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Buena tierra, buena salud Cr¨®nica de un viaje al ¨¢rido sur de Mauritania, un territorio nada f¨¢cil para la supervivencia. La ONG Acci¨®n contra el Hambre nos permite conocer de primera mano sus actuaciones para paliar las necesidades b¨¢sicas y mejorar el acceso al agua, la salud y los alimentos Los ni?os permanecen entre cinco y ocho d¨ªas en la sala de malnutridos del sector de Pediatr¨ªa del Hospital Regional de Nema, donde hay media docena de ellos cuando lo visitamos. En la imagen, una de las madres con su hijo. El centro completo tiene 50 camas, mientras la poblaci¨®n de la regi¨®n es de medio mill¨®n de personas. Juan Ram¨®n Robles El reto en Mauritania es paliar las necesidades b¨¢sicas: agua, alimentos y acceso a sanidad. En la imagen, alimento terap¨¦utico, una mezcla de harina enriquecida, que reciben los centros de salud para paliar la malnutrici¨®n. Permite que los ni?os puedan ganar peso y llegar poco a poco al adecuado en funci¨®n de su altura y edad. Juan Ram¨®n Robles No es habitual ver a un padre acompa?ando a su esposa e hijo en un centro sanitario en Mauritania. Cheijna uld Abidine y A?cha Ahmed posan as¨ª de esperanzados junto a su peque?o. Juan Ram¨®n Robles Ba Jowry es una de las parteras de Nema que trabaja en la cl¨ªnica m¨®vil de Acci¨®n contra el Hambre. A las embarazadas se las atiende en otro de los hospitales de la localidad. Se sabe que el sida prevalece en un 1% de las mujeres encintas, pero no hay datos definitivos sobre hombres infectados por VIH. El ¨²ltimo estudio se realiz¨® hace 10 a?os, seg¨²n nos contar¨¢ el doctor Diallo en el Centro de Salud de Nema. Juan Ram¨®n Robles Los m¨¦dicos del Hospital Regional de Nema tienen sus propias farmacias justo enfrente del centro. Med Habib es cirujano. Su establecimiento est¨¢ surtido con lo b¨¢sico y necesario. Pero ¨¦l busca contactos para conseguir otras medicinas. El paludismo es la primera patolog¨ªa en la zona. Juan Ram¨®n Robles El centro de la localidad de Nema (al sur de Mauritania) y las aldeas colindantes est¨¢n repletos de puestos callejeros con verduras locales. Casi todos tienen los mismos productos: los que da la tierra. En los supermercados con productos m¨¢s "ex¨®ticos" los precios se consideran desorbitados. Hasta una caja de galletas es un lujo. Juan Ram¨®n Robles Reuni¨®n del Comit¨¦ de Salud y contingencias de Amurj (Mughataa) a unos diez kil¨®metros de Nema. Sus miembros se eligen por la propia comunidad, que forman unas 260 familias (con siete miembros de media). Los comit¨¦s disponen de un presupuesto para poner en marcha iniciativas generadoras de ingresos (aqu¨ª han elegido una carnicer¨ªa) y para obtener recursos sanitarios. En este caso, han optado por una peque?a farmacia. Juan Ram¨®n Robles El paludismo es la primera patolog¨ªa en la regi¨®n. El calor es insoportable en la mitad del d¨ªa. Los insectos y las moscas pululan. Imagen tomada durante la reuni¨®n con el Comit¨¦ de Salud de Amurj. Juan Ram¨®n Robles La peque?a botica de que dispone la comunidad de Amurj y que gestiona el Comit¨¦ de Salud. Desde Acci¨®n contra el Hambre han conseguido armar un total de 18 de estos comit¨¦s, y su funcionamiento y efectos est¨¢n siendo un ¨¦xito. Juan Ram¨®n Robles Las mujeres forman parte importante de los comit¨¦s de salud y se suele usar como agente a una de ellas que todos en la comunidad o el