨¦s se ha comprometido a cumplir los casi imposibles Objetivos de Desarrollo Sostenible que, para el 2030, pretenden universalizar el acceso a la salud y erradicar el hambre y la pobreza. Sud¨¢n del Sur ya suspendi¨® los Objetivos del Milenio en 2015.Albert Gonz¨¢lez FarranTras su parto, Bai pasar¨¢ unos d¨ªas encerrada en su caba?a de Dangaji para reponer fuerzas. Como su marido no aparece, su anciana madre se har¨¢ cargo de las tareas dom¨¦sticas mientras ella se recupera y queda a cargo de su beb¨¦. Bai ya tiene siete hijos, mientras que el promedio de natalidad en el pa¨ªs es de cinco.Albert Gonz¨¢lez FarranTxata Male, una madre de tres hijos, amamanta a Talata, un beb¨¦ que naci¨® hace solo cuatro d¨ªas en su caba?a de Dangaji. Sud¨¢n del Sur presenta una escalofriante tasa de mortalidad infantil: casi uno de cada 10 ni?os muere antes de cumplir los cinco a?os. La mayor¨ªa de estas muertes se debe a la falta de una buena alimentaci¨®n y a enfermedades respiratorias.Albert Gonz¨¢lez FarranTathilia Butrus, embarazada de siete meses y madre de cinco hijos, descansa rodeada de algunos de ellos fuera de su caba?a en Dangaji. Se pueden contar por docenas la mujeres del pueblo que, pese a su estado avanzado de gestaci¨®n, ponen en riesgo sus vidas asumiendo tareas muy duras que nadie hace por ellas.Albert Gonz¨¢lez Farran