La comunidad
El microcosmos de un edificio guarda parte de la idiosincrasia de cualquier pa¨ªs, incluido Colombia
La comunidad de Alex de la Iglesia encerraba en una probeta unos cuantos virus de Espa?a: la envidia, la ambici¨®n, la desconfianza, la falta de escr¨²pulos, la avaricia, la violencia. Tambi¨¦n ten¨ªa un poco de solidaridad y compa?erismo para compensar la f¨®rmula. Esta semana he comprobado que el microcosmos de un edificio guarda parte de la idiosincrasia de cualquier pa¨ªs, incluido Colombia.
Hace m¨¢s de un mes, la administradora de mi edificio en Bogot¨¢ colg¨® un cartel en el ascensor, lugar habitual para comunicar a los vecinos que hay obras o que cortan el agua de diez a cinco de la tarde. En esta ciudad tambi¨¦n es el espacio para sacarle los colores a los inquilinos. La carta se dirig¨ªa a una chica que hab¨ªa organizado fiesta dos fines de semana seguidos salt¨¢ndose las normas de la comunidad que limitan el esparcimiento y el gozo hasta una hora determinada de la noche. ¡°Hola Daniela¡±, comenzaba la misiva. ¡°Te has portado muy mal¡±, ven¨ªa a decirle la responsable de la gesti¨®n del edificio. ¡°Y te lo cuento por aqu¨ª para que todo el mundo lo lea y el castigo sea doble: la multa y el escarnio p¨²blico¡±, fue mi lectura.
Acaba de llegar a mi correo la respuesta de Daniela. La administradora ha puesto en copia a todos los vecinos. ¡°Perd¨®nenme, ustedes saben que yo no soy as¨ª. No volver¨¢ a pasar¡±. Una mezcla entre el rey em¨¦rito de Espa?a y la cara m¨¢s visible de esta sociedad colombiana: el clasismo que impone la estratificaci¨®n y el reinado de la falsa humildad del ¡°qu¨¦ pena con usted¡±.
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