Alegr¨ªas

Antes de aplicarse, la suspensi¨®n del Gobierno golpista ya ha dado alg¨²n fruto. Propongo un par de ellos.

La dimisi¨®n de una diputada socialista, que esperamos sea solo la primera, puede limpiar de reaccionarios a su franquicia catalana. El PSC es un partido infectado de topos y submarinos nacionalistas, casi todos ellos proceden del clan de los Maragall. El m¨¢s conspicuo es Ferran Mascarell, hoy representante de los golpistas en Madrid. Un hombre inteligente y eficaz al que la ambici¨®n le hizo ver m¨¢s futuro en Convergencia que en el socialismo. Ahora quedar¨¢ descolgado, pero puede ser recuperado para un Gobierno leal. Hay muchos otros convergentes ocultos en el PSC. Entre ellos los muy xen¨®fobos conversos, como el alcalde de Blanes, un granadino que considera magreb¨ªes a los espa?oles. Si en Catalu?a el partido socialista se libera de los nacionalistas y deja de ser la agencia de colocaciones que ha sido hasta ahora, puede recuperar prestigio y volver a ser una fuerza decisiva.

La segunda alegr¨ªa est¨¢ por ver. Hemos comprobado la inexistencia de un servicio de informaci¨®n para el exterior, no s¨®lo en el Gobierno sino en el Estado. La as¨ª llamada Secretar¨ªa de Estado de Comunicaci¨®n est¨¢ pensada para un Ayuntamiento de tama?o medio. Como instituci¨®n nacional da pena. Los corresponsales, los embajadores, los analistas extranjeros, todos coinciden en que durante la crisis catalana ese servicio ha sido una nulidad, frente al eficaz y car¨ªsimo aparato de los golpistas. ¡°S¨®lo nos llaman para hablarnos de los Reyes Cat¨®licos¡±, citaba a un corresponsal Emilia Landaluce en un excelente reportaje. Quiz¨¢s los partidos nacionales se percaten y entren, de una vez, en el siglo XXI. La pol¨ªtica, ahora, ya no se hace a mano.