clan acepten. Ellas identifican a las mujeres encinta, las aconsejan, las acompa?an a consultas prenatales... Y ellas, en un pa¨ªs donde el hombre no suele dar dinero a la esposa, consiguen ingresos extra para la familia. Grupo de mujeres de Aourj, cerca de Nema. Juan Ram¨®n Robles Para paliar la erosi¨®n de las tierras por el agua de lluvia, se intentan recuperar con distintos m¨¦todos, como instalar cordones de piedras o plantar semillas de ciclo corto de sorgo y mijo. Imagen en Lehneikaat, en los alrededores de Nema (Mauritania). Juan Ram¨®n Robles Un agricultor aprovecha la ¨¦poca de lluvias para labrar la tierra cerca de la localidad de Nema, al sur de Mauritania. Las t¨¦cnicas agr¨ªcolas siguen siendo rudimentarias y la producci¨®n insuficiente para garantizar una alimentaci¨®n adecuada en calidad y cantidad. Juan Ram¨®n Robles Los animales mueren de sed y de hambre, tanto en el campo como en las localidades m¨¢s grandes. Nadie recoge sus restos. El calor en esta zona geogr¨¢fica, al sur de Mauritania y cerca de la frontera con Mal¨ª, es tan intenso y brutal que los cuerpos muertos se momifican de inmediato. Juan Ram¨®n Robles Pozo comunitario en los alrededores de Nema (Mauritania). El agua lo es todo aqu¨ª. Juan Ram¨®n Robles Escena de una de las poblaciones cercanas a Nema, donde las mujeres muelen el mijo y el sorgo en grandes morteros de piedra. Juan Ram¨®n Robles Carnicer¨ªa de los alrededores de Nema. Juan Ram¨®n Robles Otra de las iniciativas que ha impulsado Acci¨®n contra el Hambre son los bancos de cereales, que permiten garantizar el acceso al grano a¨²n en ¨¦pocas complicadas y aldeas remotas. Una de las mujeres del Comit¨¦ del Banco de Cereales en la de Vair¨¦, a 30 kil¨®metros de Nema. La zona est¨¢ habitada por 156 familias. Juan Ram¨®n Robles Reuni¨®n en la aldea donde se ha instalado el banco de cereales, Vair¨¦. Todos los presentes aseguran que su vida ha mejorado: los hombres no tienen que desplazarse lejos en busca de comida y las mujeres no solo acceden m¨¢s f¨¢cilmente a la compra, lo cual les permite estar tambi¨¦n m¨¢s pendientes de los hijos, sino que se sienten due?as de la iniciativa a trav¨¦s del comit¨¦ creado. Se quejan, eso s¨ª, de que no tienen molino propio y de que el puesto de salud m¨¢s cercano queda a m¨¢s de 10 kil¨®metros. Juan Ram¨®n Robles Sy Sidi El Mojtar Abdallahi, a la izquierda, t¨¦cnico superior de reducci¨®n de riesgos de desastres de Acci¨®n contra el Hambre en Nema (Mauritania), posa junto a otro de los miembros del equipo de nutrici¨®n. Juan Ram¨®n Robles Una plaza de Nema en d¨ªa de mercado: ni?os por todas las esquinas, reba?os de cabras y ovejas, asnos para las cargas y sacos de alimentos donados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA-WFP). Juan Ram¨®n Robles El doctor Diallo, jefe m¨¦dico del Centro de Salud de Nema en su despacho. Cuenta que reciben una media de 40 pacientes por d¨ªa. Toda la sala est¨¢ llena de gr¨¢ficos con el perfil epidemiol¨®gico de la zona y las estructuras sanitarias de que disponen. "No hay medicina privada aqu¨ª, la gente carece de tales medios", cuenta. En una de las pizarras cuelga el dato de los casos de malnutrici¨®n detectados solo en este centro en 2016: 11.096. Al lado, tasa de abandono del tratamiento: 21%. La mayor¨ªa de las consultas se produce por enfermedades respiratorias, paludismo y diarreas. Juntas suman casi el 50%. Juan Ram¨®n Robles