La epan¨¢fora de cada d¨ªa
La prensa recorta sin miramientos esas continuas y estomagantes repeticiones ret¨®ricas de los discursos pol¨ªticos
Los pol¨ªticos se copian entre s¨ª los recursos ret¨®ricos, como miembros que son de una misma clase social. Si uno dice ¡°choque de trenes¡±, todos repiten ¡°choque de trenes¡±. Y en los ¨²ltimos a?os se imitan tambi¨¦n en las epan¨¢foras. Esta palabra de origen griego designa la figura ret¨®rica que se basa en la repetici¨®n intencionada de los primeros elementos de una oraci¨®n.
Los poetas la usan para enfatizar una idea y conseguir al mismo tiempo un efecto de ritmo y sonoridad.Por ejemplo, Miguel Hern¨¢ndez escribi¨® en su Eleg¨ªa:
¡°No perdono a la muerte enamorada / no perdono a la vida desatenta / no perdono a la tierra ni a la nada¡±.
Quiz¨¢s la epan¨¢fora m¨¢s c¨¦lebre de la pol¨ªtica espa?ola fue la pronunciada por Adolfo Su¨¢rez en su discurso emitido por TVE el 13 de junio de 1977, cuando dijo hasta siete veces consecutivas ¡°puedo prometer y prometo¡±, para enlazar esos verbos con los complementos que constitu¨ªan su oferta electoral. Aquel ardid ret¨®rico ha extendido su influencia hasta hoy.
Pero una cosa es encontrarse epan¨¢foras de vez en cuando en la poes¨ªa o la literatura, y generalmente de calidad en intenci¨®n y en ritmo, y otra soportar cada d¨ªa y cada noche un recurso ret¨®rico malversado en la pol¨ªtica con el que quiz¨¢s s¨®lo se pretende repetir el sujeto para dedicar as¨ª unos segundos m¨¢s a improvisar el complemento. Esas epan¨¢foras sin estilo producen cansancio, evocan artificio y sugieren simpleza.
He anotado muchos ejemplos (todos los pol¨ªticos abusan de este recurso), de los que citar¨¦ tres recientes.
In¨¦s Arrimadas reproch¨® a Carme Forcadell el 11 de noviembre pasado que calificara de ¡°simb¨®lica¡± la declaraci¨®n de independencia; y a?adi¨®: ¡°Lo que no ha sido simb¨®lico es enfrentarnos al resto de espa?oles. Lo que no ha sido simb¨®lico son las m¨¢s de 2.000 empresas que se han tenido que ir. Lo que no ha sido simb¨®lico son las fracturas en grupos de amigos¡±. El portavoz del PP Mart¨ªnez Ma¨ªllo la imit¨® el mi¨¦rcoles pasado: ¡°Quiero recordar que este procedimiento ha sufrido muchos vaivenes, quiero recordar que ha sido archivado en dos ocasiones, quiero recordar que el ministerio p¨²blico no acusa (...) y quiero recordar que quien [sic] ha impulsado este procedimiento han sido (...) Izquierda Unida y Adade¡±. El 3 de octubre pasado, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa hab¨ªa acudido tambi¨¦n a esa figura ret¨®rica para contestar a Carles Puigdemont: ¡°Fuera de la ley no hay democracia, fuera de la ley no hay convivencia, fuera de la ley no hay derechos¡±.
La prensa trata ya con cierto desd¨¦n estas repeticiones y las recorta sin miramientos. La declaraci¨®n de Arrimadas qued¨® jibarizada as¨ª: ¡°Lo que no ha sido simb¨®lico es enfrentarnos al resto de espa?oles, las m¨¢s de 2.000 empresas que se han tenido que ir, las fracturas en grupos de amigos¡±. Y la de Ma¨ªllo, de este modo: ¡°Quiero recordar que este proceso ha sufrido muchos vaivenes, que ha sido archivado en dos ocasiones, que el ministerio p¨²blico no acusa (...)¡±. Y la que emple¨® la vicepresidenta se redujo a estos t¨¦rminos: ¡°Fuera de la ley no hay democracia, no hay convivencia, no hay derechos¡±.
Cuando la epan¨¢fora cae en manos del talento, produce belleza, transmite pasi¨®n, crea un poema. El abuso actual, sin embargo, la vuelve estomagante, porque se percibe como un latiguillo y permite interpretar que la mayor¨ªa de los discursos pol¨ªticos no est¨¢n movidos por un estilo propio, sino que tienen su origen en una gran epan¨¢fora mental.
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