12 fotosAs¨ª pasan el verano en Asturias un grupo de ni?os saharauisEl verano en Espa?a de los j¨®venes embajadores del S¨¢hara corre peligro por la falta de ayudas y de familias de acogida?lvaro FuenteAsturias - 10 ago 2017 - 13:51CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLos momentos de reencuentros se suceden cuando se abren las puertas en la sala de espera del aeropuerto. Los voluntarios de la Asociaci¨®n Asturiana de Solidaridad con el Pueblo Saharaui ya reciben y atienden a los ni?os nada m¨¢s pisar tierra espa?ola.Una joven refugiada saharaui vestida con la t¨ªpica melhfa, un lienzo de tela suave y con gran colorido con el que se cubren la cabeza y los hombros, sonr¨ªe desde el autob¨²s que la llevar¨¢ hasta su familia de acogida. En su mochila apenas llevan ropa y alg¨²n detalle como pulseras hechas por su familia para regalar como agradecimiento.Un joven matrimonio posa con una de las ni?as saharauis nada m¨¢s acabar la ceremonia de recepci¨®n y bienvenida en un polideportivo de Avil¨¦s. Desde el a?o 2010 han ca¨ªdo las acogidas casi un 50%.Nashra, a la izquierda, posa junto a la familia de Alicia Quesada y David Rosado en una panera t¨ªpica de la aldea asturiana de Nores. Es su segundo a?o en Asturias y reconoce su pasi¨®n por los animales, la playa y la lluvia.Nashra y Laura, su hermana de acogida, posan en el gallinero que la familia posee en su finca de la aldea de Nores, en Asturias. Fadah junto a otros compa?eros y vecinos de Nore?a en una de las jornadas de convivencia que realizan a lo largo de los meses de verano en la regi¨®n y que sirve como encuentro entre los j¨®venes.A los j¨®venes saharauis les llama extraordinariamente la atenci¨®n la saturaci¨®n de colores que se encuentran en los centros comerciales y la cantidad de comida de los mercados. Un grupo de chicos se refresca ante una fuente durante una de las jornadas de convivencia. El primer a?o de acogida quedan fascinados con objetos cotidianos, como le ocurri¨® a Brahim: ¡°Nunca hab¨ªa visto una escalera, un electrodom¨¦stico, un v¨¢ter, un interruptor o una cama. Fue un choque cultural tremendo¡±.Uno de los peque?os se encarga de preparar el t¨¦ para su familia de acogida y amigos. Para los saharauis, con una merecida fama de pueblo hospitalario, ofrecer t¨¦ es un gesto de generosidad y aceptarlo es de cortes¨ªa.Varias ni?as intentan estirar la bandera de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD) en una marcha reivindicativa en Gij¨®n por la libertad del S¨¢hara Occidental.A los j¨®venes refugiados saharauis les encanta mostrar retales de su cultura y ense?ar sus tradiciones a sus familias de acogida. En la foto, un grupo de ni?as, sentadas en una Haima instalada durante una jornada de convivencia en el municipio de Nore?a, en Asturias.Bel¨¦n Cueva se comunicaba mediante m¨ªmica con Fadah durante los primeros d¨ªas.En un par de semanas, normalmente los ni?os han adquirido un nivel del espa?ol sorprendente.