Un coraz¨®n a la izquierda
Los cient¨ªficos aclaran el mecanismo por el que nuestros ¨®rganos rompen la simetr¨ªa original del cuerpo
?En qu¨¦ nos parecemos una persona, una rata, una gallina, una mosca y un gusano? La persona y la rata somos mam¨ªferos, esos tipos con gl¨¢ndulas mamarias, pelo corporal, un o¨ªdo con martillo, yunque y estribo y, sobre todo, la invenci¨®n evolutiva esencial del neoc¨®rtex cerebral, sede de nuestra mente. Una gallina no tiene nada de eso, pero comparte con nosotros la columna vertebral que nos agrupa con ellas en el subfilo de los vertebrados. Los vertebrados parecemos muy distintos de un insecto o de un gusano, pero todos tenemos en com¨²n una invenci¨®n evolutiva esencial surgida hace 600 millones de a?os, en los albores de la explosi¨®n c¨¢mbrica que nos cre¨® a todos. Esa invenci¨®n fundamental es la simetr¨ªa bilateral: un cuerpo hecho de dos mitades que son cada una la imagen especular de la otra. Mira tus dos manos: la derecha no es el mismo objeto que la izquierda, sino su imagen en un espejo. Lo mismo vale para el resto del cuerpo.
Los mecanismos que mueven las c¨¦lulas de un lugar a otro en el embri¨®n pueden ayudar tambi¨¦n a la met¨¢stasis del c¨¢ncer
Pero todos sabemos que hay excepciones a esa regla geom¨¦trica tan simple. Tu h¨ªgado est¨¢ a la derecha, y tu p¨¢ncreas a la izquierda. Los dos hemisferios de tu cerebro no son meras copias especulares uno del otro, sino que cada uno se especializa en distintas funciones. Y por supuesto la asimetr¨ªa m¨¢s famosa de todas: que tu coraz¨®n est¨¢ a la izquierda, como sabe cualquier vi?etista o pistolero del planeta. ?A qu¨¦ se deben estas asimetr¨ªas, estas excepciones que violan la organizaci¨®n ancestral y esencial de nuestro cuerpo? Lee en Materia la respuesta, al menos por lo que toca a la querencia de izquierdas que sufre nuestro coraz¨®n.
Como todo en la evoluci¨®n y el desarrollo, las cosas empiezan obedeciendo a las matem¨¢ticas m¨¢s simples y luego se van complicando, como cada una de las ramas del mismo roble se van adaptando a su entorno particular y a las singularidades de su biograf¨ªa local. Al principio de su desarrollo, el embri¨®n humano es sim¨¦trico y matem¨¢ticamente elegante, como lo son los embriones de las especies invertebradas durante toda su historia. En nuestro caso, sin embargo, tras formarse el primordio (o germen) del coraz¨®n, las c¨¦lulas del entorno empiezan a migrar hacia ¨¦l. Y las c¨¦lulas del entorno derecho activan un gen que las hace desplazarse m¨¢s y, por tanto, empujar al coraz¨®n hacia la izquierda. Parece l¨®gico, ahora que conocemos c¨®mo funciona.
Es ciencia b¨¢sica, y como todo conocimiento profundo siembra el germen de las aplicaciones futuras. Los mecanismos que mueven las c¨¦lulas de un lugar a otro son esenciales para el desarrollo del embri¨®n humano, pero en un adulto pueden ayudar tambi¨¦n a la met¨¢stasis del c¨¢ncer, que es justo el movimiento de las c¨¦lulas de un tumor original hacia otros ¨®rganos donde anidan y causan la cat¨¢strofe. Entender los procesos biol¨®gicos fundamentales es la v¨ªa m¨¢s segura hacia las terapias del futuro.
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