Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² enamorada de un treinta?ero neozeland¨¦s
La nieta mayor de Franco vuelve a pasar de lo que piense la gente y se deja ver paseando de la mano de un joven que es su 'coach' emocional y con el que convive en su casa de Madrid
Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨², la nieta mayor del dictador Francisco Franco, tiene un nuevo amor. Y aunque este hecho ya es de por s¨ª noticia, el inter¨¦s aumenta cuando la diferencia de edad es evidente entre ambos y el treinta?ero de la pareja es ¨¦l. Un cl¨¢sico de las convenciones sociales que establecen diferentes baremos de medir el amor seg¨²n se trate de hombres o mujeres.
La niet¨ªsima, como se la conoci¨® en la ¨¦poca en la que su abuelo era quien mandaba sobre los designios de Espa?a, tiene 66 a?os y no se resigna a renunciar a enamorarse sin importarle la edad o las consecuencias de su elecci¨®n. Su nuevo acompa?ante, con qui¨¦n aparece en la revista Coraz¨®n TVE, es un treinta?ero neozeland¨¦s, orientado a la filosof¨ªa y de profesi¨®n coach emocional, que se ha convertido en su gu¨ªa espiritual adem¨¢s de en su compa?ero sentimental.
En la portada de la citada publicaci¨®n, Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² aparece paseando por las calles de Madrid de la mano de su joven acompa?ante ¨Cde quien la revista dice que es 34 a?os menor que ella¨C sonrientes y con evidentes gestos de complicidad a la salida de un cine situado en una zona alejada del centro de Madrid. Seg¨²n algunas fuentes, la pareja, que no llevar¨ªa m¨¢s de un mes de relaci¨®n, ya vive junta en la casa que ella tiene en el madrile?o barrio de Salamanca.
Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨², a quien siempre se ha relacionado mayoritariamente con hombres mayores que ella, ha hecho de su vida personal una bandera de rebeld¨ªa si el amor se ha puesto de por medio. Se cas¨® en 1972 con Alfonso de Borb¨®n Dampierre, el yerno perfecto para la familia Franco y as¨ª se escenific¨® con una boda que tuvo tintes de ceremonia de Estado con el general Franco como padrino de la novia. Pero ese hombre, con quien tuvo a dos de sus tres hijos, Francisco (fallecido en accidente de tr¨¢fico a los 11 a?os cuando volv¨ªa de esquiar junto a su padre y su hermano menor) y Luis Alfonso, fue para ella m¨¢s que un amor real, una carta de libertad para abandonar su casa.
La separaci¨®n lleg¨® en 1982 cuando apareci¨® en su vida Jean Marie Rossi, un anticuario franc¨¦s de quien ella ha manifestado que le ense?¨® ¡°el arte y a ser mujer¡± y con quien tuvo a su hija Cynthia. Por ¨¦l dej¨® a sus hijos en Madrid y se traslad¨® a Par¨ªs sin importarle el esc¨¢ndalo que supuso en la sociedad de la ¨¦poca y la devastaci¨®n sentimental en la que se sumi¨® Alfonso de Borb¨®n, que nunca lleg¨® a aceptar la decisi¨®n de su mujer.
Contrajo matrimonio con Rossi en diciembre de 1984 y se separ¨® en 1995, aunque su relaci¨®n siempre ha sido bastante cordial. Despu¨¦s se reencontr¨® con un amigo de juventud, el arquitecto Roberto Federici, con quien pase¨® su amor por distintas ciudades del mundo durante 10 a?os, hasta que se separaron en 2004. A los 50 a?os, Carmen volvi¨® a romper las reglas no escritas de su c¨ªrculo cas¨¢ndose con Jos¨¦ Campos, un c¨¢ntabro aparentemente bonach¨®n y poco acostumbrado a las revistas del coraz¨®n con el que, sin embargo, vivi¨® una ¨¦poca de exclusivas en las revistas de la prensa rosa. Se casaron en Santander en 2006 pero terminaron separ¨¢ndose tras siete a?os casados y con contenciosos de por medio por temas econ¨®micos. Seg¨²n confes¨® en su momento Mart¨ªnez-Bordi¨² con ¨¦l no se habla ¡°mientras tenga problemas de dinero¡±.
El siguiente en la lista de sus amores fue Luis Miguel Rodr¨ªguez, conocido por El Chatarrero por ser el propietario de Desguaces La Torre y que en la actualidad es uno de los empresarios con mayor deuda con Hacienda, 7,8 millones de euros. La propia Carmen confes¨® en el programa de Bert¨ªn Osborne, En tu casa o en la m¨ªa, que ha sido el hombre del que se enamor¨® realmente por primera vez a los 60 a?os. Con ¨¦l se le hab¨ªa visto ¨²ltimamente en varias ocasiones y se lleg¨® a especular sobre una posible reconciliaci¨®n, aunque al parecer lo que conservan es una buena amistad. En el mismo programa de televisi¨®n Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² lleg¨® a decir: ¡°A m¨ª la gente nunca me ha importado nada. Me importa mi madre, mis hijos¡ pero yo les he educado en que nunca deb¨ªan juzgar a los padres¡±.
Ahora ha llegado el momento de una nueva relaci¨®n que, sea cual sea su futuro, ha devuelto la ilusi¨®n a esta mujer que no encuentra barreras imposibles de saltar cuando se habla de amor.
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