Adi¨®s a los insectos de tu infancia
Cada vez hay menos saltamontes, grillos, abejas y mariposas porque muchas de estas especies, que polinizan el 84% de las plantas que sirven de alimento, est¨¢n amenazadas
?Hace cu¨¢nto que no ves un saltamontes en tu paseo dominical por el campo, escuchas a los grillos desde el porche o ves una luci¨¦rnaga en una caminata nocturna por un camino rural? La sensaci¨®n de estar perdiendo esta fauna que tantas generaciones asocian con su infancia, es m¨¢s que eso, es una realidad. Y lo que es peor, junto a estos animales van desapareciendo, adem¨¢s, elementos b¨¢sicos para el sustento de numerosos ecosistemas de los que dependemos todos los seres vivos.
¡°No solo es una sensaci¨®n popular, es algo que percibimos todos los entom¨®logos que salimos a hacer trabajos de campo y a investigar; el descenso del n¨²mero de individuos de pr¨¢cticamente todos los insectos es brutal¡±. Lo confirma Juan Jos¨¦ Presa, catedr¨¢tico de Zoolog¨ªa de la Universidad de Murcia y coautor de uno de los muchos informes y estudios recientes que ponen cifras a la disminuci¨®n de artr¨®podos.
Dicho estudio, de principios de a?o y surgido de la colaboraci¨®n entre la Uni¨®n Europea y la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN), destaca que casi un tercio de las especies de ort¨®pteros evaluadas (saltamontes, grillos y chicharras, entre otros) est¨¢n amenazadas, algunas en peligro de extinci¨®n.
Wolfgang W?gele, director del Instituto Leibniz de Biodiversidad Animal (Alemania) habla, junto a otros colegas, en Science del ¡°fen¨®meno parabrisas¡±, por el cual los conductores pasan menos tiempo limpiando sus coches de la mir¨ªada de insectos que antes mor¨ªan estrellados contra cualquier punto de la carrocer¨ªa. Los investigadores citados en el art¨ªculo son conscientes del descenso generalizado, a pesar de reconocer, como el resto de la comunidad cient¨ªfica, que es muy dif¨ªcil establecer datos m¨¢s precisos del declive de las poblaciones por la variedad de especies, distribuci¨®n y n¨²mero de individuos.
En Science se cita el caso de la Sociedad Entomol¨®gica de Krefeld, en Alemania, cuyas visitas al campo han constatado que la biomasa de insectos que queda atrapada en sus diferentes m¨¦todos de captura ha disminuido un 80% desde 1989. Presa lo lleva al terreno de sus observaciones de campo en la provincia de Pontevedra: ¡°Antes consegu¨ªamos atraer a infinidad de mariposas nocturnas con las trampas de luz, ahora entran muy pocas¡±.
¡°Aproximadamente tres cuartas partes de las especies de mariposas en Catalu?a, y esto puede ser extrapolable al resto de Espa?a, est¨¢n en declive y esto es incontestable¡±. Constantin Stefanescu, del Centre de Recerca Ecol¨°gica i Aplicacions Forestals y el Museu de Ci¨¨ncies Naturals de Granollers (Barcelona), llega a esta conclusi¨®n tras m¨¢s de dos d¨¦cadas de trabajos de campo y estudiar junto a otros investigadores a 66 de las 200 especies presentes en Catalu?a. ¡°La reducci¨®n es alarmante y aumenta cada a?o. Asustan, adem¨¢s, los datos de 2015 y 2016, los m¨¢s bajos desde 1994¡±, apostilla Stefanescu.
Ignacio Ribera, del Instituto de Biolog¨ªa Evolutiva, centro mixto del CSIC y la Universitat Pompeu Fabra, especialista en entomofauna de h¨¢bitats subterr¨¢neos y acu¨¢ticos, menciona otras dos especies que han estado presentes en la infancia de muchas generaciones: las lib¨¦lulas y los zapateros, estos ¨²ltimos son hem¨ªpteros de largas patas que se deslizan sobre la superficie del agua y que en algunos lugares se les llama aclaradores. ¡°Cuando canalizan un r¨ªo, desecan una charca o tapan una rambla ¨Cafirma el investigador¨C este tipo de insectos, entre otros, desaparecen¡±. Hace diez a?os, la UICN ya avisaba de que ¡°las lib¨¦lulas amenazadas de la cuenca mediterr¨¢nea necesitan una acci¨®n urgente para mejorar su estado¡±.
