Caudillos
A estos catalanes hay que hay que ayudarles a protegerse de su presidente

Si el objetivo com¨²n est¨¢ claro, ?para qu¨¦ hace falta un Parlamento? Bueno, quiz¨¢ para cubrir el expediente en una Europa que, actualmente, est¨¢ muy sensibilizada con las formas de la democracia. V¨¦anse, si no, los casos de Polonia y de Hungr¨ªa. O la condena de la justa y democr¨¢tica Asamblea Constituyente de Maduro en Venezuela.
Y eso que todav¨ªa aqu¨ª no se ha entrado en serio a discutir sobre cuestiones como las mayor¨ªas o las minor¨ªas, aunque perlas ya se han soltado, como la de la ANC que propugna que se declare la independencia de Catalu?a sea cual sea la participaci¨®n en el posible refer¨¦ndum del 1 de octubre, aniversario de la proclamaci¨®n de Franco como jefe del Estado en 1936. Aunque ese es un hecho espa?ol.
Venezuela y Catalu?a est¨¢n ahora mismo en la vanguardia de las nuevas y revolucionarias formas de cambiar las realidades de cada una de esas naciones, frente a la reacci¨®n que representan Estados Unidos y Espa?a, potencias dispuestas a todo con tal de mantener el statu quo. Si hay que pasar por encima de mayor¨ªas o minor¨ªas pol¨ªticas, pues se pasa, y si hay que cambiar las leyes mediante la imposici¨®n, pues se cambian.
Nicol¨¢s Maduro, como caricatura de Hugo Ch¨¢vez, va a ser el nuevo referente, como ya lo fueron en su momento Fidel Castro y el Che Guevara, cuyo ejemplo sirvi¨® para alumbrar una sociedad nueva en Cuba. Solo las poderosas fuerzas de la reacci¨®n imperialista impidieron que toda Am¨¦rica Latina fuera como la isla del Caribe.
Hoy las cosas son diferentes porque a Maduro le apoya casi todo el Ej¨¦rcito venezolano y a Puigdemont le asisten la c¨²pula de los Mossos y las militancias de ERC y la CUP.
A nadie le tiene que importar el que si el PP hubiera hecho algo parecido en el Parlamento espa?ol cuando ten¨ªa la mayor¨ªa absoluta, se habr¨ªa montado un esc¨¢ndalo con repercusiones mundiales. Porque esta vez la raz¨®n asiste a quienes quieren cambiar la ley a uno y otro lado del Atl¨¢ntico. Maduro y Puigdemont pueden estar tranquilos con su conciencia, porque representan la licitud de un destino hist¨®rico. Democracias aclamativas so?adas por Carl Schmitt.
Carles Puigdemont va a intentar, como ya lo hizo Companys, liquidar la legalidad espa?ola, en aras de la causa nacional catalana.
Da igual que lo que hace est¨¦ penado por las leyes espa?olas, y que m¨¢s de la mitad de los catalanes piense que deben ser mantenidas.
A estos catalanes hay que ayudarles a protegerse de su presidente, su caudillo.
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