El uso t¨®xico de las palabras
El independentismo catal¨¢n otorga significados distintos a conceptos hasta conseguir banalizarlos
El fil¨®logo alem¨¢n, comunista y jud¨ªo, Victor Klemperer, demostr¨® que las palabras contienen dosis ¨ªnfimas de ars¨¦nico, uno las consume sin apenas darse cuenta y pasado un tiempo ejercen su efecto letal (La lengua del Tercer Reich). Se refer¨ªa Klemperer, entre otras, al uso de la palabra fan¨¢tico, de clara connotaci¨®n peyorativa y a la que el lenguaje del nazismo ¡ªtodo sistema pol¨ªtico crea su jerigonza¡ª dot¨® de potencia narrativa meliorativa hasta convertirla en sin¨®nimo de buen alem¨¢n, de alem¨¢n consecuente, de alem¨¢n todo el rato. (¡°Aita, ?qu¨¦ cansado es ser vasco¡±!, se quejaba el hijo de un militante antifranquista y luego antietarra).
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Klemperer nos cuenta que el nazismo no cre¨® un vocabulario propio, se limit¨® a dar un significado distinto a palabras comunes y logr¨® organizar su marco (frame, Lakoff) a base de un uso reiterado, sistem¨¢tico, campanudo de esas palabras preexistentes, utilizadas de manera perversa y doctrinaria.
Estamos ahora en tiempos apote¨®sicos de la estupidez verbal, enfermedad contagiosa a la velocidad de la luz, que permite, por ejemplo, que se pueda hablar de ¡°presos pol¨ªticos¡±, cuando se trata de personas que han cometido un delito y, luego, son pol¨ªticos. Es como si dij¨¦ramos que Sandro Rosell, expresidente de mi amado Bar?a, ha sido encarcelado por sus ideas balomp¨¦dicas, tiqui taca, y no por hab¨¦rselo llevado crudo con el fichaje de Neymar y otros tres por cientos propios de competiciones inventadas.
Seg¨²n esa l¨ªnea de an¨¢lisis, Ignacio Gonz¨¢lez, expresidente de la Comunidad de Madrid, habr¨ªa sido encarcelado por sus ideas peperas y no por haber, presuntamente, dado un mangazo oce¨¢nico, haciendo que las corruptelas de un canal de Madrid llegaran a Colombia.
Suena mucho tambi¨¦n ¡°exiliado¡±, para referirse a los que cobardemente han puesto pies en polvorosa, d¨ªgase, para evitar enfrentarse a sus propios hechos. ?Un momento! Exiliados han sido los espa?oles que se fueron en la indigencia franquista, llenos de dignidad, tras el final de la guerra de 1936-39; los que se largaron fuera para que no los mataran o encarcelaran a perpetuidad; exiliados fueron los transterrados interiores, que se clausuraron en vida como ciudadanos, a golpe de miedo y silencio ¡ª¡°no cuentes esto fuera de casa¡±, dec¨ªan algunas madres cuando criticaban a Franco¡ª para no ser encarcelados.
Darse el piro a Bruselas es un acto de cobard¨ªa, sin un deje de ¨¦pica, sin un rasgo de dignidad
Darse el piro a Bruselas, as¨ª sea a mejillones o a chocolatinas, es un acto de cobard¨ªa, sin un deje de ¨¦pica, sin un rasgo de dignidad. Pura cobard¨ªa.
Se difunde tambi¨¦n ¡°asilo pol¨ªtico¡±, como si la democracia europea estuviera esperando en su espacio de solidaridad gen¨¦tico que llegaran a su seno gentes venidas de pa¨ªses imposibles para los derechos humanos que no sean Siria. Quieren evocar, los que pervierten las palabras, tiempos en los que a los dem¨®cratas espa?oles les estimulaba a seguir en la lucha por la libertad saber que el Parlamento de Estrasburgo condenaba a la dictadura franquista.
Ahora, el idiota moral de guardia dice que esto ¡°apesta a franquismo¡±, a sabiendas de que miente, pues la mera formulaci¨®n de esa frase que busca narcisistamente t¨®xicos me gusta, le hubiera llevado al talego de estar ante un franquismo realmente existente. La peor de las situaciones democr¨¢ticas esta a traineras de la mejor de las situaciones de las dictaduras, si es que estas existen. Rep¨ªtase desayuno, comida y cena.
Hay, adem¨¢s, un af¨¢n desesperado por dejar claro que esto es como el ¡°r¨¦gimen¡± franquista, como si quienes lo enuncian estuvieran postul¨¢ndose para hacer una transici¨®n fet¨¦n, que enmendara de plano a la anterior y les diera el protagonismo que sienten que merecen. En el fondo, es un deseo naif de que a cada generaci¨®n le toca su transici¨®n y me pido primer para esta. Mientras tanto, purga que te purga.
Dec¨ªa Rafael S¨¢nchez Ferlosio que el nacionalismo es como los pedos ¡ªigual tengo que poner ventosidades¡ª: uno soporta los propios y no tolera los de los dem¨¢s. Y en eso parece que estamos. Un burgues¨ªa opulenta, que se aburre los domingos por la tarde, como denunci¨® Sebastian Haffner (Historia de un alem¨¢n), se pone a hacer dibujos y fantasea con c¨®mo ser¨ªa de ideal la cosa si fuera como ensue?an. Gente, Mas, que vivi¨® feliz con Franco y que ahora le pica la urgencia del ma?ana nos pertenece. Gente con la camiseta que goza de muchos votos en las zonas pijas. Meten, todos, la t¨²rmix y hacen un agrup¨¦monos todos con el que abrazan a los asesinos del barcelon¨¦s Hipercor, 21 v¨ªctimas; la CUP, por mas se?as.
Es un deliro, mezcla de ensue?os y planificaci¨®n quinquenal, que necesita usar las palabras de forma perversa y que busca el victimismo. Un discurso que no inventa palabras, las retuerce el pescuezo. El lenguaje militar que analiza Klemperer ¡ªnos ense?aron en la mili que deb¨ªa ser breve, conciso y concreto¡ª lleg¨® a decir que el ej¨¦rcito alem¨¢n hab¨ªan conquistado ¡°fan¨¢ticamente¡± ciertas posiciones militares. En eso est¨¢n, en el uso t¨®xico de las palabras que merecen un respeto para los que han sido realmente presos pol¨ªticos, exiliados, torturados, transterrados. No banalicen la maldad.
Jos¨¦ Mar¨ªa Calleja es periodista.
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