La rosa, el pu?o y el territorio
La crisis actual podr¨ªa servir al PSOE para reconciliarse con el art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n
La modernizaci¨®n de la socialdemocracia europea de posguerra vino a trav¨¦s de la renuncia al marxismo y la asunci¨®n de los principios del liberalismo pol¨ªtico. En el periodo de entreguerras algunos partidos socialdem¨®cratas ya hab¨ªan abandonado en la pr¨¢ctica la idea de revoluci¨®n como instrumento de cambio social, aceptando la democracia liberal y representativa como mecanismo de acceso al poder. Sin embargo, la ritualizaci¨®n expresa de esta renuncia, con el caso paradigm¨¢tico del congreso del SPD en Bad Godesberg en 1959, encarnaba la voluntad de enviar un mensaje claro al mundo: la izquierda democr¨¢tica abandonaba su profesi¨®n de fe en la historia como lucha de clases. Al hacerlo la socialdemocracia abri¨® su discurso a las clases medias y cambi¨® el concepto de ¡°clase¡± por el de ¡°pueblo¡± y ¡°naci¨®n¡±.
La reciente historia del PSOE tambi¨¦n participa del relato general de la modernizaci¨®n de la socialdemocracia europea. Tras abandonar en 1979 el marxismo y el discurso a favor del derecho de autodeterminaci¨®n de inspiraci¨®n antiimperialista, el PSOE desech¨® el lenguaje revolucionario y busc¨® forjar su propio discurso nacional en torno a las ideas de modernizaci¨®n del Estado, consolidaci¨®n democr¨¢tica y justicia social. Se abandon¨® la figura de Largo Caballero y se recuper¨® la memoria de Indalecio Prieto, quien se declaraba socialista a fuer de liberal y profundamente espa?ol, a la par que internacionalista. En 1982, en una entrevista concedida a EL PA?S pocos d¨ªas despu¨¦s de ganar las elecciones, Felipe Gonz¨¢lez afirmaba: ¡°?Sabes lo que dicen del nuevo Gobierno espa?ol en Estados Unidos? Pues que somos un grupo de j¨®venes nacionalistas. Y no les falta verdad. Creo que es necesaria la recuperaci¨®n del sentimiento nacional, de las se?as de identidad del espa?ol¡±.
Sin embargo, tras la salida de Felipe Gonz¨¢lez, el PSOE abandon¨® el proceso de elaboraci¨®n de un discurso nacional propio en armon¨ªa con la Constituci¨®n y su tradici¨®n pol¨ªtica. Al contrario, el PSOE puso su reflexi¨®n sobre la cuesti¨®n nacional al servicio de una estrategia pol¨ªtica de oposici¨®n frontal al PP. Lo que llev¨® al partido a asumir como propias, parad¨®jicamente, las tesis de los nacionalismos perif¨¦ricos. El resultado final ha sido la consolidaci¨®n de una incapacidad estructural para pensar la pol¨ªtica en clave nacional, adem¨¢s de una preocupante falta de coherencia discursiva frente a la deriva antiliberal del nacionalismo.
La crisis actual podr¨ªa servir al PSOE para recuperar el hilo perdido de su modernizaci¨®n, reconciliarse con el art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n a cuya redacci¨®n contribuy¨®, y abandonar la tentaci¨®n de instrumentalizar el conflicto catal¨¢n. Lo contrario no solo amenazar¨ªa la integridad de la planta territorial del Estado, sino que pondr¨ªa en jaque su propia existencia como partido y organizaci¨®n.
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