Varias especies de cul¨¦bridos, entre ellos la agresiva culebra bastarda o de Montpellier (Malpolon monspessulanus), que vive en el sur de Europa (tambi¨¦n en Espa?a) y puede llegar a medir dos metros y medio, tienen la capacidad de inocular veneno a sus presas con unos colmillos acanalados situados en la parte posterior de la boca y unidos a la gl¨¢ndula de Duvernoy, donde almacenan la ponzo?a.
A este tipo de culebras con un rudimentario aparato venenoso se las conoce como opistoglifas, y a menudo se tiende a subestimar la potencia de su veneno, a pesar de que al menos una especie, la culebra boomslang (Dispholidus typus), una serpiente arb¨®rea muy extendida por el centro y el sur de ?frica que ha causado varios accidentes mortales.
Entre sus v¨ªctimas est¨¢ el herpet¨®logo Karl Schmidt, director del museo de historia natural de Chicago, que fue mordido por un boomslang en 1957 y muri¨® 24 horas despu¨¦s, de una hemorragia cerebral. Schmidt era todo un profesional, y le dio tiempo de dictar a un ayudante los efectos del veneno, una hemotoxina que impide la coagulaci¨®n de la sangre. La piel de la boomslang es uno de los doce ingredientes la Poci¨®n Multijugos, que permite al que la bebe adoptar el aspecto de otras personas en Harry Potter y la c¨¢mara secreta. Su potente veneno tambi¨¦n aparece en la novela de Agatha Christie Muerte en las nubes.
Viborillas
La agresiva culebra bastarda o de Montpellier (Malpolon monspessulanus) es uno de los pocos ofidios venenosos que habitan en Europa, y una de las cuatro serpientes venenosas que se pueden encontrar en Espa?a. Las otras tres son unas v¨ªboras: la v¨ªbora hocicuda o de Lataste (Vipera latastei), la v¨ªbora ¨¢spid (Vipera aspis) y la v¨ªbora de Seoane (Vipera seoanei).
Que te mate una v¨ªbora cuando ense?as a un grupo de personas con fobia a las serpientes c¨®mo superar sus miedos da muy mal rollo. Le ocurri¨® en 2013 a Dieter Zorn, un alem¨¢n de cincuenta y tres a?os que llevaba veinticinco trabajando en espect¨¢culos con reptiles, durante una gira por el sur de Francia. El ¨¢spid con el que jugueteaba para demostrar a su auditorio que no hay que tenerles miedo a las bichas se le fue de las manos y lo mordi¨®. Varias veces. A Zorn solo le dio tiempo de meter a su asesino en el terrario antes de desplomarse y morir de un fallo cardiaco, por el susto o por el veneno. Ese d¨ªa no hubo aplausos.
Arma letal
El general cartagin¨¦s An¨ªbal emple¨® calderos llenos de v¨ªboras como arma biol¨®gica durante las guerras p¨²nicas que enfrentaron a romanos y cartagineses por el control del Mediterr¨¢neo: los lanzaba con catapultas sobre los barcos de la flota romana, m¨¢s que nada por chinchar. Los romanos, con poco sentido del humor, respondieron con esta frase en lat¨ªn: ¡°Delenda est Cartago¡±, que se podr¨ªa traducir como ¡°Cartago ser¨¢ destruida¡±, ¡°esta broma no tiene gracia¡± o ¡°quien r¨ªe el ¨²ltimo r¨ªe mejor¡±.
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