El capital que menos importa: el humano
Espa?a se encuentra a la cola de Europa en productividad por trabajador

Espa?a se encuentra a la cola de Europa en formaci¨®n y productividad de sus trabajadores seg¨²n el ¨²ltimo estudio del Foro Econ¨®mico Mundial sobre desarrollo de capital humano. En Europa, solo Grecia, Moldavia y Serbia est¨¢n peor. Ocupa el puesto 44 de los 130 pa¨ªses analizados en aprovechamiento y desarrollo del capital humano, muy por debajo de lo que por su PIB le corresponder¨ªa. Luego algo (o mucho) se est¨¢ haciendo muy mal para que eso sea as¨ª. El informe enumera los muchos factores que influyen: el nivel de participaci¨®n laboral, la tasa de paro, el subempleo, las deficiencias del sistema educativo, la tasa de empleo cualificado, etc¨¦tera. En todos tenemos carencias, pero en nuestro caso hay un factor que tiene una especial relevancia y del que se habla poco en el debate p¨²blico: la falta de inversi¨®n de las empresas en capital humano.
Hasta ahora se ha hecho mucho ¨¦nfasis en las rigideces del mercado laboral como la causa de todos los males, pero apenas se ha cuestionado el escaso compromiso, en t¨¦rminos generales, del empresariado espa?ol con la formaci¨®n de sus empleados. A ello se suma ahora una pol¨ªtica de ajuste basada exclusivamente en la devaluaci¨®n salarial que a¨²n puede agravar la situaci¨®n. La pregunta es: ?son los bajos salarios consecuencia de la baja productividad, o es al rev¨¦s: que tenemos una baja productividad precisamente porque los salarios son bajos y las empresas invierten poco en capital humano? Esta es una de las cuestiones que el economista Ant¨®n Costas plantea en su ¨²ltimo libro, El final del desconcierto (Pen¨ªnsula).
Costas analiza los diversos factores que han llevado a la actual situaci¨®n y advierte sobre las consecuencias de la pol¨ªtica de bajos salarios y escasa formaci¨®n profesional que se est¨¢ aplicando. Con una tasa de 21,9% de alumnos que ni siquiera han completado la educaci¨®n obligatoria, Espa?a no tiene una buena situaci¨®n, pero tampoco est¨¢ tan mal como para explicar una productividad tan baja. ¡°Para que la educaci¨®n rinda los beneficios econ¨®micos que se espera de ella necesita operar en un medio empresarial favorable para aprovechar el capital humano existente¡±, sostiene Costas. Pues bien: solo el 25% de las empresas industriales gastan en formaci¨®n y apenas dedican a ello el 0,2% de sus costes laborales.
Frente a la estrategia de ¡°insistir de forma obsesiva en la reforma del mercado de trabajo como ¨²nico elemento estrat¨¦gico del crecimiento¡±, Costas propone ¡°equilibrar el actual debate hacia los factores olvidados del crecimiento: la dimensi¨®n empresarial, el tipo de empresas, la formaci¨®n profesional interna, el clima laboral y el modelo de gesti¨®n¡±. Un pa¨ªs que en desempleo juvenil se sit¨²a en la posici¨®n 124 de 130; donde muchos j¨®venes que trabajan est¨¢n sobrecualificados para el empleo que realizan y muchos de los que figuran como empleados lo est¨¢n a tiempo parcial y no llegan a percibir ni siquiera el salario m¨ªnimo, deber¨ªa tener todas las alarmas encendidas. Y sin embargo, el Gobierno sigue actuando como si nada ocurriera. ¡°Estamos saliendo de la crisis sin dejar a nadie atr¨¢s¡±, tuitea la ministra F¨¢tima B¨¢?ez.
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