Domingos negros

No lo vimos venir: el domingo negro de Alemania, el pasado d¨ªa 24. Con la entrada en tromba en el Parlamento de Berl¨ªn, 94 diputados, de Alternativa para Alemania (AfD), un partido antieuropeo, xen¨®fobo y populista. El ministro de Exteriores alem¨¢n, Sigmar Gabriel, dijo: ¡°Tendremos verdaderos nazis en el Bundestag¡±. Por primera vez desde el final del nazismo. Durante unos meses estimamos taponado el ascenso de los populismos europeos, tras el gran susto del Frente Nacional en Francia, nos cre¨ªamos curados de espanto.

Los acontecimientos nos alcanzan, siempre imprevistos. Tuvimos el Brexit y luego a Trump, est¨¢bamos avisados. Pero Merkel, a la que ya algunos situaban como l¨ªder del mundo occidental tras la llegada del incompetente y extravagante presidente de EE?UU, no supo verlo; crey¨® que no pagar¨ªa un precio excesivo por su pol¨ªtica de bienvenida a refugiados. En el letargo de un adormecedor bienestar macroecon¨®mico, con un paro m¨ªnimo, no calibr¨® el malestar y la irritaci¨®n de trabajadores precarios, con salarios bajos, que no soportan que el dinero de sus impuestos se emplee para el asentamiento, educaci¨®n y sanidad de los otros, los nuevos alemanes.

Alemania era uno de los pocos grandes pa¨ªses de Europa, Espa?a felizmente aun lo sigue siendo, sin una extrema derecha parlamentaria. Austria puede sufrir el mes pr¨®ximo otro domingo negro, con la llegada del populismo de ultraderecha y antieuropeo al Parlamento. Y las 5 estrellas populistas de Beppe Grillo aguardan un pr¨®ximo rebrote electoral en Italia. Reverdece el populismo que no estaba muerto sino mal enterrado. En Reino Unido, el l¨ªder laborista Corbyn, anuncia ¡°la muerte del neoliberalismo¡±. No olvidemos que el populismo funciona igual a derecha y a izquierda, como en Espa?a demuestra la pr¨¢ctica del tercer partido parlamentario.

Salta por los aires la idea de que Alemania estaba vacunada contra el extremismo por su pasado. Estar¨ªamos ante el final del excepcionalismo alem¨¢n, en opini¨®n del analista Gideon Rachman de Financial Times. Merkel, otra v¨ªctima de no saber retirarse a tiempo, tiene un problema tanto o m¨¢s grave que la AfD: formar un Gobierno de coalici¨®n con los liberales del FDP, con un programa euroesc¨¦ptico y que aspiran al ministerio de Finanzas. Una canciller m¨¢s d¨¦bil dificultar¨¢ el relanzamiento de Europa que comenz¨¢bamos a so?ar tras la llegada de Macron a la presidencia de Francia. En el El¨ªseo saltaron las alarmas. ¡°Si el FPD entra en el Gobierno alem¨¢n, estoy muerto¡±, coment¨® Macron, seg¨²n Le Monde.

Y vendr¨¢n m¨¢s domingos negros. Ma?ana afrontamos otro en Catalu?a, que afecta a las fronteras de Europa. Te?ido de populismo, utiliza el nacionalismo y el desbordamiento de emociones del que se sirve la izquierda como palanca antisistema. Aun siendo leg¨ªtima la aspiraci¨®n independentista, no es tolerable la secesi¨®n fracturando una sociedad, salt¨¢ndose el orden constitucional.

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