Un programa financiado por el Gobierno sueco para reducir la pobreza en Mozambique mediante la inversi¨®n privada ha acabado por empeorar las cosas para los vecinos de la zona donde se plante¨®
Dos nietos de Nconda persiguen a una gallina en su granja en Lichinga, Mozambique.Un pueblo del distrito de Sanga situado junto a la plantaci¨®n de Chikweti (actualmente propiedad de Green Resources).
El paisaje de Niassa se caracteriza por las grandes extensiones de bosque, los campos de cultivo de ma¨ªz y girasol, algunos macizos rocosos dispersos que alcanzan los 1.000 metros de altitud, y en la actualidad, tambi¨¦n por las hileras de pinos y eucaliptos cuidadosamente alineadas.
Dos ni?os de Sanga vuelven del campo cargados de ma¨ªz.
La mujer del r¨¦gulo (jefe del pueblo) Sultan Licole limpia el porche de su casa en la poblaci¨®n agr¨ªcola de Lincole.El agricultor Dino Alberto y dos chicos del pueblo se dirigen al campo de ma¨ªz de Dino en el pueblo de Chelecoa. Algunos agricultores de la vecina poblaci¨®n de Txepa afirman que los representantes de las empresas con sede en Niassa que fueron a visitar la poblaci¨®n les prometieron semillas gratis. Despu¨¦s, la misma cantidad de semillas que les prometieron se vendi¨® en el mercado local.
Plantaciones de Green Resources cerca del pueblo de Nconda que han sido objeto de ataques e incendios provocados. La se?al de Green Resources ha sido destrozada. La base est¨¢ cortada a machetazos y el logotipo de la empresa, arrancado y tirado en el barro.Dos polic¨ªas cruzan la rotonda principal del centro de Lichinga.
Un grupo de j¨®venes descansa despu¨¦s de hacer su turno en una chatarrer¨ªa local pr¨®xima al mercado de Cuamba. Cada vez m¨¢s gente se marcha a los pueblos m¨¢s grandes y a las ciudades en busca de trabajo.
En un campo cerca de Cuamba, los restos de un tanque recuerdan la guerra civil. Cuando, en 1975, Mozambique se independiz¨® de Portugal, sobrevino una dolorosa guerra civil que se prolong¨® 15 a?os.El tren que cubre el trayecto entre Cuamba y Lichinga circula dos veces por semana. Est¨¢ previsto que el viaje dure seis horas, pero la realidad es que suele durar entre 10 y 12, ya que se estropea con frecuencia. Las largas esperas son una suerte para los agricultores locales, que tratan de vender sus productos mientras el convoy est¨¢ detenido.
Dos adolescentes en una colina en el l¨ªmite del pueblo de Matemangue. La poblaci¨®n y una de las plantaciones de Green Resources est¨¢n divididos por un r¨ªo. Muchos j¨®venes del pueblo est¨¢n en paro.
Una radio alimentada por un panel solar en el patio de la casa del r¨¦gulo (el jefe del pueblo) en Liconhile (Sanga).
Dos hombres juegan al bao, un juego de mesa tradicional de la familia del mancala, en Naycuanga, un pueblo agr¨ªcola del distrito de Lago. El bao es muy popular entre los suajili de ?frica oriental.Un joven agricultor se toma un descanso de sus tareas en el pueblo agr¨ªcola de Txepa, en el que la mayor¨ªa de los campesinos viven de cultivar la tierra a la manera tradicional.