Juan Tamariz: ¡°Me mantengo joven, a los 110 ya estar¨¦ algo achacoso¡±
Maestro de magos, este experto en cartomagia de 75 a?os a¨²n recorre los teatros de Espa?a creando ilusiones
Juan Tamariz (Madrid, 1942) ha perdido la cuenta de los juegos de magia que ha creado. ¡°Ser¨¢n unos 200 o 300, no tengo ni idea¡±, afirma sentado en el comedor de su casa. A continuaci¨®n, se?ala un armario de madera de metro y medio de alto: ¡°Ah¨ª guardo todos los blocs que desde hace m¨¢s de 30 a?os relleno con mi trabajo¡±. Este mago, uno de los m¨¢s populares e influyentes del mundo, tiene incluso un festival en Las Vegas, Juan-derful, creado por colegas de todos los rincones del planeta.
Sus juegos de cartas dejaban con la boca abierta al personal hace cinco d¨¦cadas, especialmente a la Sociedad Espa?ola de Ilusionismo, en la que entr¨® con 18 a?os, cuando la edad m¨ªnima eran los 20. Su aspecto y su discurso, a a?os luz de los del resto de magos, tambi¨¦n dejaban huella. "Cuando empec¨¦, la magia se hac¨ªa en salas de fiesta y ten¨ªamos que salir con esmoquin¡ Eso no iba conmigo", recuerda. "Yo me impuse a m¨ª mismo actuar vestido como voy¡±, contin¨²a. Gracias a ¨¦l se pod¨ªa hacer magia en vaqueros, con el pelo largo y con sombrero de copa brillante. Magia de est¨¦tica entre bohemia y hippie, cargada de humor, pese a que ¨¦l no se considera un c¨®mico: ¡°No hago humor, solo transmito mi alegr¨ªa".
Su forma de celebrar el ¨¦xito de sus trucos como si tocara un viol¨ªn imaginario es otra de sus se?as de identidad. Su malet¨ªn de trabajo es, curiosamente, una funda de viol¨ªn. ¡°En su interior llevo cinco horas de magia¡±, a?ade este Premio Mundial de Cartomagia en el Congreso Mundial de Magia de 1973 celebrado en Francia y Medalla de Oro al M¨¦rito en la Bellas Artes que otorga el Consejo de Ministros, en 2011.
Sus espect¨¢culos teatrales, sin embargo, no duran m¨¢s de dos horas. ¡°A lo mejor dos horas y cinco minutos¡±, bromea, ¡°pero nunca m¨¢s porque si no el p¨²blico se cansa¡±. En ese tiempo se esmera por sacar al ni?o que todo espectador lleva dentro. ¡°Est¨¢ muy escondido bajo capas y capas de adulto hasta que despu¨¦s de unos 20 minutos de actuaci¨®n, empiezas a ver al bebecito que saluda al tuyo y se hacen amigos, y gozan del espect¨¢culo¡±, comenta.
Estrella medi¨¢tica
Los plat¨®s le sirvieron para dar a conocer la magia a millones de espa?oles. ¡°Yo quer¨ªa que el p¨²blico la sintiera como el arte complejo y variado que es¡±, asegura. Salt¨® por primera vez a la peque?a pantalla en los setenta. En 1976 se convirti¨® en uno de los Taca?ones del concurso Un, dos, tres¡ responda otra vez, y un a?o despu¨¦s se incorpor¨® al programa infantil El recreo. En la siguiente d¨¦cada llegaron?Por arte de magia, Magia Potagia y Chantatach¨¢n, este ¨²ltimo en las cadenas auton¨®micas hasta 1993.
La televisi¨®n le dio la fama, pero no la satisfacci¨®n. ¡°Lo dej¨¦ porque no hay cercan¨ªa, falta humanidad y todo va con mucha prisa. Hay mucha tensi¨®n y nada es real. He estado 20 a?os y he sufrido bastante¡±. Desde que la abandon¨®, muchos se preguntan qu¨¦ ha sido de ¨¦l. Cada a?o, sin embargo, recorre salas de medio mundo. ¡°Especialmente en Espa?a, porque los viajes se me hacen ya muy pesados¡±.
Tambi¨¦n da charlas y conferencias a nuevas generaciones de magos. Para muchos, como Jorge Blass, uno de los ilusionistas j¨®venes de mayor ¨¦xito, es un referente. ¡°Comparte todos sus juegos y sus ideas con los magos j¨®venes y ha escrito muchos libros de magia, pero m¨¢s que eso, puedes quedar con ¨¦l, ir a comer con ¨¦l y te cuenta con qu¨¦ est¨¢. Es como si fueras cineasta y pudieras compartir tiempo con Bu?uel. Es un genio en la magia a ese nivel¡±, declaraba recientemente Blass a EL PA?S. Tamariz, sin embargo, rechaza la etiqueta de autoridad: ¡°Yo soy un ni?o, estoy en mis primeros 75 a?os¡±.
Blass fue alumno de la escuela que Tamariz y su hija fundaron hace dos d¨¦cadas en Madrid. El septuagenario organiza cada a?o, junto al director de estudios, el mago Manu Vera, el programa de estudios de la Escuela, donde, de vez en cuando, Tamariz ofrece alguna clase. ¡°Lo importante es que no se imponga a los alumnos una manera de hacer las cosas, sino que se les transmita la pasi¨®n¡±, defiende.
Autoridad m¨¢gica
Su labor educativa tambi¨¦n se extiende a los libros. Es autor de una veintena de t¨ªtulos que reflexionan sobre m¨²ltiples aspectos de este arte en los que ofrece algunas teor¨ªas muy populares en la profesi¨®n, como el m¨¦todo de las pistas falsas, seg¨²n el cual, el juego debe presentarse de tal manera que se elimine el deseo de los espectadores de analizarlo. Sus trabajos han sido traducidos a m¨²ltiples idiomas, incluido el chino. Arco Iris es, para ¨¦l, su obra m¨¢s interesante: ¡°En ella cuento mi forma de entender la magia, que no es solo un entretenimiento, sino un arte que permite experimentar fen¨®menos imposibles en la vida, como ser inmortal, porque puedes cortar a alguien por la mitad, que en el mundo real equivale a estar muerto, y en la magia vuelves a unirlo y sigue vivo. Eso produce una sensaci¨®n de gozo inigualable¡±, afirma con entusiasmo mientras entremezcla las cartas de una baraja. Nunca la suelta. ¡°Mi vida es la magia, as¨ª que le dedico todo el tiempo que puedo¡±.
Algunos d¨ªas, admite, ensaya ocho horas, otros hasta catorce. "Dedicarle menos tiempo es muy malo porque me duele el est¨®mago¡±, confiesa. Los juegos m¨¢s complicados requieren a?os de entrenamiento: ¡°He tardado hasta una d¨¦cada en dominar algunos, otros los he controlado en cinco minutos¡±.
Todav¨ªa hay algunos que se le resisten y que permanecen como una tarea pendiente en los blocs de notas que guarda en el armario de madera. Pero no est¨¢ preocupado. ¡°No tengo prisa, ya saldr¨¢n, por ahora me mantengo joven, cuando tenga 100 o 110 pues ya estar¨¦ un poquito m¨¢s achacoso¡±, concluye con una gran sonrisa, sin dejar de marear los naipes entre las manos.
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