Unos ni?os juegan en un campo de refugiados de Bangladesh. Los menores cuidan de sus numerosos hermanos. Nadie sabe cu¨¢nto tiempo se quedar¨¢ aqu¨ª y a qu¨¦ clase de futuro tendr¨¢ que enfrentarse. Las rudimentarias caba?as est¨¢n hechas de madera, planchas de acero y l¨¢minas de pl¨¢stico. Durante la estaci¨®n de lluvias muchas veces se inundan y se arruinan, lo que obliga a sus habitantes a reconstruirlas. Pero no es tarea f¨¢cil dada la escasez de materiales y sus precios elevados.
A los refugiados no se les permite trabajar fuera del campamento, y los empleos que hay en ¨¦l son dif¨ªciles de conseguir y est¨¢n muy mal pagados. Muchos refugiados aceptan trabajos por la mitad del salario que se paga fuera del campo, lo cual a menudo suscita la animadversi¨®n entre los habitantes de Cox's Bazar. Hay casos de agresiones, robo y asesinato. Fuera del campamento, los rohingyas no pueden esperar la ayuda de la polic¨ªa porque les est¨¢ prohibido salir de ¨¦l y de los lugares de trabajo.
G¨®ra Kalwaria, Polonia. En la Segunda Guerra Mundial, 100 jud¨ªos fueron fusilados delante de estas puertas. Todav¨ªa se ven las huellas de las balas. Actualmente, las puertas han sido trasladadas al cementerio jud¨ªo de la ciudad y se han convertido en un s¨ªmbolo de lo que le sucedi¨® a la comunidad jud¨ªa de G¨®ra Kalwaria.
A los jud¨ªos que viv¨ªan en el gueto de G¨®ra Kalwaria les estaba prohibido salir de sus l¨ªmites por su cuenta. Se les obligaba a llevar un brazalete con la estrella de David y a realizar trabajos extenuantes como la construcci¨®n de barracones para el ej¨¦rcito o la reparaci¨®n de carreteras. Trabajaban 10 horas al d¨ªa sin salario ni comida.
Hasta mediados de la d¨¦cada de 1940, los jud¨ªos compraban la comida utilizando cartillas especiales. M¨¢s adelante, los alimentos eran distribuidos por la comunidad jud¨ªa. En los alojamientos, las condiciones eran muy dif¨ªciles. A veces, en una habitaci¨®n viv¨ªan entre 10 y 12 personas. El hambre y las fiebres tifoideas eran una aut¨¦ntica plaga.