La transformaci¨®n y destrucci¨®n del h¨¢bitat es sistem¨¢ticamente se?alada en todos los estudios como la principal causa de esta hecatombe que nos afecta muy directamente a las personas. Se pudo ver con el efecto que ocasionan determinados insecticidas (neonicotinoides) sobre las poblaciones de abejas, responsables de la polinizaci¨®n de numerosas plantas, incluidas el 30% de las que nos sirven de alimento. En general, seg¨²n la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura, ¡°alrededor del 84% de los cultivos para el consumo humano necesitan a las abejas o a otros insectos para polinizarlos y aumentar su rendimiento y calidad¡±.
Casi un tercio de las especies de ort¨®pteros evaluadas por un estudio est¨¢n amenazadas, algunas en peligro de extinci¨®n
Las consecuencias sobre las redes tr¨®ficas que sustentan todo tipo de ecosistemas, tambi¨¦n los agrarios, ganaderos y forestales, pueden ser fatales. Hay que pensar que la fauna invertebrada tambi¨¦n act¨²a como controladora de plagas y alimento esencial del resto de animales. Stefanescu recuerda que ¡°muchas aves se alimentan de las orugas de las mariposas que precisamente est¨¢n en declive y numerosas avispas y moscas dependen tambi¨¦n de las fases de larva y cris¨¢lida de los lepid¨®pteros¡±.
Pero la destrucci¨®n del h¨¢bitat (urbanismo, agricultura intensiva, turismo¡) no act¨²a sola como elemento distorsionador, tambi¨¦n el abandono del campo y el cambio clim¨¢tico contribuyen a abonar este inquietante camino. Los cient¨ªficos citan, por ejemplo, la alteraci¨®n de los per¨ªodos de sincron¨ªa entre la floraci¨®n de las plantas y la llegada o eclosi¨®n de los insectos.
La Sociedad Entomol¨®gica de Krefeld, en Alemania, ha constatado que la biomasa de insectos que queda atrapada en sus diferentes m¨¦todos de captura ha disminuido un 80% desde 1989
El problema es que el ritmo de protecci¨®n es mucho m¨¢s lento que el de declive, por el desconocimiento preciso que se tiene de las poblaciones y por la menor relevancia, aparente, que tienen los insectos. El cat¨¢logo nacional de especies amenazadas solo incluye 90 especies de invertebrados, de los cuales 35 son insectos y ¨²nicamente 17 (ocho vulnerables y nueve en peligro de extinci¨®n) tienen una categor¨ªa de amenaza que permite activar planes de recuperaci¨®n. La Comunidad Virtual de Entomolog¨ªa estima en 38.311 el n¨²mero de especies de insectos en la pen¨ªnsula ib¨¦rica.
?El Atlas y libro rojo de los invertebrados amenazados de Espa?a propone para la pen¨ªnsula ib¨¦rica como vulnerables 69 especies de insectos, 30 en peligro de extinci¨®n y tres en peligro cr¨ªtico. Mientras tanto, Juan Jos¨¦ Presa advierte: ¡°Es muy posible que, ahora mismo, tras un incendio o una fumigaci¨®n intensiva de cultivos, estemos perdiendo a especies que ya estaban muy tocadas¡±.
?Y los gorriones, lagartijas, ranas y salamandras?
El efecto es generalizado. Cualquier conversaci¨®n con gente del campo sobre la biodiversidad que les rodea suele contener la frase "por aqu¨ª antes se ve¨ªan m¨¢s p¨¢jaros". Y tambi¨¦n se encontraban, y capturaban con todo tipo de artilugios, lagartijas, se o¨ªa m¨¢s a menudo el croar de las ranas y se disfrutaba con el deambular de las vistosas salamandras entre pozos, charcas y acequias. Hasta al otrora muy abundante y ubicuo gorri¨®n com¨²n se le echa en falta. La Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa (SEO/BirdLife) ha constatado en sus censos las disminuciones de aves comunes como gorriones, golondrinas, perdices y t¨®rtolas, todas ellas protagonistas de veranos m¨¢s biodiversos.
Los incendios, la sequ¨ªa y el fen¨®meno que multiplica estos dos efectos, el cambio clim¨¢tico, est¨¢n detr¨¢s de las disminuciones de reptiles como las lagartijas y de anfibios como la rana com¨²n y la salamandra. Un an¨¢lisis de 539 estudios cient¨ªficos en el que participaron investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN/CSIC) permiti¨® concluir que el 65% de las 313 especies de estos dos grupos evaluadas sufre los efectos negativos del cambio clim¨¢tico. En 2013, un estudio de la misma instituci¨®n cient¨ªfica confirmaba que el calentamiento global disminuye la eficacia de las se?ales sexuales en la lagartija carpetana, especie considerada en peligro de extinci¨®n.
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