Suiza necesita una Francia fuerte
La mayor¨ªa de los inversores extranjeros consideran un obst¨¢culo la rigidez del mercado laboral galo
Suiza necesita una Europa fuerte. Sobre todo en sus fronteras, porque sus circuitos de intercambios comerciales y financieros est¨¢n ¨ªntimamente ligados a las redes econ¨®micas alemanas, italianas y francesas. Pero Suiza necesita tambi¨¦n una Francia fuerte, y ese es el motivo de que los c¨ªrculos pol¨ªticos y econ¨®micos suizos est¨¦n tan atentos a la reforma laboral que agita al Hex¨¢gono.
Los empresarios suizos se atreven a confiar en que la ley francesa, un texto de 3.300 p¨¢ginas, se aligerar¨¢. En Suiza, la ley laboral incluye 74 art¨ªculos agrupados en 32 p¨¢ginas, y cinco ordenanzas, relativas a la seguridad y las normas laborales, que ocupan 130 p¨¢ginas.
La reforma laboral de Macron tiene 3.300 p¨¢ginas frente a las 32 helv¨¦ticas
En el apartado de su web dedicado a Francia, la Seco (Secretar¨ªa de Estado de Econom¨ªa de Suiza), modelo de seriedad, destaca: ¡°La mayor¨ªa de los inversores considera que la rigidez del mercado de trabajo es el principal obst¨¢culo para el desarrollo de las inversiones extranjeras en Francia. El gobierno ha dado prioridad a la liberalizaci¨®n del mercado laboral con el fin de volver a impulsar el empleo y lograr que Francia sea un terreno m¨¢s atractivo para las inversiones¡±.
Un empresario suizo me dijo, un d¨ªa, que no estaba dispuesto a ¡°clavar un clavo en Francia mientras no cambie la legislaci¨®n¡±, y un directivo ginebrino me confes¨®: ¡°Nosotros tenemos 49 empleados en Francia. Podr¨ªamos muy bien contratar a cinco m¨¢s, porque el negocio marcha bien. Pero entonces tendr¨ªa que crear un comit¨¦ de empresa y un despacho con una persona que dedicar¨ªa un tercio de su jornada laboral a gestionarlo. Siempre me he negado a hacerlo. As¨ª que, mientras yo viva, no superaremos la barrera de los 50 empleados¡±. Continuar¨¢.
Las leyes francesas datan de una ¨¦poca distinta, en la que mucha gente deseaba un puesto de trabajo para toda la vida en una gran empresa. Hoy en d¨ªa, las encuestas predicen, cada vez m¨¢s, que todos vamos a ejercer dos trabajos diferentes en nuestra vida. En Suiza, la flexibilidad laboral forma casi parte del ADN nacional. Se contrata y se despide con gran rapidez, un poco como en Estados Unidos. En las empresas reina la ¡°paz laboral¡±, gracias a un acuerdo firmado entre la patronal y los sindicatos en 1937, en pleno apogeo de la crisis de los a?os treinta. Seg¨²n sus t¨¦rminos, los representantes de los asalariados se abstienen de emplear el instrumento de la huelga y los empresarios se abstienen de cerrar la empresa (lock-out). En la estela del acuerdo existen convenios colectivos sectoriales que regulan las condiciones de trabajo. No obstante, el apoyo de las fuerzas de derecha y centro derecha, mayoritarias en el ¨¢mbito nacional ¡ªque es en el que se toman las decisiones legislativas¡ª, hace que, a la hora de la verdad, sean los empresarios los que tienen la sart¨¦n por el mango.
La ¨²ltima huelga general suiza data de 1918
El a?o pr¨®ximo, Suiza conmemorar¨¢ el centenario de la ¨²ltima huelga general que sacudi¨® el pa¨ªs, en 1918. Suiza acababa apenas de entrar en la categor¨ªa de los pa¨ªses industrializados.
Volvamos a la relaci¨®n entre Suiza y Francia. En el aspecto comercial, Suiza es el noveno cliente y el noveno proveedor de Francia, sexta econom¨ªa mundial. Y Francia es el sexto cliente y el quinto proveedor de Suiza. Pero lo m¨¢s importante es que hay m¨¢s de 2.000 empresas suizas implantadas en Francia, que dan trabajo a unas 150.000 personas. Hay m¨¢s de 200.000 suizos que residen en Francia y alrededor de 180.000 franceses que residen en Suiza. Cada d¨ªa, casi 180.000 personas que viven en Francia (incluidas 100.000 en el entorno de Ginebra) pasan a trabajar a Suiza.
El nuevo presidente franc¨¦s conoce todos estos lazos humanos y econ¨®micos tan s¨®lidos. En enero de 2016, Emmanuel Macron asisti¨® al Foro de Davos. Entonces era ministro de Econom¨ªa. Interrogado sobre la reforma de la ley laboral y su margen de maniobra frente al El¨ªseo y Matignon, se mostr¨® reticente y eludi¨® las preguntas con elegancia. Pero su empe?o en querer hacer cambios profundos en su pa¨ªs pareci¨® genuino. Este oto?o, Suiza observar¨¢ con atenci¨®n las numerosas manifestaciones que se avecinan. Los grandes agentes pol¨ªticos y econ¨®micos alimentar¨¢n la esperanza de que salte el cerrojo de la ley laboral. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de las peripecias jur¨ªdicas, los suizos sienten apego hacia Francia por motivos m¨¢s personales. Por su cultura. Por su empuje y su ejemplo. Por el humor, la vitalidad, el valor y la inteligencia de sus habitantes, y por mil razones m¨¢s. Y ellos tambi¨¦n necesitan una Francia fuerte.
? Lena (Leading European Newspaper Alliance)
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia?
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