Rep¨²blicas poco populares y nada democr¨¢ticas
En China ya se puede aplaudir al presidente con el m¨®vil, pero de votar ni hablar.
Con las rep¨²blicas pasa como con algunas democracias, que cuantos m¨¢s apellidos tienen, m¨¢s hay que desconfiar de ellas. El ejemplo de esto ¨²ltimo lo tenemos bien cerca. Durante el r¨¦gimen de Franco, ¡ªpersonaje que ahora han puesto tan de moda entre otros algunos que, en el mejor de los casos, cuando muri¨® el dictador todav¨ªa jugaban a las chapas¡ª exist¨ªa una cosa llamada democracia org¨¢nica, que era a la democracia lo que la m¨²sica militar es a la m¨²sica.
Y para las republicas sirve la misma premisa. Hay algunos ejemplos hist¨®ricos como la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana ¡ªque en Espa?a tiene un sorprendente n¨²mero de defensores, nost¨¢lgicos tal vez del muro o simplemente aficionados a los anabolizantes en el deporte¡ª que se llamaba as¨ª para diferenciarse de su vecina la Rep¨²blica Federal Alemana. Esta ¨²ltima era un lugar donde se votaba, se viajaba y se pod¨ªa comprar de todo en las tiendas, mientras que en su hermana ¡°democr¨¢tica¡± nada de esto era posible, pero ya sabemos ¡ªy lo estamos comprobando en carne propia¡ª que el lenguaje pol¨ªtico no necesariamente tiene que responder a la realidad.
De modo que cuanto m¨¢s ¡°democr¨¢tica¡± y m¨¢s ¡°popular¡± m¨¢s probabilidades hay de que una rep¨²blica sea todo lo contrario. Las republicas con democracia de verdad no necesitan m¨¢s nombres.
Con esta premisa cierta, no le ser¨¢ dif¨ªcil al lector identificar en la siguiente lista ¡ªdel presente y del pasado pr¨®ximo¡ª d¨®nde hay libertad y d¨®nde no. Rep¨²blica francesa, Rep¨²blica Popular Democr¨¢tica de Corea, Rep¨²blica Italiana, Rep¨²blica Democr¨¢tica Popular del Yemen, Rep¨²blica de Irlanda, Rep¨²blica Popular China, Rep¨²blica de Polonia, Rep¨²blica Popular de Polonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Popular de Hungr¨ªa. Y como para toda regla hay una excepci¨®n ah¨ª est¨¢ la Rep¨²blica de Cuba donde el r¨¦gimen no ha querido que haya democracia ni siquiera en el nombre. En eso hay que reconocer que ha sido coherente.
Adem¨¢s de ponerse calificativos que no les corresponden, ese tipo de reg¨ªmenes se caracteriza por la realizaci¨®n de todo tipo de esfuerzos para mostrar la felicidad en la que viven sus ciudadanos. Excepcionalmente a veces muestran la tristeza, pero esta es siempre autorizada y consentida ¡ªo m¨¢s bien ordenada¡ª como cuando miles de norcoreanos son obligados a llorar desconsoladamente al morir sus l¨ªderes. Pero lo habitual es tratar de mostrar el sincero agradecimiento que los ciudadanos de estos pa¨ªses tienen a sus l¨ªderes. Y en esto la Rep¨²blica Popular China ¡ªexiste otra China que se llama Republica china y que aplicando la regla antes expuesta el lector ya sabr¨¢ que tipo de r¨¦gimen es¡ª se est¨¢ llevando la palma en sofisticaci¨®n. Lo ¨²ltimo es una aplicaci¨®n que permite aplaudir por el m¨®vil las interminables tres horas y media de discurso que pronunci¨® su l¨ªder m¨¢ximo la semana pasada. La aplicaci¨®n mide cuanto aplaude uno y con qu¨¦ intensidad, de modo que el Gobierno ya sabe quien lo usa y c¨®mo. Votar no votar¨¢n, pero se van a hartar de darle al tel¨¦fono.
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