Viaje de autor: Norman Lewis, el n¨®mada discreto
El escritor de viajes brit¨¢nico fue uno de los grandes maestros del g¨¦nero
¡°A Obaharok le hab¨ªan prometido la visita de un guerrero ingl¨¦s y yo sospech¨¦ cierta perplejidad en su actitud cuando examin¨® mi rostro y mi f¨ªsico, intent¨® calibrarme y extrajo sus propias conclusiones¡±. En Un imperio de Oriente (Pen¨ªnsula), cr¨®nica de los viajes que realiz¨® a las islas de Indonesia a principios de los noventa, el escritor brit¨¢nico Norman Lewis (1908-2003) explica la extra?eza y decepci¨®n del jefe pap¨²a Obaharok (al que Lewis pinta como un atl¨¦tico octogenario de apariencia impresionante) al encontrarse con aquel ingl¨¦s de bigotito blanco, grandes gafas y aspecto inofensivo. M¨¢s adelante aclara con humor que, tras ensalzarse mutuamente las heces, seg¨²n la f¨®rmula de cortes¨ªa de las tribus yalis del oeste de Nueva Guinea (Irian Jaya), ¡°se impuso la buena educaci¨®n y nos lanzamos (en la medida en que lo permit¨ªa un int¨¦rprete de d¨¦cima fila) a un cordial an¨¢lisis de su vida¡±. Saludado como uno de los mejores autores viajeros del siglo XX, Norman Lewis se jactaba de su habilidad para pasar inadvertido en los lugares m¨¢s ex¨®ticos y concurridos, lo que le permiti¨® moverse sin problemas por algunas de las regiones m¨¢s inh¨®spitas y peligrosas del planeta y convertirse en testigo de excepci¨®n de los cambios radicales y a menudo violentos de culturas y paisajes.
En sus obras, convertidas algunas en cl¨¢sicos de la literatura de viajes, Lewis se manifiesta tanto un viajero y escritor capaz de descripciones maravillosas como un gran defensor de los derechos humanos. Misioneros. Dios contra los indios, publicada en espa?ol por la Editorial Herder, es una apasionada denuncia de los abusos cometidos por las sectas fundamentalistas estadounidenses en Guatemala, M¨¦xico, Brasil, Bolivia y Paraguay, un proceso que, con la consigna de ¡°convertir y civilizar¡±, ha conducido al expolio de las poblaciones ind¨ªgenas de Centroam¨¦rica y Sudam¨¦rica, mientras que en Un imperio de Oriente (Pen¨ªnsula), Lewis arremete contra la codicia de las empresas mineras en Irian Jaya y la represi¨®n y uniformidad impuesta por el Gobierno de Indonesia. Otras obras suyas traducidas en Espa?a son Donde las piedras son dioses (Ediciones B) y Voces del viejo mar (Siglo XXI y Poliedro Ed).
N¨¢poles 1944 (Muchnik Editores y Ediciones Folio)
Considerado por muchos su mejor libro, en ¨¦l relata sus experiencias como oficial de inteligencia brit¨¢nico en el N¨¢poles de 1944, donde las condiciones de vida eran tan duras que los habitantes se hab¨ªan comido hasta los peces del acuario municipal. El desconcierto deja paso a la admiraci¨®n por unos personajes que se mueven entre la sordidez y el coraje. ¡°No me siento superior a las personas que veo¡±, dec¨ªa.
Un viaje en dhow, La tribu que crucific¨® a Jesucristo y otros relatos (Alta?r)
Desde su debut con N¨¢poles, 1944, el brit¨¢nico Norman Lewis (1908-2003) fue una voz excepcional entre los escritores de su generaci¨®n por su mirada llena de humanidad, su discreci¨®n y su conciencia social. Una buena persona, para entendernos. Alta?r public¨® la tercera entrega de sus cr¨®nicas de viaje, textos cortos que escribi¨® para diversos peri¨®dicos y revistas. Incluye art¨ªculos como La tribu que crucific¨® a Jesucristo (1983), donde Lewis se adelanta a uno de sus libros m¨¢s pol¨¦micos ¡ªMisioneros (Herder)¡ª y comienza a denunciar los m¨¦todos empleados por Misi¨®n Nuevas Tribus y otras sectas evangelistas de Estados Unidos para convertir mediante el miedo a los nativos de Am¨¦rica Latina. En este caso, los panares de Venezuela, con tretas como reescribir las escrituras implicando a los ind¨ªgenas en la crucifixi¨®n: ¡°Los panares mataron a Jesucristo / porque eran malvados. Matemos a Jesucristo, / dijeron los panares¡±. Y describiendo la venganza de Dios sobre tal atrocidad: ¡°Dios exterminar¨¢ a los panares / arroj¨¢ndolos al fuego. / Es un fuego inmenso. / Voy a arrojar a los panares al fuego, dijo Dios¡±.
Voces del viejo mar (Poliedro Ed.)
