Toneladas de ruedas

Un alud de bicicletas de alquiler invade las calles de China. El secreto de su popularidad est¨¢ en su precio y disponibilidad. Media hora de uso cuesta un yuan (unos 13 c¨¦ntimos de euro), y para poder utilizarlas basta con descargarse una aplicaci¨®n con la que se abre el candado tras escanear un c¨®digo QR impreso en el manillar. Cuando se termina el recorrido, se paga a trav¨¦s del tel¨¦fono. No hace falta dejarlas en un aparcamiento concreto, ya que cuentan con un GPS para que el siguiente usuario las localice.

Esta fiebre por los veloc¨ªpedos de alquiler se ha convertido en un quebradero de cabeza para la gesti¨®n urbana de las grandes urbes del gigante asi¨¢tico. Las dos empresas privadas que concentran el mayor n¨²mero de bicis, Mobike y Ofo, suman unos diez millones de veh¨ªculos desplegados y decenas de millones de usuarios. En algunas calles de ciudades como Pek¨ªn los transe¨²ntes tienen que caminar sorteando las bicis que, aparcadas en plena acera, conforman laberintos multicolores sobre ruedas que alteran el ya de por s¨ª congestionado trazado urbano. Adem¨¢s, centenares de miles son robadas o abandonadas al estropearse en improvisados cementerios de dos ruedas.

El uso masivo de este veh¨ªculo en China, con una poblaci¨®n de 1.380 millones de personas, es uno de los motivos que sit¨²a a este medio de transporte como el m¨¢s utilizado del mundo. Hist¨®ricamente, la bici se ha asociado a la pobreza, a la falta de recursos para desplazarse en un medio que no implique tracci¨®n humana. Sin embargo, en numerosos pa¨ªses como en Espa?a, desplazarse sobre dos ruedas est¨¢ en la actualidad de moda. Se relaciona con un estilo de vida alternativo, sostenible y moderno. Y ayuda el impulso que se le ha dado en ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla.

Este a?o, se han cumplido dos siglos de la invenci¨®n de la bicicleta. El bar¨®n alem¨¢n Karl von Drais es considerado padre del ingenio, al que bautiz¨® como ¡°m¨¢quina corredora¡±, aunque hay quien cuestiona que ¨¦l fuese el pionero. De lo que no hay duda es de que la bici se adapta a los nuevos tiempos y rueda sin frenos hacia el futuro.