Oportunismo fiscal

Resulta dif¨ªcil de explicar que en un contexto de profunda crisis territorial el Gobierno de Mariano Rajoy haya dado prioridad a su estabilidad antes que intentar resolver el prometido sistema de financiaci¨®n auton¨®mica para las autonom¨ªas de r¨¦gimen general. Al desaf¨ªo independentista catal¨¢n ¡ªun terremoto pol¨ªtico sin precedentes en la democracia espa?ola¡ª le ha sucedido una oleada de reivindicaciones auton¨®micas que merecen ser escuchadas; muy especialmente la de la infrafinanciaci¨®n de la Comunidad Valenciana. Por el contrario, el Ejecutivo ha optado por garantizarse su continuidad y la aprobaci¨®n de los presupuestos con la medida m¨¢s contraproducente: fijar para los pr¨®ximos cinco a?os el cupo vasco, cuyo montante supone un trato de privilegio para el Pa¨ªs Vasco, seg¨²n la mayor¨ªa de los expertos.

En mayo, Rajoy pact¨® con los nacionalistas vascos para lograr la mayor¨ªa parlamentaria que necesitaba y evitar las urnas. Ahora, su nuevo acuerdo es m¨¢s dif¨ªcil de sostener argumentalmente, pues la fijaci¨®n del cupo suscita pocas simpat¨ªas en Catalu?a y agita los sentimientos de agravio comparativo en el resto del pa¨ªs en un momento hist¨®rico delicado.

El l¨ªder de Ciudadanos, Albert Rivera, se ha desmarcado del PP con un duro discurso que reivindica la solidaridad territorial y la igualdad de todos los espa?oles. Pero el problema no es el Concierto Vasco, amparado por la Constituci¨®n, sino el m¨¦todo de c¨¢lculo aplicado para fijar ese cupo, lo que durante a?os ha supuesto la sobrefinanciaci¨®n de una de las comunidades m¨¢s ricas de Espa?a en detrimento de otras m¨¢s necesitadas.

El cupo (lo que el Pa¨ªs Vasco debe aportar a las arcas del Estado para compensar los servicios no transferidos) no deber¨ªa seguir fij¨¢ndose en funci¨®n del n¨²mero de esca?os. Deber¨ªa calcularse, como el futuro sistema de financiaci¨®n general, en reglas t¨¦cnicas blindadas a los vaivenes partidarios. Es un objetivo dif¨ªcil si se tiene en cuenta que Hacienda ni siquiera escucha a sus propios expertos.

El otro gran partido pol¨ªtico de gobierno, el PSOE, se ha sumado al oportunismo del PP en un movimiento t¨¢ctico arriesgado que revela las incoherencias de su proyecto territorial. A cambio de la estabilidad del Gobierno vasco ¡ªsostenido por los socialistas¡ª, el PSOE ha abierto la caja interna de los truenos ¡ªya han protestado sus l¨ªderes en Andaluc¨ªa, Valencia, Asturias y Castilla-La Mancha¡ª y ha renunciado a cualquier negociaci¨®n posterior a escala nacional, bien sea para modificar los presupuestos, bien para acelerar la puesta en marcha de ese nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mico que tanto ha exigido. Rajoy arrastra de nuevo los pies y las autonom¨ªas perjudicadas pagan, mientras tanto, los platos rotos de la falta de consenso entre los dos grandes partidos.