En las playas de Sierra Leona, un grupo de j¨®venes y adolescentes han adoptado el surf como forma de vida. Quieren llegar a los Juegos Ol¨ªmpicos
Daniel, uno de los veteranos surfistas, ense?a al benjam¨ªn del grupo algunos trucos antes de que este entre en el mar.Jhon se entrena en el gimnasio improvisado que hay detr¨¢s de una de las caba?as donde hace cinco a?os montaron su club de surf. Es uno de los primeros que se lanz¨® al mar para empezar a realizar este deporte. Su nombre es uno de los que m¨¢s suena para acudir a los Juegos Ol¨ªmpicos.Otro surfista, Samuel, se despierta de la siesta. Duerme en una peque?a tienda de campa?a en la playa, junto al enclave deportivo. Sheriff prepara el desayuno para los extranjeros que est¨¢n en el campamento de surf. Los j¨®venes se ganan la vida atendiendo a clientes en sus instalaciones. En sus ratos libres, practican surf.
Tabla con el men¨² de comidas que se sirve en el club surfista. El club comenz¨® a tomar forma cuando un irland¨¦s llamado Shane O?Connor que trabajaba para Unicef don¨® varias tablas de surf y materiales a ese poblado de 300 personas.Todas las ma?anas, los j¨®venes de Bureh Beach preparan la playa para empezar el d¨ªa. Mientras que Sheriff se encarga del desayuno, otros limpian la arena. Sheriff observa el pescado que le han tra¨ªdo para cocinar. Los j¨®venes de esta aldea descubrieron el surf gracias a Olivier, un piloto franc¨¦s que cada a?o intentaba acudir all¨ª a practicar este deporte y acab¨® regal¨¢ndoles la primera tabla.Kadiatu, alias 'KK', es la ¨²nica chica surfera del grupo. En la imagen observa una de las tablas que luego usar¨¢ para surcar las olas. Es la m¨¢s firme candidata a representar a su pa¨ªs en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos. Los ni?os la observan con admiraci¨®n desde la arena.Samuel observa el mar antes de decidirse a navegar. KK en el mar. Cada ola es un entrenamiento para esta chica que sue?a con ser ol¨ªmpica. Uno de los chicos se ducha con agua del pozo que tienen en sus instalaciones. Las caba?as las construyeron con la ayuda de la ONG alemana Welt Hunger Hilfe, que trabaja para erradicar el hambre en pa¨ªses en desarrollo.Una vieja tabla partida decora la ducha que utilizan los turistas.El gallo ejerce de despertador de los vecinos de Bureh Beach. En total son 19 los j¨®venes que viven y trabajan en el club surfero, aunque ya hay nuevas generaciones que les piden que les ense?en a surcar las olas.Empieza un nuevo d¨ªa en Bureh Beach.
