Katsushika Hokusai, ¡°Los pulpos y la buceadora¡± o ¡°El sue?o de la esposa del pescador¡± (1814). Perteneciente al g¨¦nero de los ukiyo-e, el dibujo de Hokusai representa a la joven buceadora Ama entrelazada sexualmente a dos pulpos, uno es el coach y el otro el aprendiz, el peque?¨ªn que le besa tiernamente en los labios y acaricia sus pezones. Rodin y Picasso realizaron sus particulares versiones de esta maravilla sinto¨ªsta.George Grosz, ¡°Escena er¨®tica¡± (1927). Esta acuarela encontr¨® su fuente de inspiraci¨®n en uno de los centenares de burdeles del barrio berlin¨¦s de Alexandreplatz adonde Grosz sol¨ªa acudir como voyeur para contemplar todo tipo de encuentros sexuales. En la imagen, dos mujeres de apariencia voluptuosa parecen vivir experiencias placenteras al margen de los proxenetas. El pintor concede a la escena una ternura poco habitual en sus ¨®leos sat¨ªricos y apocal¨ªpticos.Paul Klee, ¡°Amantes¡± (1920). La escena describe el encuentro de un hombre arrodillado ante su amante, que levanta un brazo y lo envuelve con el otro. Las dos figuras semiabstractas est¨¢n interpenetradas por las bandas de color. Klee evita el voyeurismo cl¨¢sico y en su lugar transmite el sentimiento invisible de la pasi¨®n. El a?o en que pint¨® este cuadro, Klee escribi¨®: ¡°El arte no reproduce lo que es visible, sino que hace que las cosas sean visibles¡±.Francis Bacon, ¡°Dos figuras¡± (1953). Parece una versi¨®n masculina del ¨®leo de Courbet ¡°Sleepers¡± (1886) pero en este caso la ternura ha quedado atr¨¢s. El pintor irland¨¦s describe la tensi¨®n sexual entre el eros y la agresi¨®n. La pintura se expuso pocos a?os antes de la parcial legalizaci¨®n de la homosexualidad en Inglaterra. en la sala Hannover de Londres. La galerista Erica Brausen colg¨® el cuadro en un lugar marginal del piso superior por miedo a que la polic¨ªa la confiscara. A pesar de que Bacon contribuy¨® decisivamente a la visibilizaci¨®n del homoerotismo masculino en el arte, ¨¦l mismo se refer¨ªa a su orientaci¨®n sexual como su ¡°defecto¡±.Nobuyosi Araki, ¡°La mirada de Erotos¡± (1993). M¨¢s conocido por sus fotograf¨ªas de mujeres bondage -al estilo kinbaku, el arte japon¨¦s de la atadura er¨®tica del siglo XVI, tan denostado por las feministas), esta imagen tiene m¨¢s que ver con las flores de aire extra?o y decadente (pistilos y estambres como genitales) representativo de la adolescencia que brilla lozana y despu¨¦s se marchita. El ojo de la mujer que mira de lado, hacia abajo, tiene un cualidad surreal, es un orificio almendrado tocado levemente por un mech¨®n oscuro.