Este libro forma parte de la autobiograf¨ªa de Norman Lewis, y corresponde a las tres visitas que el escritor brit¨¢nico realiz¨® en la d¨¦cada de los cuarenta y cincuenta a Farol, una aldea de pescadores de la Costa Brava poblada de gatos, algo pagana y rebelde, donde existe un bar en el que se exhibe una sirena momificada y los parroquianos acostumbran a conversar en verso libre. En el prefacio, se refiere a Espa?a como su segunda patria; un pa¨ªs que dice conocer mejor que su Inglaterra natal. Lewis es testigo del proceso de transformaci¨®n del pueblo y que culminar¨¢ con el bum del turismo. Por el libro desfilan personajes que describe con minuciosidad de antrop¨®logo: la Abuela, gran matriarca; Sebasti¨¢n, el amigo con el que sale a pescar; don Ignacio, el p¨¢rroco, que vive con una querida sin ning¨²n disimulo; don Alberto, el cacique local; Sa Cordovesa, la puta oficial. Y, por encima de todo, el Mediterr¨¢neo, ese mar que permanece como referencia incluso cuando la identidad del pueblo termina por diluirse en el tiempo y la uniformidad.
Donde las piedras son dioses (Ediciones B)
Norman Lewis se propuso descubrir la India que existe m¨¢s all¨¢ de los circuitos tradicionales. Para ello recorri¨® las regiones bald¨ªas de Bihar y Orissa, en la parte m¨¢s oriental del pa¨ªs: zonas de pobreza extrema devastadas por los conflictos religiosos y las guerras de castas. En este libro, premio Thomas Cook de literatura de viajes en 1991, Lewis se manifiesta de nuevo en su faceta de antrop¨®logo, describiendo con rigor las costumbres de tribus abor¨ªgenes ¡ªlos kondh, los saora, los koya¡ª que, manteni¨¦ndose al margen de las influencias hind¨² y musulmana, han terminado por encontrarse al borde de la extinci¨®n.
Misioneros, Dios contra los indios (Herder)
Una c¨¢ustica denuncia de los intereses que se esconden tras la labor proselitista de las sectas evangelistas estadounidenses, en especial el ILV (Instituto Ling¨¹¨ªstico de Verano) y la MNT (Misi¨®n de las Nuevas Tribus). Un proceso que comenz¨® en 1945 y que hoy se extiende por Guatemala, M¨¦xico, Brasil, Bolivia y Paraguay. Utilizando como bandera el lema ¡°convertir y civilizar¡±, y con fondos y log¨ªstica propios de una gran multinacional, estos grupos fundamentalistas llevan a?os expoliando y provocando la aculturaci¨®n de las poblaciones ind¨ªgenas de Centro y Sudam¨¦rica. Unos indios que, perdidos sus valores tradicionales (perspectiva l¨²dica de la vida, carencia del sentido de la propiedad, culto a los antepasados), renuncian a cualquier tipo de resistencia y son manejados a placer por los terratenientes locales. Resulta significativo que fueran recibidos con los brazos abiertos en los pa¨ªses con reg¨ªmenes dictatoriales (el Paraguay de Stroessner, la Guatemala de R¨ªos Montt). Esos Mr. Femley, Mr. Jones, Mr. Wheelock o Mr. Depue, que predican interpretaciones de la Biblia del tipo ¡°obedeced a vuestros superiores ante la ley, porque Dios les ha dado el poder¡± o ¡°no hay gobierno en la tierra que Dios no haya hecho llegar al poder¡±, se mueven entre el fanatismo y la m¨¢s absoluta hipocres¨ªa. El relato tiene a ratos tintes espeluznantes (sobre todo cuando Lewis nos habla de los secuestros y cacer¨ªas de indios, eufem¨ªsticamente denominadas ¡°operaciones de contacto¡±, para confinarlos a la fuerza en las reservas de las misiones; en otras ocasiones la narraci¨®n adquiere un h¨¢lito po¨¦tico, como cuando describe la regi¨®n del Quiche, en Guatemala, el universo m¨¢gico y alucinado de los indios huicholes de la Sierra Madre mexicana, o las remotas tierras del Chaco, en Paraguay.
Un imperio de Oriente. Viajes por Indonesia (Pen¨ªnsula)
Playas paradisiacas y arrecifes coralinos; junglas que se asemejan al jard¨ªn del Eden; tribus que, como los danis, los yalis o los amungmes, perviven ancladas en la edad de piedra. Lewis viaja en esta ocasi¨®n a tres de las islas que constituyen ese enorme ¡°imperio de Oriente¡± que es la Rep¨²blica de Indonesia: Sumatra, Irian Jaya y Timor Oriental. Con su pluma bien afilada, el escritor no vacila en denunciar la feroz represi¨®n de los independentistas de la antigua colonia portuguesa; las grandes selvas ca¨ªdas bajo el hacha; la uniformidad impuesta por la cultura javanesa, o los abusos de las empresas mineras estadounidenses en Irian Jaya.
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