La v¨ªa islandesa para reducir el consumo de drogas
Una nueva pol¨ªtica de prevenci¨®n logra alejar a los adolescentes de las adicciones
Todas las sociedades han tenido problemas con las drogas. Pero en la nuestra, el porcentaje de vidas malogradas o perdidas a causa de una adicci¨®n es abrumador y los planes de prevenci¨®n distan mucho de obtener resultados satisfactorios. Especialmente preocupante es el consumo de drogas en la adolescencia. Que en Espa?a uno de cada cinco j¨®venes se haya emborrachado al menos una vez en el ¨²ltimo mes y uno de cada tres haya incurrido en consumos de alto riesgo de coma et¨ªlico es un rotundo fracaso.
?Qu¨¦ falla? Desde Islandia nos llegan noticias esperanzadoras. Un nuevo modelo de abordar el problema ha logrado en poco tiempo resultados espectaculares. Hace apenas veinte a?os, los adolescentes de ese pa¨ªs figuraban entre los m¨¢s bebedores de Europa. Ahora destacan entre los que siguen un estilo de vida m¨¢s saludable. Entre 1998 y 2016 el porcentaje de j¨®venes de 15 y 16 a?os que declara haberse emborrachado en el ¨²ltimo mes ha pasado del 42% al 5%; el de fumadores ha ca¨ªdo del 23% al 3%, y el de consumidores de cannabis, del 17% al 7%. ?C¨®mo ha sido posible? El ¨¦xito se debe a que los planes de prevenci¨®n tienen en cuenta los mecanismos psicol¨®gicos y sociales que llevan a los j¨®venes a consumir drogas y les ofrecen alternativas deportivas y de ocio que les alejan de ellas.
Los programas tienen en cuenta la qu¨ªmica del cerebro adolescente, ¨¢vido de sensaciones nuevas y de experimentaci¨®n. A ello hay que a?adir el estr¨¦s de una cultura orientada al ¨¦xito y la competitividad. Muchos j¨®venes encuentran en las drogas una forma de combatir la ansiedad o la angustia y tambi¨¦n una manera de experimentar y explorar los l¨ªmites del propio cuerpo. El programa ha permitido comprobar que el deporte colectivo y las actividades l¨²dicas compartidas generan las endorfinas necesarias para que los adolescentes se alejen de las drogas.
Pero, adem¨¢s, el programa ha intervenido sobre los factores culturales y sociales que facilitan caer en las adicciones. Para ello se ha involucrado a padres y a profesores. El programa hace mucho ¨¦nfasis en la importancia de dedicar a los hijos adolescentes m¨¢s tiempo, m¨¢s atenci¨®n y m¨¢s vigilancia. No basta con dedicarles ¡°tiempo de calidad¡±, como dicen algunos padres. Necesitan m¨¢s tiempo.
El plan se ha completado con una medida que aqu¨ª ser¨ªa pol¨¦mica: una especie de toque de queda acordado con los padres. Los menores de edad no pueden salir solos de casa despu¨¦s de las diez de la noche en invierno y de las doce en verano. ?Ser¨ªa aplicable aqu¨ª una medida de este tipo? Resulta dif¨ªcil imaginarlo. El clima y las costumbres sociales son muy diferentes, pero una de las claves del consumo de drogas en Espa?a tiene que ver con la forma que adopta el ocio entre los j¨®venes. Seg¨²n datos de la Agencia Antidroga de Madrid, el 50% de los menores que sale durante el fin de semana admite que llega a casa despu¨¦s de las dos de la madrugada y uno de cada cuatro vuelve entre las cuatro y las ocho de la ma?ana. Entre el toque de queda y estos horarios hay un gran margen para intervenir.
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